Ejemplo mundial
Perdonen que me interne de sopetón en el área chica del fútbol, pero me es imposible no referirme al inmenso espectáculo que han brindado cuatro equipos ingleses (Liverpool, Tottenham, Arsenal y Chelsea), tanto en la Champions League como en la Europa League
Perdonen que me interne de sopetón en el área chica del fútbol, pero me es imposible no referirme al inmenso espectáculo que han brindado cuatro equipos ingleses (Liverpool, Tottenham, Arsenal y Chelsea), tanto en la Champions League como en la Europa League. Soy hincha del fútbol desde 1950 y pocas veces he vivido una semana con tanta expectación como la recién pasada. Que Liverpool haya dejado afuera al inmenso Barcelona de Messi, después de ir perdiendo tres a cero, es digno de alabanza. Que Tottenham haya eliminado al buen equipo holandés del Ajax, luego de haber perdido en casa uno cero e ir perdiendo después en Holanda dos a cero, es una hazaña magnífica.
La gracia mayor es que fueron excelentes partidos, pero mueve mi atención un detalle: de estos cuatro equipos finalistas, ninguno tiene un entrenador inglés. Veamos. En Liverpool está el alemán Jürgen Klopp; al Tottenham lo dirige el argentino Mauricio Pochettino; el Arsenal está en las manos del español Unai Emery, y al Chelsea lo dirige el italiano Maurizio Sarri. Curioso, ¿no?
Lo más llamativo es que fue un ejemplo mundial, en la cancha, en las tribunas y fuera de los estadios. Fue una postal del deporte. Unos cantaban, otros lloraban, pero todos se abrazaron bajo la bandera del buen fútbol. Recordé las reconciliadoras palabras de Eduardo Galeano: "Ganamos, perdimos, igual nos divertimos...".