El COVID-19 altera su plan de estudio
El coronavirus COVID-19 alteró los planes de la periodista puertorriqueña Cindy Burgos Alvarado de iniciar, presencialmente, una maestría en la Universidad Nacional de San Martín, en Argentina, país suramericano al que se mudó en febrero
El coronavirus COVID-19 alteró los planes de la periodista puertorriqueña Cindy Burgos Alvarado de iniciar, presencialmente, una maestría en la Universidad Nacional de San Martín, en Argentina, país suramericano al que se mudó en febrero.
Como medida preventiva ante la expansión de la pandemia, la universidad movió todos sus cursos a la modalidad virtual, y Burgos Alvarado empezó a estudiar, el pasado miércoles, desde un espacio que habilitó en su apartamento en Buenos Aires. La maestría es en Periodismo Narrativo.
Para la orocoveña, de 30 años, la sustitución del salón de clases por la computadora trae consigo un cambio de expectativas, ya que su trabajo actual como periodista también es remoto.
"La idea era ir al salón de clases. En la medida que las clases son online, me ata más a la computadora. Por lo menos, las clases de cuatro horas las redujeron a dos para no estar tanto rato conectados", contó en entrevista telefónica.
"Creo que, para la misma universidad, esto es un trastoque de lo que es la maestría. Una maestría en Periodismo Narrativo es mucho aprender a observar lo que está alrededor tuyo y, en la medida que estás encerrado, se limita la observación. La idea es, también, que haya interacción entre el grupo (de estudiantes)", añadió.
Burgos Alvarado confía en que las clases regresen a la modalidad presencial cuando la situación con el COVID-19 se normalice y sea seguro congregarse en grupos nuevamente.
"No consideré regresar a Puerto Rico porque yo venía a estudiar para acá. En realidad, era cosa de adaptarme a las medidas que se tomaran en este país, y he tenido que estar muy pendiente a las noticias de acá por eso", dijo, y afirmó que también se mantiene atenta a la situación en la isla y en comunicación constante con su familia.
Bajo estricta cuarentena
Siguiendo la misma línea, la periodista explicó que, en Argentina, está vigente un aislamiento social obligatorio, al menos, hasta el final de la Semana Santa.
Hasta el miércoles, en el país había 1,133 casos positivos de COVID-19 y 32 muertos. La ciudad de Buenos Aires y la provincia homónima concentran cerca del 70% de los casos, según el Ministerio de Salud.
"Dentro de la región (suramericana), Argentina es uno de los países en los que el virus está más controlado, porque tomaron acción desde el principio. Por ejemplo, cancelaron el inicio de clases, pautado para marzo, y solo está permitido salir del hogar si vas al hospital, comprar medicinas o comida", dijo.
"El resto de los comercios, más o menos, está cerrado. Además, hay límites en las fronteras con países cercanos e, incluso, entre las mismas provincias argentinas, porque casi todas tienen casos de coronavirus. Sí está permitido salir a pasear los perros", abundó.
Burgos Alvarado relató que, al igual que en Puerto Rico, la Policía arresta diariamente a personas por violentar las condiciones de la cuarentena. La milicia asiste a la Policía en esta faena.
Los mercados, carnicerías y fruterías permanecen abiertos, y han establecido controles tanto en la cantidad de clientes que atienden como en la distancia que deben mantener respecto a los demás. Los alimentos no escasean, aunque en las farmacias no había alcohol líquido, sino en gel. Hay transporte público, pero limitado.
La periodista acentuó que se le ha hecho difícil cambiar dólares estadounidenses por pesos argentinos.
"Hay sitios en los que solo aceptan efectivo y la cantidad que te da el cajero es limitada, quizás equivalente a $100 en pesos argentinos, lo cual es relativamente poco. Por suerte, yo vine con efectivo, y he ido cambiando a pesos argentinos poco a poco, porque la devaluación es tanta que el cambio varía a diario, sobre todo en este contexto", dijo.
Añadió que en algunos lugares se puede pagar con tarjeta de crédito, pero el cambio por dólares es menor al que ofrecen en la calle. El cambio oficial ronda los 67 pesos argentinos por cada dólar. Pero, en un sitio de cambio en efectivo, se puede obtener 79 pesos argentinos por cada dólar.
"Ahora mismo, esas casas de cambio están cerradas, así que es otra complicación. Es bien difícil sacar dólares acá. Hay controles del gobierno para evitar que la gente esté usando dólares, y el peso (argentino) está tan devaluado, que los precios de las cosas cambian constantemente", declaró.
Cancela viajes de trabajo
Burgos Alvarado trabaja, como contratista, para una compañía estadounidense cubriendo temas económicos, en particular, sobre la industria avícola y agroalimentos.
"En la compañía, todo el mundo trabaja remoto, así que no ha habido un cambio radical. En ese sentido, todo sigue como de costumbre, aunque la cobertura del coronavirus ha sido primordial", dijo.
Indicó, no obstante, que suele hacer viajes frecuentes para cubrir eventos agroalimentarios internacionales, y fueron cancelados o pospuestos hasta nuevo aviso.
"Antes, como trabajaba remoto, trataba de ir a un café distinto o un coworking space para no estar encerrada, pero ahora el trabajo lo tengo que hacer desde la casa. Trato de tener un horario de desayuno, almuerzo y cena para dedicarme bien al trabajo y, ahora, a los estudios, porque necesito leer para la universidad", señaló.
Burgos Alvarado indicó que, por el momento, no ha tenido tiempo para aburrirse, pero admitió que le ha "pegado fuerte" estar todo el día en la casa, porque "me gusta salir, comer fuera e irme de fiesta, pero todo eso está cancelado".
"No sabemos cuándo vayamos a retomar la normalidad, y eso es lo más fuerte", dijo, al destacar que la gente que sale a la calle lo hace, en su inmensa mayoría, con mascarillas y guantes.
Resaltó, además, que el gobierno argentino permitió, desde el principio de la emergencia, que las personas mayores de 65 años no trabajaran, ya que son la población más vulnerable al coronavirus.
Debido al COVID-19, Burgos Alvarado tampoco ha concretado sus planes de mudarse a un apartamento más espacioso. Ese tipo de servicio también está paralizado.