Viernes, 26 de Abril de 2024

Francia y Croacia llegaron como animadores; ahora van por el título

ColombiaEl Tiempo, Colombia 15 de julio de 2018

Enviado especial de EL TIEMPO - Moscú @MelukLeCuenta
Crónica Gabriel Meluk
"Todo tiene su final, nada dura para siempre", cantaba Héctor Lavoe mientras soplaba el trombón Willie Colón

Enviado especial de EL TIEMPO - Moscú @MelukLeCuenta
Crónica Gabriel Meluk
"Todo tiene su final, nada dura para siempre", cantaba Héctor Lavoe mientras soplaba el trombón Willie Colón. Hoy, en el estadio Luzhniki de Moscú se acaba el Mundial de Rusia, que estuvo muy bueno, con una final impensada hace un mes, sin los superfavoritos que no fueron poderosos, sin las megaestrellas que terminaron eclipsadas y con dos finalistas que llegaron como animadores, como candidatos a dar la sorpresa y terminaron dándola. Francia y Croacia, sí, Francia y Croacia tienen a un partido de sus manos la Copa del Mundo, ese trofeo maravilloso de victoria, 6 kilos de oro de 18 kilates y base de malaquita. Pero el verdadero valor de esta joya es que representa la gloria eterna del fútbol, el orgullo de un país, el coraje de la patria y la demostración de que los sueños de los niños que corren descalzos detrás de una pelota, huyendo de la pobreza o de la guerra, son posibles de lograr. Francia busca su segunda corona mundial. En 1998 ganó el trofeo en su propia casa y hoy se confirma como fuerza del orbe tras el subtítulo que alcanzo en el 2006. Tercera final mundialista en veinte años. Un mérito enorme que se dice fácil y se escribe rápido. Croacia, en cambio, espera tallar su nombre en el trofeo junto al de los más grandes de todos los tiempos, después de que también en 1998, también hace veinte años, naciera con potente grito al terminar en el tercer lugar de la Copa del Mundo, tras ser parte brillante de la vieja escuela del fútbol de la vieja Yugoslavia, antes de la caída de los muros socialistas y las cortinas de hierro. Aunque es sencillo, quizás muy obvio, marcar esta final como un duelo entre un grande contra un chico, el antagonismo de las crónicas y los análisis previos apuntan al enfrentamiento de dos estilos entre dos maneras de entender el juego. Así, los medios de comunicación presentan esta final, la del 21.º Mundial de la historia, como un pulso entre la Francia defensiva y descansada por su pragmatismo y la Croacia de talento y manejo en la mitad del campo y muy cansada por sus tres extenuantes alargues en octavos, cuartos y semifinal. Francia, favorita Las casas de apuestas tienen como favorito a Francia 3 a 1. Incluso, el empate paga más que el triunfo de Croacia así sea en alargue. Pero bien se sabe que los partido no se ganan en la víspera ni en las tarjetas de los apostadores. El Mundial de Rusia ha sido una muestra permanente de ello. Francia vino de menos a más. Empezó con un discreto triunfo 2-1 sobre Australia (el día que se estrenó el videoarbitraje en los mundiales con un penalti a su favor), venció a Perú 1-0 y firmó un empate de trámite en notaría 0-0 contra Dinamarca. Luego, en su mayor exhibición ofensiva se deshizo de Argentina 4-3; después, en su mayor exhibición de frialdad y cálculo, liquidó a Uruguay 2-0, y finalmente con seriedad defensiva y pragmatismo ofensivo sobrepasó a la elogiada Bélgica 1-0 en la semifinal. Un equipo de jóvenes bien preparados que han demostrado madurez. "No nos importa cómo ganamos. Queremos ganar, y me da igual. Si tengo la Copa, no me importa cómo juguemos", dijo Antoine Griezmann, una de las estrellas francesas, uno de los candidatos a ganar el premio al mejor jugador del Mundial. "Ganar o no el Balón de Oro -premio al mejor jugador de la temporada en Europa- importa poco. Quiero ganar la Copa del Mundo y dejaré todo lo que tengo en el campo por conseguirla", agregó. Croacia tuvo una primera ronda a todo timbal: liquidó a Nigeria y a Argentina sin recibir gol en contra (2-0 y 3-0 respectivamente) y venció a con un gol en el minuto 90 a Islandia (2-1). Luego empató con 1-1 con Dinamarca (alargue y 3-2 en penaltis), igualó 2-2 con Rusia (alargue y 4-3 en penaltis) y supero 2-1 a Inglaterra (en extratiempo). Croacia llega con 90 minutos de más competidos que Francia, con 116 kilómetros más recorridos que su rival y con un día menos de descanso, pues jugó 24 horas después que Francia su llave de semifinal. "Ser finalistas de la Copa del Mundo es el mayor éxito de la historia de nuestro deporte, pero queremos más y no nos detendremos. Este equipo tiene corazón y lo ha demostrado remontando marcadores adversos en esta misma Copa" , dijo Luca Modric, firme candidato a ser elegido como el jugador más valioso del Mundial. El duelo también marca una diferencia en los bancos técnicos. Zlatko Dalic, el entrenador croata de 51 años, era un semidesconocido que fue nombrado a dos meses del Mundial para poner orden, disciplina y hacer un ambiente de camaradería en un camerino que se prendía en vanidades. Didier Deschamps, el técnico francés desde el 2012, fue duramente criticado por la eliminación en cuartos de final en el pasado Mundial de Brasil-2014 a manos de aquella implacable Alemania, y por perder la final de la Eurocopa del 2016 con Portugal. Por eso, como dice Griezmann, "Deschamps solo quiere ganar". Si lo hace se convertirá en la tercera persona en ser campoéon mundial como jugador y como entrenador, tal y como ya lo hicieron Mario Zagallo (Brasil) y Franz Beckenbauer (Alemania). Pues bien, como cantaba Héctor Lavoe mientras soplaba el trombón Willie Colón, "todo tiene su final, nada dura para siempre". El del Mundial de Rusia 2018 ha llegado…
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