Descartar el ayuno puede facilitar los exámenes de toma de muestras
Aunque es imprescindible en ciertos casos, hay otros, como el perfil lipídico, en los que comer no interfiere con los resultados. Facilitar este proceso ayudaría a descongestionar los laboratorios, sobre todo en pandemia.
Desde tres hasta 12 horas de ayuno es el tiempo que se suele pedir a los pacientes antes de realizarse algunos exámenes sanguíneos. Aunque es un requisito imprescindible para algunos análisis, en otros se suma más evidencia de que no es necesario llegar al laboratorio de toma de muestras con el estómago vacío.
Ese es el caso, por ejemplo, del perfil lipídico. Si tradicionalmente se pide entre ocho y 12 horas de ayuno para conocer los niveles de colesterol total, HDL y LDL -conocidos como colesterol "bueno" y "malo"-, diversas investigaciones muestran que los resultados son similares con o sin ayuno.
Una de ellas fue realizada este año por la RedSalud CChC en 389 voluntarios. "Hicimos un estudio comparativo. A todos se les realizó un perfil lipídico en la mañana, con un ayuno de 12 horas; luego se les pidió que hicieran su vida normal durante el día y, esa misma tarde, se repitió el examen", cuenta el doctor Jorge Aldunate, director del Laboratorio Clínico de RedSalud.
Al compararlos, "pudimos establecer que no había mayor alteración en los resultados. El único valor que se veía afectado era el de los triglicéridos", precisa.
Una conclusión similar se obtuvo en un estudio hecho con más de 300 mil personas, por investigadores de Dinamarca, EE.UU. y Canadá, en 2016. A partir de ese trabajo, publicado en el European Heart Journal, expertos de dichos países firmaron una declaración para modificar el requisito del ayuno, con el fin de mejorar "el cumplimiento de los tratamientos preventivos que tienen por objetivo reducir el número de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, las principales causas de muerte en el mundo".
Estandarizar muestras
El ayuno previo a toma de muestras tiene dos razones, explica el doctor Guillermo Ávila, médico internista de la Clínica Santa María. La primera es fisiológica: "Algunos parámetros, como los triglicéridos, la glicemia (azúcar en la sangre) o la insulina cambian después de ingerir alimentos. El ayuno busca medir los niveles de ciertas sustancias sin esa interferencia".
La otra razón apunta a una "estandarización de los resultados de los exámenes", agrega Ávila.
Por estos motivos, el tiempo de ayuno que se pide para algunos exámenes varía, complementa la doctora Alicia Anderson, jefa del Laboratorio Clínico de Clínica Alemana. "Hay algunos que se ven interferidos si uno ha comido muchas grasas (por ejemplo, los que miden la coagulación); en otros, el exceso en la ingesta de líquido puede diluir mucho la muestra", explica.
En el caso del perfil lipídico, Aldunate precisa que las comidas ricas en grasas, azúcares y otros productos que hacen variar los índices del colesterol tardan más de un día para generar efectos en el organismo, por lo que el ayuno no sería necesario previo al examen. "Las grasas saturadas presentes en productos de origen animal o vegetal como los lácteos, las carnes, aceites y otros, impactan en los niveles de colesterol, pero no de forma inmediata", recalca.
Los expertos enfatizan que para algunos exámenes el ayuno es imprescindible: sobre todo los que miden la glicemia, el control de la diabetes y hormonas asociadas. Para el resto, el ayuno podría ser opcional. "El hemograma, la función renal, el antígeno prostático y las hormonas tiroideas, que se solicitan habitualmente, no requieren ayuno. Y para otros, como estudios inmunológicos, se requieren solo tres horas de ayuno", precisa Ávila.
Tampoco se requiere ayuno para exámenes virológicos, de anticuerpos o de orina.
La idea de evitar el ayuno, cuando es posible, apunta a facilitar la realización de estos exámenes. "Las personas a veces los postergan para un momento mejor o porque no aguantan un ayuno muy largo o les cuesta ir en la mañana. Suprimir el ayuno les da más libertad y opciones para realizar el examen durante el día", dice Aldunate.
Una opción relevante en época de pandemia, agrega, ya que permite tomar el examen en horarios vespertinos, evitando aglomeraciones en los laboratorios en las primeras horas de la mañana.
"Lo ideal es que cuando el médico solicite un examen, el paciente cuente con la información de si requiere ayuno o no, para así poder utilizar distintos horarios, disminuyendo la congestión", especifica Ávila.
Este año, varios centros han comenzado a agendar las horas de toma de muestras a lo largo del día. "Permite ofrecer un mejor servicio y evita que la gente se aglomere y espere por más del tiempo necesario", dice Aldunate.
Un aspecto pendiente -agrega la doctora Anderson- es la realización de estudios para poder estandarizar valores de referencia de algunos parámetros sin ayuno, tal como se ha hecho en otros países.