Lunes, 30 de Junio de 2025

La familia Gilinski y su entrada al sector de los medios en el país

ColombiaEl Tiempo, Colombia 3 de febrero de 2019

El negocio más sonado en el país en los últimos días fue el acuerdo de compra del 50 por ciento de Publicaciones Semana -editora de las revistas Semana y Dinero, entre otras- por Jaime Gilinski Bacal y su hijo Gabriel

El negocio más sonado en el país en los últimos días fue el acuerdo de compra del 50 por ciento de Publicaciones Semana -editora de las revistas Semana y Dinero, entre otras- por Jaime Gilinski Bacal y su hijo Gabriel. La alianza está focalizada en fortalecer e impulsar la transición de la compañía hacia formatos digitales, y la jefatura editorial sigue en cabeza de Felipe López Caballero, mayor accionista y fundador, y de Alejandro Santos Rubino, el director de Semana. Por su lado, los Gilinski, quienes hicieron el acuerdo a título personal, son la tercera y cuarta generación en Colombia, respectivamente, de una próspera dinastía de inmigrantes israelíes con raíces en Lituania, que llegaron hacia los años 20 del siglo pasado. La revista Forbes ubicó en el 2018 a Jaime, a us 61 años, en el puesto 606 del ranking de billonarios del mundo, con una fortuna de 3.700 millones de dólares. Una gran habilidad de Jaime Gilinski en los negocios, según la publicación, es que logró conformar uno de los grupos financieros más grandes de Suramérica, a través de fusiones y adquisiciones. Se refiere al Banco GNB Sudameris, que es la matriz de un grupo que conforman las firmas Servivalores (comisionista de bolsa); Servitrust (fiduciaria); Servibanca (red de cajeros electrónicos) y las filiales Banco GNB Perú y Banco GNB Paraguay. Y sin ser el grupo financiero más grande del país, según el portal LosDatos.com, en el 2017 sus operaciones combinadas en Colombia, Perú y Paraguay le representaron 10.000 millones de dólares en activos, ingresos por 850 millones de dólares y utilidades netas de 105 millones de dólares. Los inicios La historia empresarial de la familia Gilinski, empero, se inicia a mediados del siglo pasado, cuando Isaac Gilinski Sragovicz, quien nació en Barranquilla en 1934, y su esposa, Perla Bacal, crearon empresas industriales como Bon Bril, Atila, Productos Yupi y Plásticos Rimax, algunas de ellas asentadas en Valle del Cauca. Con el paso de los años, algunas firmas fueron vendidas a distintos grupos empresariales nacionales y extranjeros, y les quedan, entre otras, las dos últimas, aunque -según LosDatos.com- en manos de los descendientes de Lazar, hermano de Isaac, otro de los miembros de la familia y con el que este último tuvo fábricas de curtiembres. No obstante, el éxito reciente de Banco GNB Sudameris y su inclusión en la lista Forbes en el 2013 no son los éxitos más recientes en la vida de Jaime Gilinski, quien se acompaña de Gabriel en las grandes decisiones empresariales y tiene unos 35 años. En 1991, con 34 años de edad, junto con su padre, Isaac, y desoyendo consejos por lo arriesgado de la operación, Jaime decidió sacar avante la filial colombiana del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), entidad que a nivel mundial se vio envuelta en un escándalo de corrupción. Aunque por entonces los dos pasaban como sin experiencia en el negocio financiero, no les era ajeno, pues en los 70 don Isaac había adquirido la Compañía Financiera Internacional y allí trabajó Jaime. También Jaime ya se había graduado en una maestría de negocios en 1980 en Harvard y luego trabajó en el banco de inversión Morgan Stanley, credenciales más que suficientes para acompañar a su padre en el nuevo negocio. Los Gilinski le inyectaron entonces 13 millones de dólares a la filial del BCCI y le cambiaron el nombre por Banco Andino, y al cabo de menos de 3 tres años estaba saneado y convertido en el séptimo establecimiento más eficiente del sistema financiero colombiano. Igualmente, fue la única filial de las 130 en el mundo de BCCI que se salvó de la debacle de sus antiguos dueños, según dicen versiones periodísticas de la época. Los activos de Banandino se cuadruplicaron en este tiempo de 60.000 a 225.000 millones de pesos. "Nunca hemos creído que nos corresponda estar dedicados al manejo del día a día del banco, sino más bien a imaginar y crear nuevos desarrollos, razón por la cual dejamos la operación misma en manos expertas", le dijo entonces Jaime Gilinski a Semana para explicar el éxito de la operación. No obstante, Banandino fue vendido en 1995 al Banco Popular de Ecuador, y los Gilinski -Jaime e Isaac- se concentraron en otro de sus mayores movidas empresariales: compraron, por 418 millones de dólares, en 1994, el Banco de Bancolombia, cuando la Nación lo privatizó. Pero no fue de la noche a la mañana. Un año antes obtuvieron el apoyo de prestigiosos bancos como el ING de Holanda y Barclay’s Bank de Inglaterra, entre otros, que a su vez consiguieron varias decenas de instituciones de inversión europeas y estadounidenses que aportaron créditos convertibles en acciones. Se quedaron con el 75 por ciento de las acciones del Banco de Colombia. Esa compra llevó también a Isaac y Jaime Gilinski a protagonizar durante su permanencia como controladores, una de las disputas societarias más recordadas en el país. En 1997, acordaron fusionar el Banco de Colombia con el Banco Industrial Colombiano (BIC), entidad que a su vez controlaba el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA). Sin embargo, en 1999 denunciaron ante tribunales nacionales e internacionales a las directivas por desavenencias en el manejo de la entidad, que presuntamente habrían llevado a un detrimento patrimonial de los socios minoritarios del banco fusionado, entre otras afectaciones. El lío se solucionaría 11 años después, en un acuerdo en el que no hubo vencedores ni vencidos y las partes se prometieron cesar toda acción penal, administrativa, civil y comercial. De vuelta Ese largo lío curtió aún más a Isaac y Jaime y los preparó para comprar, entre 2012 y 2013, el Banco Sudameris y las operaciones del banco inglés HSBC en Colombia, Perú y Paraguay, por una cifra cercana a 400 millones de dólares. Por entonces, el Banco Tequendama, que era de origen venezolano, también pasó a sus manos. En el 2013, por su lado, Jaime Gilinski inyectó 650 millones de euros al Banco de España y tras comprar otras acciones, llegó en el 2014 a controlar el 7,5 por ciento del establecimiento financiero europeo. Ese año también figuró, por primera vez, en Forbes como billonario, con una fortuna de 2.400 millones de dólares. Registros de la prensa española indican que luego se desprendió de las acciones en el banco europeo y en el 2016 habría vendido las últimas que poseía. Según también Forbes, Jaime Gilinski es socio desde 2005 de un proyecto inmobiliario en la antigua base de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, junto al Canal de Panamá con los hermanos británicos Ian y Richard Livingstone. El plante fue de 700 millones de dólares y el complejo se llama Panamá Pacífico, y a los pocos años, aún sin construirse, se valoró en 1.600 millones de dólares. Hoy, los Gilinski tendrían allí el 25 por ciento de la propiedad, pues en el 2010 lograron convencer al rico emirato de Catar que les comprara el 50 por ciento, por unos 1.000 millones de dólares. Al sector hotelero colombiano, Jaime y Gabriel Gilinski entraron en el 2015 cuando firmaron un acuerdo por 100 millones de dólares con Four Seasons Hotels & Resorts para operar los antiguos hoteles Casa Medina y Charleston, en Bogotá.
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