Optimismo reservado entre comercios
Ejecutivos del sector privado se mostraron complacidos con la determinación de la gobernadora Wanda Vázquez Garced de continuar con la reapertura gradual de la economía, pero reconocieron que las condiciones para operar como resultado del COVID-19 estarán plagadas de retos
Ejecutivos del sector privado se mostraron complacidos con la determinación de la gobernadora Wanda Vázquez Garced de continuar con la reapertura gradual de la economía, pero reconocieron que las condiciones para operar como resultado del COVID-19 estarán plagadas de retos.
El presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), Jorge Argüelles, acogió con beneplácito la decisión, pero adelantó que la determinación podría ser tardía para cientos de empresarios en la isla porque estos no tenían el capital suficiente para permanecer dos meses sin ingresos como ha sido el caso.
"Las pymes generan el 80% de los empleados en el sector privado y el 60% de los empleos a nivel de la isla", indicó el galeno. "El sector más impactado fue el nuestro mientras muchas megatiendas y cadenas de farmacias vendieron todo tipo de artículo incumpliendo con las órdenes ejecutivas".
El empresario entiende que con todo y la reapertura, Puerto Rico verá una oleada de cierres de negocios que pudiera alcanzar el 25% de los negocios pequeños existentes, una cifra similar a estimados publicados en Estados Unidos.
De acuerdo con Argüelles, aunque es positivo que se reanude la actividad comercial, se prevé que el sector permanecerá en negativo en el futuro cercano.
En primer lugar, los consumidores quedaron sin trabajo y por ende, tienen pocos ingresos que gastar y en segunda instancia, las nuevas medidas para evitar el contagio resultarán en un número reducido de clientes mientras los gastos del negocio continuarán.
En un intento por aliviar a los comerciantes, el CUD logró que el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) emitiera un protocolo uniforme para pequeños comerciantes y disponible en la red social de la organización, tomando en cuenta que la preparación de esos procesos requiere de pericias y recursos monetarios que estos comerciantes no tienen.
Un COVID-19 "controlado"
Ayer, en compañía de representantes del sector privado, Vázquez Garced anunció que peluquerías, comercios pequeños y de venta al por mayor, al igual que agencias de viaje, restaurantes y centros comerciales podrán reanudar sus operaciones, ahora que el número de casos positivos en la isla permanece en niveles manejables.
"Hemos podido aplanar esa curva y tenemos las facilidades médicas bajo control", dijo la mandataria al anunciar la flexibilización del encierro puesto en vigor desde mediados de marzo pasado.
"Hemos entregado a los ciudadanos un Puerto Rico con un COVID controlado", insistió Vázquez Garced.
La mandataria sostuvo que tocará a los individuos continuar con las medidas de distanciamiento físico para evitar que la pandemia cambie de rumbo.
Ante la falta de claridad en el proceso de administración de pruebas para detectar el COVID-19, el gobierno descansa en un modelo de utilización del sistema hospitalario para determinar si pueden flexbilizarse diversas actividades económicas. Si el inventario de camas en cuidado intensivo y de ventiladores disponible en la isla no se compromete con casos de COVID-19, el gobierno podría continuar abriendo actividades que todavía permanencen restrictas como los gimnasios, los cines u hoteles.
Ayer, el presidente de la Asociación de Restaurantes (Asore), Ramón Leal, aseguró que el sector está listo para recibir a la clientela en sus comedores, pues llevan semanas adoptando protocolos para asegurar que no haya contagios. Como parte de las nuevas medidas, los restaurantes solo podrán atender en sus comedores el 25% del número de comensales que atendían antes de la cuarentena.
Entre las empresas autorizadas en la fase dos de reapertura también figuran concesionarios de autos, balnearios, campos de golf y canchas de tennis, la pesca deportiva, la industria hípica y el sector de bienes raíces.
Empero, las medidas cautelares para evitar el contagio continúan vigentes como el uso de mascarillas y el toque de queda.
Adolfo González, líder de la organización Centros Comerciales Puertorriqueños, sostuvo que las medidas preventivas adoptadas son más restrictivas que aquellas en centros comerciales a nivel continental. Los centros comerciales limitarán el cupo de clientes a razón de una persona por cada 100 pies cuadrados, mientras a nivel continental el parámetro son 50 pies cuadrados por persona.
reina la Confusión
El sector de centros comerciales pidió a la gobernadora reanudar sus operaciones el 1 de junio, porque los administradores y dueños de los malls se sentían cómodos y preparados para reanudar operaciones en ese momento.
Vázquez Garced dijo ayer que los centros comerciales deben utilizar la semana entrante para capacitar a sus empleados para trabajar en el entorno que ha dejado el coronavirus, por lo que técnicamente el sector abriría en la fecha que interesa.
"Creemos que es un paso positivo que se puedan abrir los centros comerciales con el rigor de los protocolos de salud. Entendemos que es un paso adelante para abrir más distribución, porque eso permite que vayan menos personas a más sitios", indicó Jorge Martel, gerente general y vicepresidente de T-Mobile Puerto Rico.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Economistas, Heriberto Martínez, insistió en que el gobierno flexibiliza la actividad económica sin que el pueblo sepa a ciencia cierta en qué etapa se encuentra la pandemia.
De acuerdo con Martínez, el sector empresarial y los trabajadores del sector privado tendrán sobre sus hombros reactivar una economía asediados por la incertidumbre mientras crece el riesgo de que se produzca un nuevo pico en contagios.
Martínez cree debe entablarse algún diálogo que involucre al Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, los municipios y las universidades para que pueda restaurarse la confianza en el manejo de la pandemia. En paralelo, según Martínez, el gobierno y la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) deben tomar medidas para liberar parte del dinero restricto para los bonistas y diseñar un plan de activación económica dirigido a contrarestar los efectos duraderos que dejará la pandemia.
Marían Díaz y Sharon Pérez Minelli colaboraron con este reportaje.