Martes, 30 de Diciembre de 2025

Sin final a la vista

ChileEl Mercurio, Chile 30 de diciembre de 2025

El optimismo de Zelenski puede ser solo una forma de halagar a Trump.

Después de fracasar en su objetivo de terminar la guerra de Ucrania "en 24 horas", ni para el día de Acción de Gracias, ni para la Navidad, Donald Trump se resiste a poner otra fecha para un posible acuerdo de paz entre Kiev y Moscú. "Será cuando termine", dijo después de reunirse el domingo con Volodimir Zelenski y hablar por teléfono con Vladimir Putin dos veces. Los veinte puntos del plan que elaborara Ucrania en conjunto con los europeos y discutido con los norteamericanos dejaron relativamente optimistas a las partes, aunque no se ve que hayan resuelto aspectos clave que podrán seguir siendo rechazados por Moscú.
El optimismo de Zelenski puede ser una expresión de deseo o simplemente la voluntad de halagar a Trump y evitar un nuevo encontrón como el de febrero en la Casa Blanca, porque el líder ucraniano aprendió que solo la pleitesía funciona con él. Los veinte puntos fueron un avance respecto de los 28 presentados por el enviado especial Steve Witkoff -que a todas luces fueron elaborados a partir de las condiciones de Moscú-, pero todavía quedan asuntos conflictivos. Putin sabe que el tiempo juega a su favor, porque, aunque la guerra le ha traído problemas económicos en casa, la situación en el campo de batalla le es favorable, y más aún si Ucrania no recibe la ayuda militar que pide.
Aunque Trump diga que está convencido de que Putin tiene voluntad de terminar la guerra, este ha demostrado estar dispuesto a seguir hasta conseguir sus objetivos y terminar con "las raíces profundas" del conflicto. En una sesión mediática con supuestas preguntas del público ruso, elaboró las mismas razones de la invasión que ha repetido incansablemente, pero agregó lo que puede ser una inquietante amenaza: "No estoy planeando una guerra contra Europa, pero estoy listo ahora mismo si los europeos la quieren. No habrá otra operación especial si los europeos nos tratan con respeto, respetan nuestros intereses, tal como nosotros respetamos los suyos". Estas palabras caen en un contexto delicado, pues entre los veinte puntos están las garantías de seguridad que pide Ucrania y que contemplan fuerzas multinacionales (no de la OTAN pero sí europeas) en territorio ucraniano. Sergei Lavrov, el histórico canciller ruso, apuntó directo a ellas, al advertir que "cualquier contingente europeo en Ucrania puede ser blanco legítimo de las FF.AA. rusas".
Otros asuntos sensibles no resueltos son los territorios que entregaría Kiev, cuya soberanía, según borradores anteriores, no cedería sin posteriores negociaciones diplomáticas. Trump ya dobló la mano de Zelenski en este aspecto, pero el ucraniano rechaza retirarse de zonas que aún controla en el Donetsk sin que los rusos también se replieguen para crear un área desmilitarizada. Y como obstáculo adicional, está el control de la planta nuclear de Zhaporizhzha, vital para la reconstrucción de posguerra, hoy en poder de los rusos. Trump ha propuesto un control tripartito, pero Zelenski plantea una administración solo con EE.UU., con utilidades a medias, que podría compartir con quien quiera (o sea, Moscú). Así, quizá lo más alentador haya sido que se planeara una reunión en enero, que incluya a los europeos, algo que puede dar otro impulso al plan, si el Kremlin no lo boicotea.
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