Viernes, 26 de Abril de 2024

Los motivos por los que Alberto Fernández evitó renuncias tras el viernes negro

ArgentinaLa Nación, Argentina 5 de abril de 2020

Piensa que en las próximas semanas habrás situaciones más complejas y que requiere guardarse recursos para entonces

La Jefatura de Gabinete de la residencia de Olivos, sede del comando político de la crisis, se convirtió el viernes en un hervidero. Con el caos instalado en las calles, se buscaron culpables, se tejieron estrategias y se analizaron represalias contra funcionarios y banqueros. Pero . Estaba más preocupado, cuentan en su entorno, por organizar el operativo del día siguiente y por planificar de la cuarentena.
En las peores horas de su gobierno, Alberto Fernández protegió a su equipo y recurrió al auxilio de los intendentes del conurbano. Con la coordinación de Juan Zabaleta (Hurlingham) y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis (exintendente de San Martín), los jefes comunales se pusieron a disposición para en sus municipios. También convencieron al Presidente de que el operativo de reapertura de los bancos había tenido fallas de implementación y que no había sido mera responsabilidad de los que no respetaron el cronograma de pagos del bono de 10.000 pesos del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), tal como creía Fernández ayer a la mañana.
Los funcionarios responsables de las fallas en el operativo quedaron identificados durante la tarde: el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el director de la Anses, Alejandro Vanoli. Ellos deberían haber establecido un cronograma de pagos más claro y haber preparado un operativo en los bancos para ordenar la espera, dijeron en el entorno del Presidente. Fernández habló con los dos varias veces durante el día. Les advirtió que lo que pasó no se podría repetir y los instruyó para que coordinaran los detalles del operativo de los días siguientes con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. Les encargó, además, que salieran a explicar el tema en los medios, que pusieran la cara. Él haría lo mismo, en la mañana de ayer.
Pero el Presidente decidió que no rodaran cabezas. ¿Por qué? Fernández, cuentan en su entorno, entiende que el país está en las puertas de una situación mucho más grave de lo que la mayoría piensa y que, en ese marco, no le conviene tener reacciones intemperantes. "Está mirando el mediano plazo, más que nosotros. Sabe que lo peor de la crisis todavía no llegó y que cuando crezca el número de muertos y las cosas se compliquen en serio, fallas como las de ayer van a perder relevancia", dijo un funcionario que trabaja con él a diario, en la sala de situación montada en Olivos.
Desde que estalló la crisis, el Presidente reforzó la confianza en su círculo íntimo. Son un puñado de dirigentes con los que repasa todos los temas. Lo hace en charlas mano a mano, o en tertulias improvisadas en la sala de reuniones pegada a su despacho, equipada con tres pantallas que informan en tiempo real el número de contagios, de muertes, de camas y de respiradores disponibles. Integran ese grupo selecto el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, a cargo de la agenda y el reparto de tareas; el jefe de asesores, Juan Manuel Olmos, y el asesor Julián Leunda, que reciben encargos puntuales y operan como puentes para hacer llegar mensajes al Presidente, y el vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, en contacto con la prensa. "No hay una rutina. Atajamos todo lo que podemos atajar", cuenta uno de ellos.
Instalado en la Casa Rosada, Cafiero va y viene, y coordina el trabajo operativo de la otra parte central del equipo, que tiene como piezas fundamentales a la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, y a la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra. Beliz es otro todoterreno, al que Fernández le encarga tareas diversas. "El Presidente está conforme con el rendimiento de los ministros, en especial con los que están más involucrados en la crisis, como Wado [De Pedro], Arroyo, Frederic y Ginés [González García]", dicen en Olivos.
El Presidente, aseguran en su círculo más cercano, quedó, sin embargo, muy preocupado por el impacto de lo que pasó el viernes. "No lo inquieta tanto perder popularidad. Sabemos que en esta crisis no va a tener siempre una imagen del 90 por ciento, como al principio, porque vamos a cometer muchos errores, y la imagen sube y baja. Lo que le preocupa en serio es que a partir de esto se relaje la cuarentena, que la gente entienda que el aislamiento ya no es tan importante. Eso pone en riesgo todo lo que veníamos haciendo", contó un integrante de la mesa chica.
Otra preocupación que flota en Olivos es cómo proceder frente al pico de contagios, proyectado para la segunda semana de mayo. Con la carta de la cuarentena ya gastada y la economía exhausta, en el Gobierno se preguntan si habrá margen para mantener la actividad o si habrá que recurrir a una segunda etapa de confinamiento.

La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela