Domingo, 27 de Abril de 2025

Cecilia Roth sobre Milei, la batalla cultural y La madre: "La idea del nido vacío me parece una pelotudez"

UruguayEl País, Uruguay 27 de abril de 2025

La reconocida actriz argentina llega al Teatro El Galpón con la obra "La madre" que tendrá funciones del 8 al 10 de mayo, y habla de su carrera, el tiempo y el presente del audiovisual en Argentina.

Está de espaldas en el mostrador del hotel y viste cómoda, con jeans, una remera y un blazer que descansa sobre su valija. Solo su cabellera rubia se distingue entre el gentío del hall al que acaba de entrar. Llegó a Montevideo para hacer prensa de La madre, la obra que presenta del jueves 8 al sábado 10 de mayo en El Galpón (Redtickets), y bromea con el séquito que la acompaña.

Terminado el check-in, Cecilia Roth (68) se da vuelta y aparecen su icónica sonrisa y sus ojos verdes, mientras su rostro se empieza a transformar: en la doctora Claudia de Nueve lunas, la dolida Manuela de Todo sobre mi madre, la Alicia de Martín (Hache), Sabrina Love, Magda -la mamá de Goyo-, la detective de Epitafios, y muchas otras versiones de esa misma mirada y esa misma voz. Hoy es "La madre", pero también es memoria viva de muchas otras historias que siguen habitándola.


Con Uruguay tiene un vínculo largo. Aquí inició su historia de amor con Fito Páez, hizo su primera gira teatral -con Una relación pornográfica con Darío Grandinetti en 2014- y hasta cine, con Migas de pan de Manane Rodríguez.

Es de nochecita y la "chica Almodóvar", la musa de El amor después del amor, la premiada en el Festival de Piriápolis y los Premios Platino por su trayectoria, acaba de llegar a Montevideo y no da señales de cansancio. En minutos se cambió, posó para unas fotos y se sentó a charlar con El País. Después se irá a un evento.

Puede hacerlo, dice, porque es "bastante noctámbula", salvo cuando actúa. "Cuando tengo función trato de no hacer nada, porque es una obra intensa, en el mejor sentido de la palabra. Para los actores, está llena de subidas, bajadas y vueltas. Entonces hay que tener descansada la cabeza y el cuerpo", dice mientras se acomoda en un sillón.


Sos la "chica Almodóvar".
No solo soy chica Almodóvar. Soy agradecida de serlo, pero hay otra vida además de Almodóvar. En el mejor sentido lo digo, porque Todo sobre mi madre fue una película que pegó mucho, y sigue pegando.

Iba a decir que sos la "chica Almodóvar", pero también una pionera, porque con trayectoria en cine pasaste a hacer televisión en Argentina.
Es que en España nunca había hecho televisión. Había hecho cine y una obra de teatro en 11 años, que fue el tiempo que estuve sin volver. Y cuando llegué a Argentina, me quedé.

¿A recuperar un poco el tiempo perdido?
Sí, tenía que volver a Madrid a rodar, y no quería. Me sabían a poco los 20 días que tenía, para recuperar 10 años, cerrar paréntesis y abrir otros.

¿Por eso empezaste a hacer televisión?
Sí, una amiga de mis padres que era directora de la Televisión Pública sabía que estaba en Buenos Aires y me llamó una mañana. Me acuerdo que era temprano, y me dijo: "Si te propongo hacer una novela en la tele, ¿te quedarías?". Y le dije "sí", sín pensando y me quedé. La novela se llamó Extraños y amantes y no fue para nada exitosa, pero me seguí quedando porque me llamaron para otras cosas.

Después llegó Atreverse.
Sí, ese fue un ciclo muy grosso que se está resignificando. Está en YouTube y la gente lo está volviendo a ver, comparando con la no televisión actual y la carencia de ficción en la televisión argentina. La carencia de ficción en general. Y se resignifica aquello que se hizo de una manera noble y extraordinaria. Alejandro Doria era un artista y hay que recordarlo como a María Herminia Avellaneda, Ariana Álvarez, y grandes directores de televisión argentinos. Recordar lo que se hacía, y lo que se podría hacer. Aunque no hay la menor intención de que eso suceda.


-¿Cómo vivís esta situación actual de la crisis del sector audiovisual en Argentina?
Lo vivo con mucha bronca y mucho dolor, las dos cosas. Creo que la batalla cultural que están dando es siniestra. Está destrozando todo. Es muy fuerte lo que está pasando con la cultura en general, y con cultura me refiero a la identidad de un pueblo. La comida, la forma de hablar, la forma de vincularse es cultura, y están rompiendo todo. Tienen un gran poder en los medios, en tecnología, en la virtualidad. La derecha encontró la fórmula para llegar a la gente desde ese lugar. Y creo que hay un estado de shock en la dirigencia de la oposición. En fin, está muy difícil la cotidianidad, la economía, la falta de empatía general, y la crueldad.

