Miércoles, 24 de Abril de 2024

Los océanos, grandes desconocidos

PerúEl Comercio, Perú 20 de agosto de 2019

Son pocos los datos que tenemos acerca de estas enormes masas de agua, más allá de las costas. Hagamos un repaso de lo que se sabe hasta la fecha.

Por tomás unger



A pesar de que han pasado cinco siglos desde que circunnavegamos la Tierra, recién estamos conociendo el 70% de su superficie. El planeta tiene 510 millones de km2, de los cuales solo 148 millones son de tierra firme. Aproximadamente 361 millones son agua, de la cual el 97% es salada: mares y océanos.





Cuando hablamos de estos dos últimos, generalmente nos referimos a las aguas costeras y los mares interiores. Son los que conocemos porque dependemos de ellos en una multitud de formas. Casi la totalidad de la pesca se lleva a cabo en aguas costeras. Más de la mitad de la humanidad vive en áreas costeñas.





Últimamente la contaminación y el cambio climático nos preocupan más por su impacto sobre los mares costeros. Desde huracanes hasta toneladas de plástico atacan las costas donde vivimos y pescamos. Como sabemos muy poco sobre alta mar y los millones de kilómetros de fondo marino, nos preocupamos menos de lo que hay en él y de lo que sucede encima.





?La cordillera submarina?





Aunque los conocimientos de oceanografía eran escasos, a principios del siglo XX ya se conocía la existencia de las corrientes marinas y las fluctuaciones de temperatura de las aguas costeras. Se sabía de los vientos dominantes sobre los océanos, pero no se tenían muchos datos respecto a lo que había allá abajo. A pesar de que ya en 1912 Alfred Wegener planteó su teoría de la deriva continental, nadie le hizo caso.





Recién después de la Segunda Guerra Mundial, gracias al invento del sonar (ecosonda), se comenzó a descubrir las cordilleras submarinas. Primero fue la del Atlántico, una cordillera volcánica que corre desde el mar de la Antártida hasta casi el Polo Norte. La cordillera llega a salir a la superficie en Islandia, donde deja ver su apertura central, por la que aflora lava, creando constantemente nuevo fondo marino y desplazando los continentes.





Con el tiempo se fue descubriendo que la cordillera del Atlántico es parte de algo mucho mayor: está conectada a otra cordillera submarina que corre bajo África y se divide en dos, una parte sube al norte y pasa por el Mar Rojo hasta el Mediterráneo.





La otra rama va al este y corre por la parte sur del Océano Índico, bajo Australia, y pasa al Pacífico, donde corre al norte. Esa es la cordillera submarina que está frente a nuestra costa y forma la placa sobre la que monta el continente sudamericano. Luego sigue al norte y pasa a tierra en California, formando la falla de San Andrés, para salir de nuevo frente a Canadá en la placa de Juan de Fuca.





Todas estas cordilleras están conectadas ininterrumpidamente y forman la Gran Cordillera Submarina, que tiene 65.000 km de largo. Con las ramificaciones suma 80.000 km (la mayor cordillera de la superficie son los Andes, con 7.000 km de largo).





A medida que surgieron nuevos medios de exploración, desde minisubmarinos hasta la observación por satélite, se descubrieron las grandes irregularidades y accidentes topográficos del fondo marino. Se comprobó que la cordillera submarina se levanta en promedio un par de kilómetros por encima del fondo marino y su profundidad promedio es de 2.600 m. Conforme se fue conociendo la topografía del fondo marino se descubrieron fosas profundas y la forma de las placas continentales.





Las diversas placas continentales que avanzan sobre el fondo marino tienen zócalos o planicies poco profundas. En nuestra costa el zócalo avanza unos 160 km. Al frente, nuestro litoral tiene una profunda fosa llamada fosa de Perú-Chile, que tiene 5.900 km de largo por 64 km de ancho, en promedio. Su punto más profundo, al frente de Bolivia, es de más de 8.000 metros. La fosa más profunda se encuentra en el Pacífico frente a las islas Marianas, al este de Filipinas, con 10.900 m de profundidad.





?Las profundidades?





Más del 70% de los océanos es agua salada en alta mar, con unos 3.000 m de profundidad. En la superficie la vida se lleva por fotosíntesis, hasta donde llega la luz del Sol. Más abajo comienza la oscuridad y una capa divisoria (termoclina) en el agua fría de las profundidades.





Mientras que en la parte superior hay una vida parecida a la de los zócalos, con peces, krill y fitoplancton, en la oscuridad total de las grandes profundidades hay otro tipo de vida. Existe allí una variedad de peces ciegos que se alimentan del detritus (residuos producto de la descomposición de fuentes orgánicas) que cae de la superficie. Otras formas de vida basan su química en el azufre que aflora con la lava de volcanes submarinos.





Hemos podido ver algo de las misteriosas formas de vida del fondo marino, gracias al batiscafo el Trieste, en el que el suizo Auguste Piccard descendió a 10.911 metros a la fosa de las Marianas. También está el Vema, de la Universidad de Columbia, que hizo el primer mapa del fondo Atlántico, y el Alvin, del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, que descubrió fuentes termales en el fondo marino cerca de Galápagos.





Si consideramos que más del 70% del planeta está cubierto por el mar, aun con estos descubrimientos falta mucho por explorar. Por ahora es verdad lo que dicen muchos científicos: conocemos más de la superficie de la Luna que la de nuestro planeta.





?El futuro?





Ahora, con las proyecciones sobre la población, el aumento de los gases de efecto invernadero y el cambio climático, cualquier factor que pueda agravar la crisis es importante. Si tomamos en cuenta lo poco que sabemos sobre los océanos más allá de las costas y su impacto en los cambios que se vienen, es urgente conocerlos mejor.





Desde las zonas de pesca, corrientes marinas, los puntos de origen de las tormentas tropicales, hasta la topografía de fondo son importantes. Habrá que tomar medidas de precaución y protección, y para hacerlo se necesita información y mantenerla constantemente actualizada. Próximamente trataremos sobre la manera de lograrlo.

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