Parten las maniobras para reflotar buque salmonero hundido en Chiloé

En posición vertical y posado sobre el lecho marino quedó el "Seikongen", el barco salmonero que se hundió el 18 de octubre pasado con 216 toneladas de especies recién cosechadas.

La nave, de la compañía CPT, tenía menos de un mes en operaciones y había sido construido en China, a un costo de US$ 20 millones. Zozobró luego que la tripulación no pudo controlar una inundación en la bodega de proa, pero las maniobras de escape evitaron que las balsas-jaula del centro de cultivos frente a Terao resultaran dañadas.

El operativo ha sido complejo por los riesgos de que trazas de hidrocarburos o residuos industriales líquidos (riles) producidos por la carga en descomposición puedan llegar al mar, precisó Scott Humble, gerente de Ardent, empresa extranjera especialista en este tipo de operaciones que fue contratada por CPT.

Patricia Cárdenas, dirigenta de la comunidad indígena local, se mostró emocionada ante el inicio del operativo después de nueve meses. "Hemos tenido mucho miedo de que se pudiera contaminar nuestro mar, muchas personas de la comunidad viven de él", recordó.

"Lo que buscamos es que todo quede aquí como estaba antes del hundimiento", destacó el gobernador de Chiloé, Fernando Bórquez.

En tanto, el jefe de la Quinta Zona Naval de la Armada, almirante Carlos Fiedler, a cuya institución le corresponde la supervisión del proceso, se mostró satisfecho con los primeros resultados. Explicó que la siguiente fase es el retiro del agua que está en distintas áreas del buque, para que recupere su flotabilidad y pueda ser remolcado al puerto de Talcahuano.

Una operación que también implica riesgos y que estará supeditada a las condiciones meteorológicas, "pero en principio está presupuestado un viaje de cuatro días y el proceso será escoltado por la Armada", dijo Fiedler.

Respecto del destino final de los riles ya está resuelto con una compañía especialista de Talcahuano, precisó Ricardo Clavijo, de CPT.