Jueves, 12 de Junio de 2025

Thomas North: el "monarca" del salitre que influyó en la guerra civil de 1891

ChileEl Mercurio, Chile 22 de marzo de 2020

El superventas autor de "Un veterano de tres guerras" entrega una detallada y apasionante radiografía del británico John Thomas North en su próxima publicación, "El rey del salitre que derrotó a Balmaceda" (Ediciones B). Un personaje controvertido en la historia de Chile del siglo XIX que varios historiadores han estudiado. Parvex tiene una opinión tajante sobre su participación en la guerra civil de 1891: "No se limitó a prestarles suculentas sumas de dinero para que los revolucionarios finalmente pudieran derrotar al presidente, sino que generó lobby en las más altas esferas del gobierno británico para bloquear la ayuda al mandatario nacional", adelanta el investigador.

John Thomas North (1842-1896) es uno de los personajes controversiales de la historia de Chile y europea. Estamos ante una figura con "una gran astucia y falta de principios", en palabras de Harold Blakemore, autor de uno de los libros referenciales sobre este británico.
"Comparto la mirada de este investigador, pero también considero que, más allá de su carencia de principios, tuvo prácticas que tienen que ver con lo delincuencial. Eso es lo que hizo", afirma tajantemente Guillermo Parvex.
El periodista chileno es responsable de uno de los sucesos literarios de la última década. Con numerosas ediciones y más de 50 mil copias vendidas, "Un veterano de tres guerras" -publicado originalmente en 2017- lo consagró como uno de los autores más leídos en nuestro país, gracias a las apasionantes memorias de José Miguel Varela, un militar que no solo tuvo un papel trascendental en una legendaria triada de conflictos bélicos, sino que además, como ferviente y leal republicano-progresista, se abanderizó políticamente con el expresidente José Manuel Balmaceda e incluso llegó a arriesgar su vida en la batalla de Placilla.
Tomando como fuente de inspiración y contexto parte de ese período en que transcurre "Un veterano de tres guerras", Parvex está de regreso con "El rey del salitre que derrotó a Balmaceda" (Ediciones B). Como explica el autor, el propósito de este trabajo no es entregar un relato del gobierno de la época, entre 1886 y 1891, ni de la guerra civil, ya que ello ha sido suficientemente estudiado por numerosos cronistas e historiadores. "Es sabido que en los orígenes de esta revolución aparecen como personajes clave algunos parlamentarios que coincidentemente trabajaban representando los intereses del inversionista británico John Thomas North. A raíz de la inmensa fortuna lograda por las calicheras, el inglés terminó siendo conocido como el 'rey del salitre'. Balmaceda era su enemigo, ya que con sus políticas nacionalistas amenazaba su imperio en Tarapacá", adelanta el periodista.
La curva ascendente de un millonario
Este súbdito británico había llegado a Chile a inicios de 1870, sin mayor protagonismo y, quince años más tarde, regresó a un palacio en Inglaterra como uno de los hombres más acaudalados de su tiempo.
John Thomas North Gambles nació el 30 de enero de 1842, en un pueblo de Leeds y, como escribe Guillermo Parvex en su más reciente publicación, creció en un barrio de estacionamientos de carretas, depósitos de carbón y enormes fundiciones que mantenían las callejuelas llenas de humo tóxico, día y noche. Vivía con su madre en un sótano de un pub en Grape Street y comenzó a trabajar como aprendiz de mecánico. Tras ocho años de dominar este oficio, se cambió a la firma Steam Plough Works y se casó, en 1865, con la hija de una prominente figura del Partido Conservador de Leeds. En 1869 fue enviado a Chile para supervisar la construcción de calderas para locomotoras de la maestranza de Carrizal y en el puerto de Caldera.
