Domingo, 05 de Enero de 2025

?Quiero reinventarme como dibujante?

PerúEl Comercio, Perú 4 de septiembre de 2021

Responsable del dibujo de uno de los más notables hitos de la historieta peruana reciente, el artista comparte el proceso detrás de ?En la cara no?, un proyecto cuya realización tomó una década.

Por Mario Molina



en la mitología que significó ?Risas y salsa? para una generación, ?en la cara no? era la solicitud planteada por Avelino (Adolfo Chuiman) a su posible suegro (don Alex Valle) antes que este se abalanzara sobre él como castigo a sus pretensiones para con su hija (Aurora Aranda). La frase significaba aceptar la resignación ante el castigo, pero también reclamar un margen para recuperarse: saberse en el suelo y pedir chepa.





Recordando este mantra ochentero, Oscar Malca escribió el guion de ?En la cara no? (Reservoir Books), novela gráfica sobre policías y ladrones, traficantes de poca monta e insospechadas intrigas políticas. Para los que leímos su ?Ciudad de M? (o ?Al final de la calle?), esta novela gráfica nos permite reencontrarnos con sus temas claves: la solidaridad masculina, la precariedad del barrio, la descomposición moral. Como cómplice contó con Mario Molina, uno de nuestros mayores dibujantes, quien para esta entrevista vuelve al barrio de Magdalena para recordar el lugar donde nació todo.





?¿Cómo así realizar el proyecto de ?En la cara no? les tomó 10 años?





Sí, ha sido un proceso larguísimo, tanto para mí como para Oscar [Malca]. Todo empezó en los años 90, en algún cierre de la revista ?Caretas?, donde nos hicimos muy amigos. Teníamos muchos puntos en común: el cine clásico americano, las películas de John Ford y, cómo no, también la historieta: Hugo Pratt y su ?Corto Maltés?. No recuerdo muy bien cómo, pero él me propuso hacer una historieta. Hice algunos bocetos a lápiz, sin embargo, la cosa quedó allí. En el 2011 nos presentamos al concurso de novela gráfica de Contracultura, y preparé las 15 páginas del primer capítulo. Oscar le dio otra forma a la historia, incluyendo los amigos medio malandrines de Magdalena, en capítulos autoconclusivos.





?Y ganaron el concurso…





Y allí vinieron los problemas. Yo entonces trabajaba en ?El Comercio? haciendo caricatura diaria, y no tenía tiempo para dedicarle al proyecto. El avance era intermitente. Al cabo de los años, Oscar le enseñó al editor Jerónimo Pimentel el proyecto y se entusiasmó. Pero tuvieron que pasar otros cuatro años.





?Para muchos jóvenes, el sistema educativo es ya una escuela que los forma en la violencia. En esta novela gráfica se muestra cómo la violencia nace dentro de las aulas.





La experiencia de Oscar y la mía han sido muy distintas. Yo tuve el privilegio de haber estudiado en el Franco-Peruano, donde si bien había ?bullying?, era mucho menos violento que el medio escolar en el que Oscar se movió. Oscar vivió en Magdalena toda su infancia y adolescencia, yo me mudé allí de adulto, en los años 90. Llegué a experimentar esa vida de barrio, aunque quizás no tan violenta como en las décadas previas.





?En el libro es visible tu obsesión por la ciudad y sus detalles. No solo la arquitectura de la urbe, sino su fauna: palomas y ratas.





Quería presentar en la historieta una realidad de forma precisa y sobria. Retratar la ciudad con sus detalles, remitiéndome a mi memoria y a la de Oscar, encontrando el sabor de Magdalena y el del Centro de Lima. Cuando veía una pared manchada, o una en que la quincha asomaba a través de las fracturas del adobe, yo la fotografiaba. Todo ello me fue alimentando, investigué mucho para reproducir esos detalles en el libro.





?¿Existe un estilo Molina?





Creo que no. Yo creo que el estilo se va construyendo. Siempre estuve orientado hacia el dibujo de humor, y optar por el realismo fue uno de mis grandes desafíos. El otro fue narrar visualmente: no se trata de pegar un dibujito junto al otro, sino llevar al lector a recorrer con la vista la historia con el orden de la composición de la página.





?Tu estilo suma influencias de maestros como el francés Moebius o el argentino Fontanarrosa. ¿Pero cuánto lo marca el cine?





En eso Oscar y yo coincidimos en nuestro gusto y regusto por los filmes de John Ford, por ejemplo. Aparentemente historias simples, narradas desde la acción, con mucha verdad tras ellas.





?Las mujeres son un gran tema para los historietistas. ¿Cómo construyes tus personajes femeninos?





Para mí, el ideal de mujer en historieta se plasma en el trabajo de Horacio Altuna. Esa es mi referencia. Dentro de los cánones que vienen del cine y de la tradición de la historieta, debe ser guapa, con personalidad, cojones, iniciativa y coraje.





?Mujeres capaces de sobrevivir en un mundo de hombres…





La quintaescencia de ese tipo de personajes femeninos está en los filmes de Howard Hawks. Mujeres que viven en un universo de hombres, pero capaces de enfrentarse de igual a igual con ellos.





?¿Qué sigue para ti después de ?En la cara no??





Con este libro quiero reinventarme como dibujante y dedicarme más a la historieta. Tengo un proyecto sobre el mito del Inkarri, vinculado a la actualidad, sobre las oportunidades perdidas para integrarnos como país, acercarnos a esa idea de nación que nunca hemos alcanzado. Esas son las ideas de las que quiero hablar ahora.





Presentación virtual





Lugar: página de Facebook de la editorial Penguin Random House





Cuándo: jueves 9 de setiembre, 7:30 p.m.

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