Anthony no tiene la necesidad de jugar por P.R.

"Al menos, hay un equipo que realmente quiere a Carmelo Anthony, después de su salida de los Rockets".
Era el titular de un escrito de la cadena deportiva CBS Sports a raíz del artículo publicado por el reconocido periodista de ESPN, Adrian Wojnarowski, sobre el interés de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico de integrar al veterano canastero en el Equipo Nacional. Ayer en la mañana conversé con el presidente federativo, Yum Ramos, y admitió que le sorprendió la llamada de Wojnarowski en la noche del jueves, minutos después de que la gerencia de los Rockets anunciara la salida del jugador de ascendencia puertorriqueña.
Varios medios estadounidenses han publicado el artículo de Wojnarowski y algunos le han dado un toque sarcástico al mismo. Para Anthony, de 34 años y con 16 temporadas en la liga, no deben ser días fáciles. No tuvo éxito con Oklahoma City en la pasada temporada y terminó siendo canjeado a Atlanta en el periodo muerto. Atlanta lo dejó libre y Houston lo fichó para elevar las expectativas —en compañía de James Harden y Chris Paul— pero el movimiento no resultó y así lo reconoció la gerencia de los Rockets.
Con relación al Equipo Nacional, no creo que a Anthony le interese vestir el uniforme patrio a estas alturas de su carrera. Y máxime por el proceso que tendría que atravesar para obtener el cambio de ciudadanía deportiva. Tendría que pedirle la libertad a USA Basketball y luego solicitar el cambio ante FIBA, donde el Secretario General tendrá que determinar si la presencia del enebeísta ayudará al desarrollo del baloncesto en el país. Anthony ayudaría al combinado nacional, pero no al desarrollo de este deporte en nuestra isla. Aquí, se juega baloncesto en cada esquina.
Tampoco veo que Anthony tenga la necesidad de jugar con la Selección Nacional para demostrarle a la prensa estadounidense que todavía es querido por un "equipo". En su resumé tiene tres medallas de oro y una de bronce en Juegos Olímpicos. Eso es suficiente. Anthony siempre ha hablado con orgullo de sus raíces puertorriqueñas y, a través de su fundación, ha aportado al país. Nunca lo critiqué cuando optó por representar al país que lo vio nacer y desarrollarse como baloncelista. Y ahora no tengo ninguna expectativa de que vaya a vestir el uniforme nacional. En mi opinión no tiene que hacerlo.