Aunque sin el poder destructor que mostró en Bahamas, donde ya hay 30 muertos, el huracán azotó ayer la costa este de EE.UU.
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El huracán Dorian golpeó ayer el sureste de Estados Unidos con fuertes vientos y una lluvia torrencial, luego de haber arrasado el norte de las islas Bahamas, donde ha dejado 30 muertos, hasta ahora, y miles de personas sin hogar.
Los residentes de Carolina del Norte y Carolina del Sur resistieron el azote del huracán de categoría 3 mientras aumentaban los esfuerzos internacionales por ayudar a las víctimas de Dorian en las islas bahameñas que recibieron el mayor impacto: Gran Bahama y Ábaco.
La monstruosa tormenta también desató varios tornados en el sureste estadounidense, pero no se reportaron víctimas en lo inmediato.
En la histórica ciudad de Charleston, Carolina del Sur, los fuertes vientos derribaron árboles, semáforos y postes de luz. Las calles estaban desiertas y la mayoría de los negocios tenían las ventanas tapiadas.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), con sede en Miami, informó que Dorian sopló ayer con vientos máximos sostenidos de 175 km/h.El estado de Florida salió en gran medida ileso del paso de Dorian. ?Tuvimos suerte en Florida. Mucha suerte de hecho?, señaló el presidente Donald Trump.
? Emergencia total ?
En tanto, la ayuda para los sobrevivientes de Dorian en Bahamas está llegando no solo de varios gobiernos como el estadounidense, británico o canadiense, así como de países vecinos, sino también del sector turístico.
El referido sector privado, muy importante para Bahamas, también está donando material de primera necesidad. Es el caso de la Asociación Bahameña de Hoteles Turísticos, la Fundación Sandals y las líneas de cruceros, entre muchos otros.
El problema sigue siendo el hacer llegar toda la ayuda debido al cierre de los puertos marítimos y la destrucción de los aeródromos.
Las pérdidas totales aseguradas y no aseguradas en Bahamas llegan a 7.000 millones de dólares, una cifra que incluye edificios y las interrupciones de las actividades comerciales, según una estimación preliminar de Karen Clark & Co, consultora que brinda servicios de gestión de riesgos catastróficos.
Ramond King, sobreviviente de las islas Ábaco, vio cómo vientos arremolinados arrancaron el techo de su casa. ?Esto no puede ser real?, repetía King. ?Aquí no hay nada en absoluto. Todo se ha ido, solo hay cuerpos?.