En Puerto Rico, un movimiento sin precedentes
Puerto Rico venía recibiendo golpes hace algún tiempo: más de diez años de recesión, casi la mitad de la población viviendo bajo la línea de pobreza, uno de los niveles de desigualdad más altos del mundo, una emigración de cerca del 10% de su población en la última década, servicios públicos deficientes y un gobierno que no supo responder en 2017 a la emergencia del huracán María, el más potente del que haya registro en la isla, que arrasó con gran parte del territorio
Puerto Rico venía recibiendo golpes hace algún tiempo: más de diez años de recesión, casi la mitad de la población viviendo bajo la línea de pobreza, uno de los niveles de desigualdad más altos del mundo, una emigración de cerca del 10% de su población en la última década, servicios públicos deficientes y un gobierno que no supo responder en 2017 a la emergencia del huracán María, el más potente del que haya registro en la isla, que arrasó con gran parte del territorio.
Las frustraciones se acumularon y estallaron en julio, cuando se encendió una mecha política: la filtración de una serie de mensajes de un chat entre el entonces gobernador Ricardo Rosselló y su círculo más cercano, en el que insultaban a periodistas y opositores, con vulgaridades y burlas. También había evidencia de presunta corrupción.
Las protestas para pedir la renuncia del gobernador se multiplicaron y a ellas se unieron artistas globales como Ricky Martin, Residente, Bad Bunny y Benicio del Toro. Tras varios días en los que la tensión parecía incontenible, en un mensaje en Facebook, Roselló renunció a su cargo.
El movimiento pacífico y sin precedentes abrió una nueva etapa en la vida política del estado asociado a EE.UU., lo que lo llevó al primer lugar del ranking regional de GDA.