Conectando vidas

Si algo nos ha quedado claro luego de quince meses en el Ministerio de Transporte, es el gran valor social que tienen las obras de infraestructura para las personas que se mueven por el país. Más allá de brindar los medios para mover mercancías o productos, estas obras unen a los colombianos. Por las vías y carreteras del país viajan diariamente los sueños de miles de compatriotas, que quieren estar más cerca de su casa, llegar a sus sitios de estudio, mover lo que producen. En todo esto, la infraestructura es fundamental. Por eso, desde el inicio del Gobierno se vio la necesidad de culminar las obras y los proyectos que estaban iniciados, y que por diferentes motivos no funcionaban. La situación era preocupante: 21 proyectos de las Autopistas de Cuarta Generación (4G), de 30 que habían sido contratados, estaban paralizados. Algo similar ocurría con obras llamadas a cambiar la vida de la gente, además de estimular el comercio y generar competitividad, como el túnel de La Línea o el puente Pumarejo. Pasaba el tiempo, y estas no concluían, afectando la credibilidad de inversionistas y, más grave aún, la confianza de los colombianos, dueños legítimos de las vías. Era evidente lo que había que hacer: entregarle a la ciudadanía lo que se le había prometido. La infraestructura y su desarrollo deben ser de largo plazo, trascender gobiernos, complementarse antes que cambiarse. Se trata de obras que le pertenecen a la ciudadanía, a nadie más. De ahí la decisión de destrabar lo que estaba quieto. Para lograrlo realizamos y publicamos un diagnóstico del programa 4G en el que identificamos problemas comunes a los proyectos, y propusimos soluciones de estos. También era necesaria una verdadera articulación gubernamental para lograr una toma de decisiones coordinada. En esto fue clave la creación de la Comisión Intersectorial de Infraestructura, que lidera la Vicepresidenta de la República. En este espacio se reúnen todos los entes gubernamentales que tienen incidencia en la infraestructura, y juntos construimos las soluciones. Además, en el ministerio creamos el Cuarto de Reactivación Económica, lugar donde se analiza el estado de cada proyecto 4G y se ejecutan las soluciones previamente definidas. El panorama ya se ve diferente. Hoy tenemos 22 proyectos avanzando, el sector lleva dos trimestres creciendo al 13 por ciento o más, y desde agosto de 2018 ha aumentado 14,5 puntos porcentuales. Además, los grandes proyectos concesionados han generado más de 100.000 empleos. Entre los desafíos que plantea esta nueva realidad está la búsqueda de nuevas fuentes de financiación para los proyectos que estamos estructurando, algo sobre lo que también hemos avanzado. El Plan Maestro de Transporte Intermodal (PMTI), producto del trabajo de varios gobiernos de manera articulada con el sector privado, realizó una identificación de este tipo de alternativas, entre las cuales se encuentra la Contribución Nacional de Val orización. Mediante este mecanismo, aquellos proyectos que generen incrementos sustanciales en el valor de los predios tendrán una fuente de recursos que serán aportados por los más beneficiados económicamente por las obras, reduciendo la tarifa que sería cobrada a todos los usuarios de la vía. En los últimos meses hemos venido avanzando en el documento Conpes que recoge los lineamientos de política para hacer realidad este mecanismo. Además, en conjunto con el Ministerio de Hacienda, se ha trabajado un proyecto de decreto que, con base en el Conpes mencionado, establecerá los procesos, etapas y actores idóneos para la aplicación del instrumento a los proyectos de infraestructura de transporte. Esperamos que esta normativa sea expedida durante el primer semestre de 2020, permitiendo iniciar un proyecto piloto que ya está en estructuración. * Ministra de Transporte
Avances en infraestructura
Ángela María Orozco*
El panorama ya se ve diferente. Hoy tenemos 22 proyectos avanzando, el sector lleva dos trimestres creciendo al 13 % o más, y desde agosto de 2018 ha aumentado 14,5 puntos porcentuales.