Paula Daza "Podemos contagiarnos igual que todos, pero no siento miedo"
En su primera entrevista en profundidad, la pediatra revela sus estrategias para verse serena en medio de la catástrofe. Y habla de política, resiliencia, su relación con el Ministro de Salud, el sentido de equipo y su infancia. "Si cometo un error, tengo la capacidad para pararme de nuevo, corregirlo y seguir adelante, soy muy resiliente".
C ada noche, cerca de las ocho, esta pediatra de 60 años -quien, hasta antes de asumir el que resultó ser el cargo más estratégico de su vida en el Ministerio de Salud, era directora de Docencia, Desarrollo y Comunicaciones de Clínica Dávila- regresa a su casa repasando su día.
-Pienso en si las medidas que hemos tomado durante el día son las mejores para las personas. Porque lo que hacemos es muy dinámico, muy diverso, implica tomar una serie de decisiones y muchas son para contener la pandemia, pero pueden tener un impacto negativo. Cuando decidimos poner una comuna en cuarentena, sabemos que sirve para contener el virus, pero sabemos también que la medida afectará a las personas más allá del coronavirus.
-¿Qué herramientas cree tener para estar en el equipo que le hace frente a la pandemia más grande de los últimos 100 años?
-Siempre he sido trabajadora, he salido temprano de mi casa y he llegado tarde. Mis hijos me han visto muy trabajadora y eso es una fortaleza en esta pandemia que exige 24 horas al día, 7 días a la semana. Pero creo que lo que más me ha ayudado, desde un punto de vista personal, es mi capacidad de trabajar en equipo: una herramienta muy importante en una situación como esta. El equipo de la Subsecretaría de Salud Pública que está conmigo ha sido fundamental para llevar adelante esto; hace una labor silenciosa, anónima, y me permite ver cosas que yo no veo. Otra fortaleza que tengo es que si cometo un error, tengo la capacidad para pararme de nuevo, corregirlo y seguir adelante, soy muy resiliente.
Detalla su relación con el Ministro Mañalich, un tipo de carácter frontal que la escucha. Ambos enfrentan a la ciudadanía cada día con las nuevas cifras de la pandemia.
-Es un gran capitán de este barco que estamos sacando adelante. Un hombre tremendamente inteligente, muy estratégico. Ve de una manera especial las situaciones, es capaz de analizar de una manera importante. Antes de tomar una decisión es muy estudioso, se informa, analiza y escucha mucho en las reuniones de trabajo. Y confía. Eso a mí me ha dado tranquilidad y mucha seguridad para poder trabajar.
-¿Y cómo maneja el carácter del ministro?
-Yo agradezco mucho cuando las personas son frontales, más directas, porque te están diciendo lo que piensan. Poder entender eso es una herramienta para mí.
-Su rol como subsecretaria de Salud le ha dado notoriedad nacional. ¿Es difícil estar en la mira de la ciudadanía?
-Lo que más me importa es que las medidas y todo lo que hacemos, las personas las perciban y confíen que estamos tomando las mejores decisiones para la salud de la población. Me interesa crear confianza. ¿Y por qué confianza? Porque, en la medida en que confíen en las autoridades y en las medidas que estamos tomando, las personas responderán adecuadamente. Creo que la empatía es muy importante. Cuando hacemos un punto de prensa o tomamos una medida nueva, una de las cosas que más me importa, es si de verdad se entendió lo que quisimos decir y lo que estamos haciendo.
Daza dice que su trabajo y el del Ministro Mañalich está basado en conceptos nuevos: casos confirmados, aplanar la curva, meseta.
-Me interesa que las personas no se queden con temor, con incertidumbre, porque eso haría que no tomen las decisiones que queremos que tomen.
-¿Y las críticas?
-Las acepto. Creo que las personas tienen el derecho de criticar todo, cómo hablo, cómo digo lo que digo. Hay mensajes que uno trata de mandar y a veces no se entienden en su profundidad. Y me doy cuenta que uno tiene que ser muy cuidadoso para que todo se entienda.
-¿Cuál ha sido su momento de mayor preocupación y miedo o aún no lo alcanza? ¿En estos días álgidos, quién o qué es su mayor apoyo?
-Miedo no he sentido porque me he dado cuenta de que no estoy sola. Somos un equipo. Tener un equipo, desde el Ministro y el Subsecretario hasta el equipo de salud que está conmigo, es un gran apoyo. Y en el gobierno, desde el Presidente y La Moneda. Sentir que este es un gran equipo de trabajo nos ha permitido ser más fuertes.
Pero los apoyos que Paula Daza Narbona siente cotidianamente no terminan en sus colegas, jefes y la Presidencia de la República. Además dice que hay otro equipo del que ha sentido mucha ayuda.