Te cambio de tema. Volvés a Uruguay a hacer La madre.
Sí, es la única de las tres obras de Florian Zeller que no está en el cine. Él dirigió El padre y El hijo en el cine, y la obra La madre es la primera que escribió de las tres.

La obra se centra Ana, una madre que tiene algunos problemas con su hijo.
Sí, pero no me gusta cuando se dice que se trata de "la angustia del nido vacío". La idea del "nido vacío" me parece una pelotudez. Porque la naturaleza de las cosas hace que en un momento de la vida de la madre, el hijo necesariamente tiene que tener un distanciamiento. Cuando eso no sucede es extraño y no es sano. Ahora, cuando un hijo se va y la madre queda con esa sensación de "nido vacío", es porque no tiene ninguna construcción hecha de ella misma. Y la obra trata de eso, de cómo Ana, mi personaje, no ha hecho más que ser madre, esposa y ama de casa.


¿Te rechina lo de "ama de casa"?
No tengo nada en contra de eso, lo que pasa es que produce estas cosas, este deterioro del cerebro, y este corrimiento de la realidad. Porque cuando eso termina, ¿quién sos? Sos un abismo, un vacío. El tema es que Ana se enfrenta con ella y con su propio abismo al que prefiere nombrar así. Pero no puede porque tiene un nivel de autodestrucción importante y está corrida de la realidad. Tiene momentos con mucho humor, la gente se ríe mucho porque cuando un personaje está con la certeza de que es todo de una manera y estás viendo es que no es así, te causa risa. Y lo genial de la obra es que no es cronológica sino que las situaciones suceden de una manera cuántica, en paralelo.

¿Y cómo sos como madre?
Como soy en todo, qué sé yo. Trato de no ser invasora, pero estar muy atenta. De amar con todo lo que significa tener un hijo y que ese amor no moleste, no sea pasado de rosca, porque para cada edad hay una manera de vincularse con tus hijos. Mi hijo tiene 25 años entonces no es que hay que llamar todos los días por teléfono a la mamá. Y la mamá no obliga a eso.

¿Te gustaría una película de La madre?
Ojalá, pero no creo que se ruede en español si la hace él.

¿Y por qué no hacer la prueba en inglés? ¿Hacés castings?
No, en general me llaman. Los que te piden casting son los americanos ridículos: grabarte con tu celular y decir algo, y no tenés idea para qué proyecto, ni qué personaje. Nunca me eligieron. Tuve propuestas cuando Todo sobre mi madre, pero no me interesaron y pensaba: no voy a hacer en Hollywood lo que no haría en la Argentina ni en España, solo porque es Hollywood. Además tengo un problema grave porque soy latinoamericana, pero rubia y de ojos verdes, entonces no puedo ser el estereotipo de latina que ellos buscan.


Comenzaste a actuar muy joven, ¿cómo vivís el paso del tiempo?
Con mucha curiosidad, la verdad. Siento que tengo muchas cosas vividas, cada vez más, y esas cosas me construyen y conforman, y tuvo que haber pasado mucho tiempo para haber vivido tantas cosas. A la vez siento mucha curiosidad por seguir viviéndolas. En cuanto a lo físico, creo que es la naturaleza de las cosas, como dice Gustavo Garzón en la obra. El tiempo pasa para todos, pero vivir con curiosidad me parece una manera muy interesante de transitar la vida.

¿Sentiste esa "naturaleza de las cosas" cuando te empezaron a ofrecer roles de madre?
La primera vez que hice un papel de madre fue cuando todavía no tenía hijos. Martín no había nacido. Y en Todo sobre mi madre era madre de un chico de 17, y yo tenía 38 años. Podía serlo. Pasa que no es mi historia, es la de Manuela. Y hay que saber entender eso y diferenciar tu historia de la del personaje. En general, en el cine hegemónico, los hombres siempre tienen mujeres más jóvenes. Son códigos marcados por la industria, lamentablemente. Porque en la vida no sucede eso, porque hay relaciones y vínculos de todas las formas posibles.

¿Te pesa que te ofrezcan un personaje de abuela?
Pasa que es tan difícil hacer cine, sobre todo en este momento para los argentinos, que hay que buscar la manera de hacerlo. Eso es más importante que los papeles que me ofrecen, que además siempre me interesan. Así sean madres, abuelas o bisabuelas, locas o asesinas, me da igual. Si me interesa, me interesa. Pero hoy es difícil el poder hacer cine. En el próximo festival de Cannes no hay ninguna película argentina, en ninguna de las secciones. Nunca pasó eso. El año pasado dijimos que esto iba a pasar. Es terrible, y no se dan cuenta de que en el mercado del cine, Argentina tenía un muy buen lugar, y eso era dinero para Argentina. Ellos, que creen en el mercado, con el cine no son proteccionistas para nada.

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