Kiwis enfrentan su temporada más desafiante

R oberto Hiribarren está a punto de jugarse el año. El productor de kiwis de Linares, Región del Maule, está comenzando a cosechar.
"Aunque el agua no sobra, sí se pudo regar normalmente. No tuvimos problemas de heladas en nuestra zona y como el clima fue más seco, no hemos tenido mayores problemas sanitarios", explica Hiribarren, que es presidente del GTT de kiwis de Linares.
Más al norte, en Peumo, Región de O'Higgins, Felipe Rieutord va bastante más avanzado. La semana pasada sumó casi la mitad de su producción cosechada y embalada.
"El riego fue más difícil que otros años y creemos que vamos a cerrar con 5% a 10% menos de volumen que lo proyectado inicialmente", sostiene Rieutord.
Cuando la mayoría de los fruticultores está en un período en que las actividades comienzan a declinar, los productores de kiwis están en plena cosecha. La coyuntura climática y del coronavirus están generando una de las temporadas con mayores incertidumbres de los últimos años.
Baja en la exportación
Felipe Espinosa, productor de kiwis en Curicó, Región de Maule, explica que en su zona los agricultores tuvieron que tomar una decisión dolorosa.
"Ante las dificultades de acceso al agua, varios productores de la zona prefirieron regar sus cerezos y no sus kiwis, pensando en la rentabilidad por hectárea", afirma Espinosa.
Tradicionalmente, el kiwi ha sido un cultivo de menores ingresos, pero ello se compensaba con el atractivo de generar trabajo y permitir amortizar costos de infraestructura durante el receso del resto de la fruticultura.
Este año, las proyecciones apuntan a una caída en los volúmenes de producción.
"La primavera fue razonablemente buena, se veía una buena carga de fruta. Sin embargo, el verano fue caluroso y hubo dificultades para regar en varias zonas", afirma Carlos Cruzat, presidente del Comité de Kiwi.
En el gremio estiman que la oferta exportable de kiwi para la temporada
2020-2021 llegará a 150 mil toneladas, una caída respecto a las 153 mil de la campaña anterior.
La disminución de los volúmenes se atribuye, en gran medida, a los menores calibres que tienen los kiwis en esta temporada producto del calor veraniego y la falta de agua.
Sin embargo, para los agricultores juega a favor que la acumulación de azúcar es alta, sumado a que la gran mayoría de la fruta tiene baja carga de enfermedades, lo que facilita las ventas y la guarda. Hay que recordar que no son pocas las exportadoras que aprovechan la natural capacidad de guarda que tiene el kiwi para recién salir a vender en forma importante a partir de agosto.
De hecho, el principal escollo productivo por estos días está fuera de los campos. La arremetida del coronavirus en Chile se produce justo en el momento de mayor trabajo del kiwi.
"Hemos seguido todas las exigencias sanitarias para evitar contagios. Sin embargo, no sabemos qué medidas pueden proponer las autoridades en las próximas semanas. Para que la fruta tenga una buena comercialización es importante cosechar con los parámetros que exige el Comité del Kiwi, por eso me preocupa que por el temor al coronavirus se saque la fruta más temprano de lo que se debería", afirma Felipe Espinosa.
Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting, ve con buenos ojos que la superficie de nuevas variedades de kiwis, aunque todavía son marginales, siga creciendo este año, lo que habla de un rubro que busca ser más competitivo.
Europa a la espera
La comercialización también tendrá desafíos importantes este año.
"Se veía una temporada atractiva hasta que se presentó el coronavirus", sentencia Felipe Rieutord.
Según un informe elaborado por Decofrut para el Comité del Kiwi, la producción de Italia en 2019 disminuyó 23% respecto de 2018. Dato relevante, pues ese país es el principal productor de Europa, el tradicional mercado para el kiwi chileno.
A fines de febrero, los stocks italianos llegaron a 106 mil ton, 34% menos que ha igual fecha de 2019.
Por eso, tanto productores como exportadores ven mayor interés por cerrar tratos por parte de los importadores. Juega a favor que el kiwi se ha posicionado ante los consumidores como una fuente de vitamina C, algo altamente apreciado en tiempos del coronavirus.
"El mercado valora el trabajo por mejorar la calidad de los envíos chilenos. De hecho, en los últimos años hemos tenido buenos retornos y este año debería ser similar", afirma Ricardo Hiribarren.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas en la exportación. Entre las firmas comercializadoras hay preocupación por la logística en los mercados de destino. La posibilidad de cierres más drásticos de fronteras o de traslado de mercancía al interior de los países en los próximos meses pueden jugar en contra.
Otros actores de la industria mencionan que la posibilidad de que se presente una gran cantidad de calibres chicos puede dificultar la venta.
En todo caso, en el Comité de Kiwi hay un cauto optimismo.
"Vemos que los importadores europeos se están preparando para recibir los kiwis chilenos. En el mundo hay demanda por esa fruta y toda la fruta se va a vender", sentencia Carlos Cruzat.
Aumentar la productividadAunque la baja en la producción de este año tiene fuerte influencia climática, también es verdad que la superficie del kiwi lleva varios años de retrocesos.
El arranque de huertos de kiwis se debe a problemas sanitarios y a la baja productividad por hectárea de los huertos más viejos.
En la industria se estima que el piso para ser un agricultor rentable está en los 30.000 kilos por hectárea.
Roberto Hiribarren explica que los nueve socios del GTT que el encabeza en Linares se mueven entre los 35 mil y 45 mil kilos por hectárea de fruta exportable, teniendo en cuenta que las exigencias hoy son bastante mayores que hace un lustro.
Ese avance productivo lo han logrado gracias a un sistemático mejoramiento en los procesos productivos. En el caso de la PSA, por ejemplo, pasaron a hacer controles durante todo el año.