-Tenemos un WhatsApp con los subsecretarios de todas las carteras y nos apoyamos en situaciones difíciles.
-Al momento de esta entrevista ya hay sobre 16 mil contagiados en Chile y poco más de 200 muertos por covid-19. ¿Cuándo cree usted y cómo será ese retorno seguro al trabajo y a la educación?
-Hemos hablado de que estamos teniendo el peak a fines de abril y principios de mayo. Pero, por los números, probablemente esto no será un peak, sino una meseta. ¿Por qué? Porque el número de casos nuevos en los últimos días y semanas, se ha estabilizado en alrededor de 500. Y probablemente seguirá de esta manera. Y en esta pandemia, que es una situación nueva en Chile y el mundo, tenemos que conciliar la contención del coronavirus y cómo seguir viviendo un largo tiempo con esta realidad. Por eso hemos dicho que esta situación debe ser paulatina. Obviamente una persona mayor no podrá volver aún a su actividad física presencial. Los enfermos crónicos tampoco. Pero estamos hablando de que personas con empleos esenciales, como los empleados públicos, pudieran volver antes que después. Esta nueva forma de vida será paulatina y progresiva. Estamos mirando lo que está pasando, porque todos los días aprendemos de esta pandemia.
La familia
"No importa tanto que no te pueda ver ahora porque igual te veo todos los días en televisión". Las palabras de su madre, Carmen Narbona Gómez, quien ya pasó los 90, las ha escuchado la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, en muchas de las llamadas que le hace cada noche. Son muy unidas -como todos los hermanos Daza, criados en diversos países por el trabajo diplomático del padre- pero ambas mujeres no se visitan hoy como parte de los resguardos por la pandemia de covid-19. Al finalizar el día, cuando regresa a su casa, también la esperan su marido Sergio Salas y sus dos hijos menores, Tomás de 26 y Antonia de 19, a quienes ve solo después de un estricto lavado de manos. Comen juntos, pero a prudente distancia. Comentan las noticias y a esa hora es cuando la subsecretaria, llama a su madre. Después habla también con su primogénito, Juan Pablo de 33, quien está casado. Daza confiesa que uno de sus hobbies, si tiene un fin de semana libre, -raro en estos tiempos- es conversar con sus tres hijos.
-¿Ha tenido miedo de contagiarse usted o contagiar a su familia?
-No siento miedo. Las autoridades estamos tomando todas las medidas necesarias para disminuir el riesgo de contagiarnos. Nos lavamos las manos, nos tomamos la temperatura y usamos mascarillas. Pero, como todas las personas en Chile, tenemos posibilidad de contagiarnos y es una realidad. Podemos contagiarnos igual que todos, pero no siento miedo.
Paula Daza se casó en segundas nupcias con otro pediatra y su primer marido, padre de Juan Pablo, era cardiólogo.
-¿Una familia de médicos maneja mejor la ansiedad frente a una pandemia, sabe tomar distancia del miedo?
-No sé si mejor o peor que otras familias. Pero ser médicos nos da más herramientas desde el punto de vista del conocimiento para sentir que las medidas tomadas tienen una base sólida. Esa es la fortaleza que da conocer de una manera más cercana el mundo de la salud. Y también sabemos que es importante mantenerse informado, porque una de las cosas que puede producir más angustias y temores es la incertidumbre. Y cuando uno transmite certidumbre y conocimiento produce confianza y tranquilidad.
Paula Daza nació en Santiago -es la penúltima de los cinco hermanos- pero vivió en Montevideo entre los cinco y quince años. Más tarde, en Caracas. Recién volvió a los 18 años a Chile.
-Cuando uno cambia de país, de cultura, uno desarrolla capacidades para adaptarse, y mucha resiliencia. Uno aprende tolerancia. Me acuerdo cuando llegamos a Uruguay, yo tenía cinco años. Y una de las cosas que recuerdo es que mis amigas, que tenían cuatro y cinco años, llamaban a mi papá y le decían: 'Che, Pedro, ¿cómo andás?'. Y eso me sorprendía: que una niña chiquitita tuteara a mi papá. En Chile los llamábamos tío o tía y los tratábamos de usted. Lo que nos dio a mis papás y a nosotros vivir afuera, es que nos unió mucho como familia porque estábamos solos. Hasta hoy, estemos donde estemos, pasamos Pascua y Año Nuevo juntos. Tengo un hermano que vive en Nueva York y toda su vida ha venido a pasar Pascua y Año Nuevo en Chile.
Paula Daza, igual que sus hermanos Pedro, Carmen Paz, José Luis y Loreto crecieron en una casa donde siempre se habló de política. Pedro Daza Valenzuela, su padre, era diplomático de carrera y fue embajador en varios países y ante la OEA y la ONU en los años 80.
