¿En qué consiste la batalla entre Australia y las tecnológicas?
La decisión que tomó Facebook de retirar los contenidos de noticias y actualidad de su plataforma en Australia es una respuesta a una legislación que obligaría a los gigantes tecnológicos a pagar por compartirlos, un nuevo frente que se les abrió en las últimas semanas a estas firmas
La decisión que tomó Facebook de retirar los contenidos de noticias y actualidad de su plataforma en Australia es una respuesta a una legislación que obligaría a los gigantes tecnológicos a pagar por compartirlos, un nuevo frente que se les abrió en las últimas semanas a estas firmas. Desde el jueves, los australianos no pueden publicar enlaces de artículos de noticias ni ver páginas de Facebook de medios locales o internacionales, lo que según los expertos es un nuevo reflejo del gran poder de estas empresas. "La idea de que con solo pulsar un interruptor se puede cerrar una infraestructura cívica es una señal de alarma", indica Kjerstin Thorson, profesora de la Universidad Estatal de Michigan. Y no solo para los usuarios, sino también para los medios, pues aunque la ley busca ayudarles, de momento no lo está haciendo. Según las cifras de Chartbeat, el tráfico de los medios de comunicación ha caído 13% en el interior del país y 30% desde fuera. En Australia, el 21% de personas usa las redes sociales como principal medio para acceder a la información. No obstante, aún hay esperanza de lograr un acuerdo, y firmas como Google y Facebook se encuentran negociando con el Gobierno para llegar a un acuerdo. Dicho, esto, ¿cuáles son las claves de la situación? Por un lado, tras dos décadas de regulaciones que no les afectaron mucho, empresas como Google y Facebook están ahora sometidas a una mayor vigilancia por parte de los gobiernos. Y ahora, en Australia, los reguladores hacen hincapié en el control de la publicidad en línea que tienen estas compañías y su impacto en los medios de comunicación en dificultades. Según las autoridades de Australia, por cada US$100 gastados en publicidad online, Google se lleva US$53, Facebook US$28 y el resto se lo reparten los demás. Así, para impulsar la competencia, quiere que Google y Facebook paguen por utilizar contenidos informativos, caros de producir. Ya la Cámara de Representantes aprobó las propuestas legislativas y el Senado avanza en lo mismo. ¿Por qué está llamando la atención del mundo? Aunque las nuevas normas solo se aplicarían en Australia, los reguladores de otros países están estudiando si el sistema funciona y puede aplicarse en sus propios territorios. Cabe decir que Microsoft, que podría ganar cuota de mercado con su motor de búsqueda Bing, ha respaldado la propuesta y ha pedido explícitamente a otros países que sigan el ejemplo de Australia, argumentando que el sector tecnológico tiene que dar un paso adelante para apoyar el periodismo. Los legisladores europeos también han hablado favorablemente de las propuestas mientras elaboran su propia legislación sobre el mercado digital en la Unión Europea y plantean la posibilidad de incluir una norma similar. La medida de Facebook también ha suscitado interrogantes sobre la "soberanía digital" de los países, porque algunas páginas en la red social utilizadas para alertar a la población de incendios, inundaciones y otras catástrofes se vieron afectadas por error. Ante esto, en términos generales, Facebook y Google se oponen a las regulaciones en todo el mundo que amenazan con socavar su modelo de negocio que les ha permitido convertirse en algunas de las empresas más grandes y rentables. En concreto, ambas afirman que no tienen ningún problema en pagar por las noticias y, de hecho, ya pagan a algunas organizaciones por sus contenidos. Pero su principal objeción es que se les diga cuánto tienen que pagar. En la regulación australiana, un árbitro independiente podría decidir si los acuerdos alcanzados son justos, para garantizar que las tecnológicas no utilizan su poder publicitario para dictar las condiciones. Esto va mucho más allá de la legislación europea, que fomenta los acuerdos entre redes sociales y medios tradicionales. En contraposición, el inventor de la World Wide Web, Tim Berners-Lee, advirtió que empezar a cobrar por los enlaces podría abrir una caja de Pandora de reclamaciones monetarias. "Si este precedente se siguiera en otros lugares, podría hacer que la web fuera inviable en todo el mundo", apuntó.