Martes, 16 de Abril de 2024

¿El fin del Papanicolaou?

PerúEl Comercio, Perú 9 de julio de 2018

Un reciente estudio determinó que existe un método más efectivo para la detección de lesiones precancerosas en el cuello uterino.

Por elmerhuerta



El útero ?también conocido como matriz? es el órgano reproductivo femenino encargado de albergar al huevo o cigoto y de permitir su transición de embrión a feto. Completado su desarrollo, el feto sale del útero gracias a las poderosas contracciones musculares del órgano. Es expulsado a través de la vagina y pasa previamente por una estructura muscular a manera de puerta, llamada cuello del útero. Durante el parto, el obstetra monitorea la apertura o dilatación del cuello del útero para saber si está ocurriendo correctamente.





El cuello del útero se encuentra en contacto con la vagina y puede, por lo tanto, ser observado al abrir esta con un dispositivo llamado espéculo. Se lo ve como una estructura redondeada, localizada en el fondo de la vagina, y tiene al centro un orificio, conocido como orificio cervical, por el cual sale la sangre de la menstruación o el bebe.





Es en ese cuello del útero donde se localiza el cáncer que mata a más mujeres en muchos países de medianos y bajos ingresos económicos, incluido el Perú. Como todo cáncer, es silencioso y no causa síntoma alguno durante su desarrollo.





?George Papanicolaou?





Nacido en 1883 y educado en Grecia, el doctor George Papanicolaou llegó a Estados Unidos en 1913, huyendo de la primera guerra de los Balcanes. Trabajando como investigador en la Universidad de Cornell en Nueva York, descubrió que los ciclos hormonales de las cobayas podían predecirse haciendo un análisis microscópico de las células presentes en su moco vaginal. Llevando a cabo el mismo proceso en las mujeres, encontró con sorpresa células cancerosas en este moco vaginal. Esa investigación se publicó en 1928.





Como muchos grandes descubrimientos en medicina, los adelantos demoraron muchos años en hacerse masivos. No fue sino hasta mediados de los años 50 que ?gracias a campañas de la Sociedad Americana del Cáncer en Estados Unidos? la prueba empezó a hacerse popular. En la actualidad, se considera que la prueba del Papanicolaou o citología es capaz de disminuir en 80% la mortalidad causada por el cáncer de cuello del útero en países de altos ingresos económicos, países en los cuales esa enfermedad tiene muy baja prevalencia.





?Virus del papiloma humano?





En los últimos 40 años, las investigaciones han determinado que el 99,7% de los casos de cáncer de útero son causados por la infección de alguna de las variedades oncogénicas del virus del papiloma humano (VPH). Siendo eso así, los estudios no solo se han centrado en desarrollar una vacuna contra dicho mal (puesta a la venta en el 2006 y disponible gratuitamente para las niñas en el Perú desde el 2011), sino también en establecer un método de detección precoz del cáncer que descubra la presencia del VPH en el cuello del útero.





Por tal motivo, en las dos últimas décadas se han desarrollado procesos genético-moleculares que analizan el moco del cuello uterino buscando alguna variedad oncogénica del VPH. Están disponibles desde 1997. Sin embargo, no fue hasta el 2011 cuando fueron aceptados por la Administración de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) para ser usados junto al Papanicolaou en el diagnóstico principal de la enfermedad; y desde el 2014 se estableció como el único método en la detección del VPH. El problema es que muchas organizaciones de salud expresaron cierta reluctancia en adoptar esta clase de prueba como único método, ya que no se habían hecho estudios que enfrenten directamente al antiguo, eficiente y confiable Papanicolaou con la moderna prueba del VPH para ver cuál es mejor.





?Estudio canadiense?





Publicado la semana pasada en la revista de la Asociación Médica de Norteamérica (JAMA) por investigadores canadienses, el estudio HPV Focal es el primero que enfrenta a ambos métodos y concluye que la prueba del VPH es superior al Papanicolaou en detectar lesiones precancerosas del cuello del útero en mujeres mayores de 30 años.





La investigación, hecha a mujeres canadienses de entre 25 y 65 años, sorteó a 19.000 de ellas en dos grupos: las que se hicieron el Papanicolaou al inicio ?y si este era normal lo repitieron a los dos años y a los cuatro años? y las que se sometieron a la prueba del VPH al inicio y cuatro años después.





El análisis de los datos demostró que ninguno de los métodos es perfecto. Al final de los cuatro años de estudio, 22 de las mujeres que tuvieron una prueba de VPH negativa al comienzo tuvieron lesiones precancerosas. Por el otro lado, 54 de aquellas que resultaron tener un Papanicolaou negativo al comienzo del trabajo, desarrollaron las mismas lesiones premalignas. Los autores del estudio concluyen que la prueba del VPH es capaz de descubrir las lesiones premalignas con mayor anterioridad que el Papanicolaou, y que podría usarse como reemplazo.





?Corolario?





Casi 100 años han pasado desde que el Dr. Papanicolaou descubriera el método que lleva su nombre y casi 70 años desde que esa prueba fue adoptada masivamente por los países más desarrollados, lo cual hizo que las muertes por cáncer de cuello del útero disminuyeran en un 80% .





Sin embargo, a pesar de la disponibilidad de esa simple prueba, la mortalidad por este cáncer en países pobres como el Perú permanece inaceptablemente elevada, y es mucho mayor en las mujeres con escasos recursos. El problema no es entonces que se descubran pruebas nuevas ?como la del VPH?, sino que estas o las ya existentes sean accesibles para las mujeres en riesgo. Programas de educación masiva del público aunados a sistemas de salud eficientes son lo más importante.





Tener más pruebas no es la solución, usarlas sabiamente en la población es el reto.

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