-Mi papá era un hombre público, trabajó en Relaciones Exteriores, después estuvo vinculado a la política mucho tiempo. La política siempre estuvo en las conversaciones de la vida en mi familia. Sin embargo, mi vida personal y profesional estuvo en el mundo médico. Estudié medicina y fui pediatra hasta que llegué a este gobierno. Siempre me atrajo mucho la política.
La subsecretaria de Salud Pública fue la pediatra de los hijos de Marcela Cubillos durante años. Así llegó a integrar el equipo de salud de la campaña presidencial de Andrés Allamand y después el de la campaña de Evelyn Matthei. La política le interesaba. Pero nunca pensó trabajar en el sector público, hasta que fue invitada a participar en el programa de salud de Sebastián Piñera.
-Lo encontré desafiante. El programa de salud del Presidente Piñera es un programa con impacto para producir un cambio en salud importante. Pero nos llegó el coronavirus y por supuesto la cosa cambió.
-¿Por eso aceptó la Subsecretaría de Salud Pública?
-Sí. La acepté principalmente por eso. Porque el programa que teníamos iba a implementar y producir un cambio radical en la salud de las personas. Me interesó entrar al Ministerio de Salud.
Twitter y amenazas
-Algunos gremios desconfían de las cifras de contagiados y fallecidos que el Ministerio de Salud entrega, porque dicen que entregan el mapa incompleto, que faltan edades, enfermedades de base, sectores geográficos.
-El tema de la información es muy relevante porque la información de los casos confirmados es muy sensible. Tenemos que ser muy cuidadosos. Y nosotros tenemos un informe epidemiológico que sale dos veces por semana y que cada vez ha ido mejorando. Cuando partimos, entregábamos la información por regiones, hoy es por comunas, es mucho más desagregada y por edades. Nos asesoramos con el grupo de expertos del Consejo Asesor y con ellos compartimos las propuestas. (...) Es un proceso que hemos ido perfeccionando. Pero todas las opiniones son bienvenidas y por eso hemos hecho cambios importantes. El Ministerio de Ciencias también nos ha apoyado.
-El Ministro Jaime Mañalich debió cerrar su cuenta de Twitter por amenazas para él y su familia. Antes fue Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico. ¿Usted ha tenido una experiencia así? ¿Le preocupa el tema?
-Hasta el minuto no he tenido amenazas personales. Sí sé que el Ministro las ha recibido hacia él y su señora, y eso lo hizo cerrar su cuenta porque es de una gravedad tremenda. El estar tan expuesto en una situación tan grave como la pandemia, convierte todavía más a ese tipo de actos en absolutamente reprochables. Yo hasta el momento no he tenido ese tipo de amenazas y espero no tenerlas.
-Una de las principales críticas al sistema de cuarentenas sectorizadas es que serían más que por manejo pandémico, por razones económicas. ¿Le ve algún sustento a esas críticas?
-Ninguno. Cuando tomamos decisiones, -y aquí hay que valorar al Presidente de la República que lidera este Comité de Emergencia Covid-19-, todas las decisiones son para disminuir la pandemia. En esta medida estratégica, en que vamos cerrando y abriendo comunas, miramos criterios sanitarios. Porque la cuarentena tiene un impacto positivo para contener la pandemia, pero también tiene un tremendo impacto negativo en la salud mental de las personas. Y ese es un tema que hay que poner sobre la mesa. Y lo que no puede pasar en las medidas que tomamos, es que el remedio sea peor que la enfermedad.
-Se habla de un peak de esta pandemia esta semana y la próxima. ¿Cree que se concretará?
-Lo que nosotros hemos visto, por la evolución de la pandemia, es que probablemente llegaremos a un número mayor en los próximos días y semanas, pero se va a transformar en lo que hemos llamado una meseta. Una meseta es cuando se llega a un número de casos totales y este número se mantiene durante un período. En vez de una A, una meseta es mas plana arriba.
-¿Eso es aplanar la curva?
-Eso es contener la curva. Se mantiene en estos números durante un período y después, -no sabemos en cuanto tiempo- puede empezar a disminuir. Pensamos que estamos llegando a esa meseta. Chile es un país largo y delgado, y la pandemia se ha comportado muy distinto en el norte o en el sur. Falta tiempo para ver cómo evoluciona en el resto del país.
Pero Paula Daza dice que no se abruma.
-No siento que estoy sola, ni laboralmente ni personalmente. Y yo cuando no sé, cuando tengo dudas, pregunto. Pregunto mucho. Y creo importante saber decir 'no sé'. Porque esto es nuevo para todos, todos estamos aprendiendo. Hay un dicho de los ingleses -yo viví dos años en Inglaterra- que dice que uno, para estar tranquilo, tiene que sentir que está dando lo mejor de uno. Y yo, si siento que estoy dando lo mejor de mí, voy a estar tranquila.