Martes, 20 de Mayo de 2025

Equilibrar la balanza

ColombiaEl Tiempo, Colombia 16 de septiembre de 2021


Salomon Kassin
Casi 4 mil personas murieron y 25 mil fueron heridas, el 11 de septiembre de 2001, cuando terroristas suicidas atacaron con cuatro aviones de pasajeros las Torres Gemelas, el Pentágono y Shanksville, Pennsylvania


Salomon Kassin
Casi 4 mil personas murieron y 25 mil fueron heridas, el 11 de septiembre de 2001, cuando terroristas suicidas atacaron con cuatro aviones de pasajeros las Torres Gemelas, el Pentágono y Shanksville, Pennsylvania. Como consecuencia de ese ataque, Estados Unidos declaró dos guerras: una en Irak, que se dio por concluida en 2010, y la de Afganistán, en la que el presidente Biden ordenó a las fuerzas americanas evacuar antes del vigésimo aniversario. Son muchas las cosas que hay que lamentar. Por un lado están las guerras, que no han tenido el apoyo de la gran mayoría del pueblo estadounidense. Pero por el otro lado se ha exacerbado un sentimiento anti islámico en el mundo occidental. Si bien son las minorías extremas las que han declarado una Guerra Santa contra Occidente, son muy pocos los que distinguen entre estos fundamentalistas y los musulmanes moderados, que son muchos más. En Colombia, por fortuna no han habido brotes xenofóbicos contra la Comunidad Musulmana. Esta, en su inmensa mayoría es moderada. La reacción indiscriminada resulta bastante preocupante. La generalización y la estigmatización hacia las minorías es muy peligrosa. Ha sido, a través de los siglos, un factor destructivo, y como consecuencia de ello se han manifestado condiciones de irracionalidad dentro de la población, que la han llevado a cometer crímenes atroces. Todos debemos crear conciencia del peligro que es llevar una reacción al mismo nivel que tiene el comportamiento del bando contrario. Un caso que nos hace entender este peligro fue el de aceptar abiertamente el uso de torturas en Guantánamo. Antes, hubiera sido inimaginable para muchos de los Norteamericanos y sus aliados en el mundo occidental permitir que esto ocurriese. A pesar de haber sido eliminado, fue muy real el triunfo de Osama Bin Laden, quien, con los actos orquestados, logró imponer de manera agresiva una doctrina anti secular, antifeminista, irracional y destructiva dentro de varios gobiernos de países con mayoría musulmana. En Occidente genero un nivel de temor que hizo posible, en un comienzo, que se lograra el apoyo de iniciar una ‘Guerra conta el terror’, con consecuencias que se visualizan solo después de dos décadas. Es por esto que hoy resulta preocupante la presencia de movimientos terroristas como Hezbollah en Latinoamérica. Sus lazos con la delincuencia y el narcotráfico en Colombia, pueden tener un significativo impacto negativo sobre toda la población. La verdad es que Colombia históricamente no ha contado con suficientes recursos para enfrentar desafíos como el que implica luchar contra una fuerza como el Hezbollah. Estados Unidos, su aliado principal, con quien ha tenido una relación de dependencia en política internacional, ha cambiado su política como se ve en Afganistán: ya no es prioritario el involucramiento en los problemas de otros países. Es por esto que Colombia, en esta coyuntura, debe buscar en otros países aliados y entidades multilaterales la solidaridad que no va a encontrar en ellos. Hay que equilibrar la balanza.
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