Decide independizarse y en 1871 se radica en Iquique, cuando aún era peruano y los terrenos del salitre pertenecían a ese país. Una vez finalizada la Guerra del Pacífico, North -junto a otro británico aliado, Robert Harvey-, "manejando lo que hoy llamaríamos información privilegiada, comenzó a ubicar a los antiguos propietarios de salitreras expropiadas por Perú y canceladas con bonos", advierte el autor de "El rey...", y explica que la operación consistió en adquirir a un mínimo precio la mayoría de los papeles correspondientes a las mejores oficinas salitreras de nuestro país. Para ello, el Banco de Valparaíso le facilitó la increíble cifra de seis millones de pesos de la época y el 28 de marzo de 1882 ambos ingleses quedaron como propietarios de este preciado patrimonio. Junto con ello, y así lo afirma el periodista, en varias de sus adquisiciones este inglés logró atraer capitales inflados a sus arcas. "La salitrera Ramírez fue adquirida por North en cinco mil libras y en Londres se organizó una sociedad por ciento cincuenta mil libras, a la que traspasaron la propiedad de esta salitrera previo depósito de cincuenta mil libras. El negocio estaba en aumentar artificialmente el precio en Londres y no en Tarapacá".
De esta manera North, que llegó a América con apenas unas monedas en su billetera, logró amasar una cuantiosa fortuna.
Guillermo Parvex es un convencido de que los orígenes de la guerra civil no fueron netamente políticos, sino fundamentalmente económicos, y el líder de esta revolución fue el llamado "rey del salitre". Mediante documentos, correspondencias, telegramas y fotografías que fue escarbando en distintos archivos de nuestro país, tanto en Santiago como en Tarapacá, como el material que pidió a las cancillerías británica y alemana, el autor va hilando y descubriendo cómo diversos parlamentarios de la época contaron con el apoyo invaluable de North, quien no se limitó a prestarles suculentas sumas de dinero para que los revolucionarios finalmente pudieran derrotar al presidente José Manuel Balmaceda, sino que generó lobby en las más altas esferas del gobierno británico para bloquear la ayuda al mandatario nacional, y facilitar una flotilla de guerra británica que apoyó eficazmente a las fuerzas congresistas.
Su caída en desgracia
El periodista recalca que la animadversión entre ambas figuras tuvo su inicio en el momento en que el Jefe de Estado -que veía en esta medida un gran motor para el mejoramiento de las obras públicas y la educación- decide acotar la propiedad extranjera de las salitreras y dar prioridad a la explotación de nuevos yacimientos por parte de empresarios nacionales asociados, en cierta medida, con el Estado, aumentando de manera significativa la recaudación tributaria. Balmaceda ya había dado un importante paso, en abril de 1887, cuando emitió un decreto que puso término a los certificados salitreros que se transaban en Londres, declarándolos propiedad del gobierno. La guerra ya estaba declarada y North no se quedaría tranquilo hasta no ver a salvo su capital.
Al final de sus días, el británico cayó en desgracia financiera porque especuló con acciones y fue perdiendo todas las empresas que tuvo en el Congo y Gran Bretaña; incluso tuvo que vender salitreras chilenas y sus activos en Brasil, Egipto y Francia. En 1896, a los 54 años, murió de un infarto agudo al miocardio.
"Falleció, pero las consecuencias de la guerra civil fueron tremendas. En apenas ocho meses fallecieron 14 mil personas. Fue una carnicería a nivel nacional. Y hay un hecho muy triste: los que se enfrentaron en la Revolución del 91 fueron todos compañeros de armas en la Guerra del Pacífico. José Miguel Varela muestra ese quiebre de antiguos camaradas. Pero, pese a lo cruento que fue ese enfrentamiento, se evidenció un período de reconciliación bastante breve. Fue un mérito de nuestra sociedad dar vuelta rápidamente la página", cierra el autor de "El rey del salitre que derrotó a Balmaceda", quien en este volumen también reproduce varias líneas de su entrañable veterano. "Dejé que Varela hablara, porque más que entregar cifras o estadísticas, el mejor testimonio en primera persona y con carga emotiva de lo que fue ese momento histórico le corresponde a él", dice.
-Usted dedica varias líneas a describir la particular personalidad de John Thomas North. ¿Sería hoy una suerte de "nuevo rico"?
