Psiquiatra chilena en Suecia cuenta cómo aborda ese país la salud mental de la población ante la pandemia
La especialista acaba de ser nombrada jefa de una nueva unidad para pacientes psiquiátricos con covid-19, en uno de los centros hospitalarios suecos más prestigiosos.
Este mes, el reconocido Hospital Universitario Karolinska, en Estocolmo (Suecia), el segundo más grande de ese país, puso en marcha una nueva unidad en su clínica psiquiátrica Psykiatri Sydväst.
Se trata de un espacio especializado para pacientes psiquiátricos con covid-19. Y a su cargo está una chilena: Paulina Aceituno (40), psiquiatra de la Universidad de Chile, quien vive en el país europeo hace diez años.
Desde allí, la doctora cuenta a "El Mercurio" sobre esta y otras políticas que se han tomado en Suecia para abordar la salud mental de la población ante la pandemia, un punto en el que la nación nórdica ha puesto énfasis desde el inicio del brote en su territorio.
"Algo que ocurre aquí, al igual que en Chile, es que todavía hay estigma sobre las enfermedades mentales, y a muchos se les trata como histéricos, entonces la idea de la nueva unidad es que estos pacientes reciban una atención de calidad y especializada mientras pasan el virus", explica la especialista.
"Además, al estar separados, se evita que contagien a otros hospitalizados de psiquiatría que no tienen el coronavirus", agrega.
El sitio cuenta con un equipo de psiquiatras, enfermeros, paramédicos y trabajadores sociales. La importancia de este tipo de unidades, dice Aceituno, tiene que ver con que los pacientes psiquiátricos van a experimentar una hospitalización por coronavirus de forma muy diferente al resto de la población.
"Si tú estás angustiado, psicótico, tu percepción de la realidad es muy distinta. Imagínate que llega alguien vestido como RoboCop (debido a los accesorios de protección), que además te habla a dos metros de distancia. Eso puede ser muy angustiante", explica.
"Entonces, la idea es que sepan que los vamos a proteger y cuidar, pero además poder tener personal especializado en salud mental que los pueda manejar, porque son pacientes que pueden escupir o rasguñar, en lo cual el personal de un servicio de salud corriente no tiene tanta experiencia", añade.
Otro problema que le ha tocado ver por estos días, dice, es una gran cantidad de personas que no habían tenido contacto con la psiquiatría, pero que están buscando ayuda ante la pandemia.
"Vienen con mucha angustia, con miedo de enfermarse, de tener problemas económicos o de perder a la pareja", cuenta Aceituno.
Pero es una situación a la que Suecia se adelantó. "Acá se preparó mucha información que está disponible en las redes sociales de los servicios de salud y de las autoridades. En estas páginas, todos te ofrecen a quién contactar en caso de estar angustiado por la pandemia y también se difunde a través de la televisión".
Prevenir el impacto
A juicio de la doctora, todos los países deben pensar en los riesgos de que una parte de su población desarrolle problemas de salud mental a raíz del nuevo brote.
"Son pacientes que tienen más licencia médica, comen peor, fuman y beben más, y además se ven envueltos en episodios de violencia intrafamiliar. Es decir, hay una serie de efectos secundarios que podrían repercutir en la economía del país por quienes la están pasando mal ahora por el coronavirus", dice Aceituno.
Y añade: "La idea es que ataquen esta situación antes de que la gente necesite ayuda de urgencia, requieran hospitalizaciones y no quieran vivir. Hay que ayudarlos ahora para no llegar a ese momento".
Otra estrategia que podría marcar la diferencia en Suecia es que se han destinado recursos para impulsar las consultas de salud mental por videollamadas, cuenta la especialista.
"Aquí se popularizó mucho el tener videoconferencias con tus pacientes para tener un contacto cara a cara, que se sigan, ver cómo están y disminuirles la angustia. También es importante informar a la población de que esos servicios están disponibles", puntualiza.