Domingo, 06 de Julio de 2025

Así viven la pandemia chilenos con trastorno obsesivo-compulsivo

ChileEl Mercurio, Chile 23 de mayo de 2020

La ansiedad agrava los síntomas de estos pacientes, quienes atormentados por ideas recurrentes de contagio llegan a lavarse las manos hasta cien veces en un día. "Esto no es vida", dice una de las personas afectadas.

Edilia Canales (37) describe el inicio de la pandemia como vivir en un mundo ideal.
"Al principio, fue bacán, que dijeran en la tele que había que lavarse las manos constantemente para mí fue como la vida perfecta, porque podía hacerlo sin que miraran raro", cuenta Edilia, quien fue diagnosticada con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) a sus 14 años, tras ir a ver una película al cine.
Era 1997 y se estrenaba "Mejor imposible", en la que el actor Jack Nicholson interpreta a un hombre que padece esta enfermedad mental y por eso tiene conductas repetitivas, como lavarse las manos muchas veces o tocar todo con guantes.
"Cuando la vimos, ahí supe que tenía TOC. Le dije a mi mamá: !Yo tengo eso¡ !Yo hago todo eso¡", cuenta Edilia.
"Empecé psicoterapia, que me ha ayudado a controlarme, pero ahora con el aumento de los casos del coronavirus mi TOC está peor que nunca. Estoy cansada", dice.
El trastorno obsesivo-compulsivo es una patología sin cura que se caracteriza por pensamientos irracionales y angustiantes que hacen tener comportamientos repetitivos (compulsiones), según indica la Clínica Mayo en su página web.
Las ideas suelen centrarse en determinados temas, como temor a la contaminación, lastimarse o hacerles daño a otros.
Edilia está en el primer grupo. "Yo me he llegado a lavar las manos cien veces en un día. Pienso todo el rato que mis hijos se van a morir y por eso limpio todo el día, no dejo que salgan al patio, tengo claro dónde puedo tocar y dónde no, y soy la única que le da comida al perro para que ellos no se enfermen".
Hace una pausa y dice: "Esto no es vida, es una enfermedad maldita. No se cura y te agota física y emocionalmente".
Un reto
En Chile, se estima que unas 500 mil personas viven con esta enfermedad mental, la cual afecta a entre un 2% y 3% de la población en todo el mundo.
En contextos de ansiedad, la patología puede agravarse, razón por la cual la pandemia representa un gran reto para estos pacientes.
Así lo explica Carolina Pérez, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes. "Tanto la pandemia como el confinamiento producen ansiedad y, como el TOC se mueve en esa línea, este puede agravarse", explica la doctora.
"Hemos visto casos de pacientes que han llegado recientemente porque han sufrido aumento de los síntomas", asegura.
Matías Rojas (23), quien fue diagnosticado en 2016, también dice haber empeorado en los últimos meses. Si bien sus pensamientos obsesivos no estaban relacionados con la contaminación, estos se le desarrollaron recientemente.
"Desde que empezó el virus, comencé con cuidados excesivos por el miedo a enfermarme", dice Matías. "No puedo tocar nada sin ponerme alcohol gel, ni siquiera toco las cortinas, aunque les haya puesto desinfectante", cuenta.
"Siempre estoy pensando si toqué alguna manilla durante el día. Es terrible, porque no puedo vivir bien en mi propia casa".
K. A. (32), cuyo TOC se desarrolló tras el terremoto del 27-F y pidió reservar su nombre, dice que la pandemia ha sido "una tortura".
"Lavo absolutamente todo y mi cabeza me sigue preguntando si lavé bien o no. Si me ducho y después toco algo, me tengo que duchar de nuevo", cuenta.
"Mis manos están rotas porque me las lavo decenas de veces. Esto es horrible. Le digo a mi pareja que a veces preferiría estar muerta".
En soledad
Gabriela Valenzuela (19) cree que el confinamiento le ha jugado en contra. En el 2018 fue diagnosticada, pero hace dos meses sus síntomas empeoraron, como la necesidad de evitar tocar objetos o ciertas partes de su casa.
"La pandemia ocurrió en el peor momento, cuando tengo que estudiar, pero siento que no puedo, porque mi cabeza está todo el día con los pensamientos intrusivos", cuenta Gabriela.
"Como estoy encerrada, pienso mucho en el virus o en no tocar las esquinas (por la acumulación de polvo) para no contaminarme. A veces se acaba el tiempo de entregar un trabajo y yo no he podido avanzar por el TOC", agrega.
Todos los pacientes consultados concuerdan en algo: es difícil expresar lo que sienten. "Creo que aún está mal visto tener problemas mentales", dice Gabriela.
"Mi pareja me apoya, pero mi mamá y mi hermana no entienden lo que tengo", comenta K. A.
Si bien el TOC es menos conocido que otras patologías psiquiátricas, es muy serio y afecta la vida diaria de quienes lo padecen, dice la doctora Pérez.
"Es muy importante que las familias se interesen por entender esto y brinden apoyo en este momento difícil. Estos pacientes reconocen sus obsesiones y se aíslan, por lo que debemos estar atentos", puntualiza.
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