Los sueños sin límite de Carolina Munévar
Lisandro Rengifo - Redactor de EL TIEMPO @LisandroAbel
La boyacense Carolina Munévar brilló como ninguna en el Mundial de Ruta de paracycling
Lisandro Rengifo - Redactor de EL TIEMPO @LisandroAbel
La boyacense Carolina Munévar brilló como ninguna en el Mundial de Ruta de paracycling. Primero se coronó como la reina de la contrarreloj. Luego, ratificó su condición como la mejor del mundo de su categoría, la C2, al ganar su segundo oro, el domingo pasado, en la prueba de fondo, en Ostend (Bélgica). Su categoría es para deportistas con alteraciones severas de la movilidad con uso limitado de piernas o brazos o con lesiones neurológicas equiparables y que pueden usar bicicletas convencionales. Es una recompensa más a la lucha y tenacidad de Carolina, a quien le cambió la vida en un segundo, el 23 de abril de 2014. Ese día salió a entrenar bien temprano por las vías cercanas a Duitama, pero de un momento a otro, cuando estaba en la ‘Y’ de Postobón, en una de las entradas de la población, una tractomula la embistió y la arrastró varios metros. Los gritos de Diana Carolina y de la gente que presenció el accidente no fueron escuchados por el conductor, que se percató tarde de lo que estaba sucediendo y paró. La pierna izquierda de Diana sangraba demasiado. Fue trasladada al hospital de Duitama. "No tuve tiempo de reaccionar. Eso pasó en un segundo. La cicla quedó destruida y yo me vi empapada en sangre. Él no me vio y no tuve cómo reaccionar, pues venía entrenando sola. La pierna quedó colgando, la vi partida y el dolor era inexplicable", le dijo Diana en su momento a EL TIEMPO. En el hospital la trataron, pero los resultados de su recuperación no eran buenos. Nunca la vio un especialista vascular para que evaluara la situación y por eso la lesión pasó a mayores. Su papá, Orlando, un hombre dedicado a la construcción, y su mamá, María del Rosario, ama de casa, movieron montañas, porque veían que su hija no estaba bien. En el hospital no la querían dejar salir. La ayuda de la gente de Cucaita, donde Diana Carolina nació hace 25 años, fue clave para que fuera traída a Bogotá, al hospital La Samaritana, donde fue sometida de urgencia a una cirugía. El resultado no fue el mejor: a Diana le amputaron la pierna dos centímetros arriba de la rodilla. Y luego, en una nueva operación, le cortaron dos centímetros más al fémur. A pesar de lo que ha pasado, de sentirse atada a una cama y visitando varias veces la sala de cirugía y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), el ánimo de la hermana de Carlos, Diana Marcela y Sandra Patricia no estaba por el piso. "Es muy triste mi historia. No deseo que le pase a nadie, pero debo tener fuerza para salir adelante. No me dio tan duro saber que perdí parte de la pierna, porque el pronóstico no era el mejor. Nos habían dicho que me la amputarían toda. La vida no se acaba acá y hay que seguir adelante", señaló Diana Carolina. Desde niña le gustó la bicicleta. Su papá le inculcó el deporte. Se inscribió en la escuela de Rafael Antonio Niño, a quien le agradece la ayuda que le ha dado, y comenzó a pedalear. "Fui a los Nacionales de pista y ruta de Medellín y luego integré el lote de la Vuelta al Futuro. Me ilusioné con el décimo lugar de la general, que es como ganar un Tour de Francia para mí", declaró. Aunque el accidente lo trata de borrar de sus pensamientos, ese momento está ahí, metido en su cabeza. Lamenta que el conductor de la tractomula no se interesó en su evolución. "No sé dónde está él. Es muy triste que la gente no se preocupe por lo que hace. Hoy le agradezco a la gente de Cucaita lo que ha hecho por mí", declaró Diana. Sus sueños no tienen límite y por eso brilla en el mundo del paracycling. Ya antes en el Mundial de Pista de Italia 2016 había sido oro en persecución individual y plata en scratch. En el Mundial del 2019 en persecución individual, y ese mismo año, pero en el Mundial de Ruta, fue oro en la crono y plata en la ruta. Hoy lo ganó todo.