"Absolutamente. La prensa de la época lo tildó de chabacano, extravagante, recargado y ostentoso. En sus viajes no abordaba un vapor cualquiera. !No¡ Él arrendaba un buque completo de lujo para él y subía a una gran cantidad de periodistas, porque le interesaba conquistar a la opinión pública. También tuvo, como parte de su staff , a varios periodistas para que lo ayudaran a difundir una imagen de persona rica e influyente. Gastaba una enorme fortuna en organizar y apostar a las carreras de caballos y galgos, y siempre se le veía rodeado por un séquito de secretarios, ayudantes y aduladores. Sin embargo, pese a su fortuna, sentía que le faltaban títulos para codearse con la alta sociedad inglesa. En marzo de 1885, gracias a que equipó con un vistoso uniforme a un batallón de ingenieros de su país, la reina Victoria le confirió el título de coronel y en 1888 fue nombrado gran maestre de la logia masónica del condado de Kent. Se empezó a codear con los hijos de la reina Victoria, fue amigo personal del rey Leopoldo de Bélgica, en uno de los salones de su casa instaló como 14 esculturas y para su uso personal adquirió más de 40 caballos. Eso sí, y ahí lo consigno en el libro, en el contexto de un viaje a Estados Unidos sufrió una gran indignación, en 1889, cuando en medio de una gira la prensa estadounidense lo tildó como el 'nuevo rico' y el 'conde de Montecristo' chileno. Era precisamente como no quería que lo vieran. En Tarapacá también cayó en grandes chabacanerías al regalarle a un comandante de Bomberos un casco de plata que pesaba más de cinco kilos".
-¿El presidente Balmaceda también, de alguna manera, hirió esa "extravagancia" de North?
"En este libro doy cuenta de ese episodio. En un encuentro entre ambos, el inglés empleó todas sus dotes de simpatía y le hizo entrega simbólica al mandatario de dos presentes: una pareja de caballos árabes fina sangre que había traído desde Inglaterra y un mascarón de proa de la Esmeralda revestido de plata. Según el secretario del presidente, Balmaceda agradeció con cortesía los regalos, pero también le comunicó que donaría los caballos al zoológico de la Quinta Normal y que la otra valiosa pieza sería entregada al Museo Histórico Militar. Como mandatario no podía aceptar esas dádivas. Algunos testimonios gráficos permiten afirmar que después de esa reunión, John Thomas North permaneció en Santiago y en ciudades cercanas, generando decidores encuentros con políticos, militares y marinos. Viendo lo que pasó meses después, es lo más probable que en esas juntas se fraguara la guerra civil".
-¿Qué papel jugó el Congreso de la época?
"Los documentos hablan claramente cómo diputados y senadores se aliaron contra Balmaceda. En un paso más allá, empecé a hilar y descubrí que hay parlamentarios que eran jefes jurídicos de los tranvías de Iquique que pertenecían a North. !Muchos congresistas fueron empleados de North¡ Por eso en el libro hablo de una bancada salitrera liderada por Carlos Walker Martínez. Ellos se opusieron al presidente porque este último, con sus proyectos de modernización del Estado, también colocó en peligro sus negocios. John Thomas North no fue un personaje aislado, y eso trato de mostrar en este volumen, todas sus redes e hilos en Chile y en el extranjero".
-En este libro, al igual que José Miguel Varela, usted no esconde su admiración hacia Balmaceda...
"Quiero ser bien preciso en este tema. Traté de escribir de la forma más imparcial y quirúrgica posible, pero debo reconocer que tengo una tremenda simpatía por Balmaceda y admiración por su gobierno, y posiblemente se note en este texto. Si es así, lo reconozco. Las razones tienen que ver con que, a mi juicio, fue el primer presidente chileno que trató de llevar el progreso a todo el país. Él consideraba que, gracias a la riqueza del salitre, el pueblo iba a surgir con educación, conectado y con buena salud. Esos fueron los tres grandes ejes de su administración".
Los próximos proyectos de ParvexEl periodista chileno adelanta a "Artes y Letras" que dejará por un tiempo de lado la crónica que le ha dado tanto éxito entre los lectores, para incursionar en la novela histórica. "Será mi debut en este género y para ello estoy enfocándome en el mundo indígena, en el siglo XIX", dice.
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