Jueves, 15 de Mayo de 2025

La Virgen María: Una figura usual en la historia de la música

ChileEl Mercurio, Chile 8 de diciembre de 2021

Cantos de alabanza y litúrgicos, cantatas, arias, oratorios y hasta ciclos de l ieder se han compuesto durante los siglos para exaltar la figura de la Madre de Jesús. Aquí, algunos títulos destacados, todos disponibles en Spotify en diversas versiones.

Cantos dedicados a la Virgen hay, al menos, desde el año 431, cuando en Éfeso, durante el Concilio Ecuménico, se definió que María es la Madre de Dios. "Hagia María, Theotókos" (Santa María, Madre de Dios) entonaba el pueblo en alabanza. Pero son las Cantigas de Santa María (divididas en "de loor" y "de milagro") las que constituyen el principal códex mariano de la Edad Media (siglo XIII); provienen de España, donde el rey Sabio, Alfonso X, puso su tiempo y el de sus gentes al servicio de textos y música destinados a honrarla.
Las cantigas comparten celebridad con el "Llibre Vermell de Montserrat", una colección de cantos litúrgicos que fue copiada a fines del siglo XIV, aunque se piensa que la mayor parte de la música es anterior. Ahí está, por ejemplo, el bello motete "Imperayritz de la ciutat Joyosa" (Emperatriz de la ciudad feliz) .
También es en el siglo XIII cuando encontramos a la Virgen con voz, comentando ella misma su suerte. Coincide esto con la aparición de los dramas sacros: el trovador Rutebeuf firma "Milagro de Teófilo", que presenta los trajines de un joven que ha hecho pacto con el diablo, pero que se salva gracias a la intervención de María, como también sucede en las representaciones francesas de carácter religioso que se conocen como "Miracles de Notre Dame".
La madre sufriente
Italia propuso, en forma paralela, la lauda dramática, composición poético-musical destinada a ser vehículo de expresión de la fe popular. Una de las más estremecedoras es "Il pianto della Vergine" (El llanto de la Virgen), que describe los pasos de la Pasión. Pertenece a Iacopone da Todi, quien también estaría tras el texto del famoso "Stabat Mater", que observa a María al pie de la cruz.
Ya en el siglo XV se escribieron melodías secuenciales para entonar el "Stabat Mater". Tras los polifonistas Josquin Desprez, Orlando di Lasso y Palestrina, nada mejor que el "Stabat Mater" de Giovanni Felice Sances, escrito en 1638, para señalar la transición al Barroco. Lo siguieron, entre otros, Charpentier, Caldara, Vivaldi, Bononcini, Alessandro y Domenico Scarlatti, Pergolesi, Haydn y también Luigi Boccherini (1743-1805), un hombre piadoso y austero, cuyo hermoso "Stabat Mater" (1781, para soprano y quinteto de cuerdas) da cuenta de ello.
La Virgen tuvo un sitio amplio en Claudio Monteverdi, quien, aparte de dedicarle sus "Vísperas", la retrató como una mujer-madre que pide al cielo morir junto a su hijo. Son palabras labradas sobre la misma música de la gran escena de su perdida ópera "Ariadna", bajo el título de "Il pianto della Vergine": "(...) !Que muera contigo la que por ti ha vivido¡ (...). Una muerte suave, esto es lo que pide llorando la infeliz María".
Tarquinio Merula, perteneciente a la generación un poco posterior a Monteverdi, es el autor de "Hor ch'e tempo di dormire", suerte de canción de cuna que nos pone ante una Virgen que medita sobre el destino de su Niño: "Mama esta leche/ de mi pecho inmaculado/ Porque un cruel ministro/ Te prepara hiel y amargura./ Oh, mi amor (...)".
Heroína trágica
Es otra la mirada que permite Johann Sebastian Bach. Una visión que remite al viaje de María a las tierras de Isabel, su prima; el salto del niño de esta en el vientre y el canto de la "bienaventurada de Nazaret" al recordar que el Padre miró la humildad de su esclava.
Para los luteranos de entonces, el "Magnificat" estaba destinado a las vísperas de las grandes festividades, especialmente Navidad y Pascua de Resurrección. Bach compuso uno en latín, al que, en su primera versión, escrita en 1723 para Santo Tomás de Leipzig, se le intercalaban otras piezas de Navidad.
Georg-Friedrich Händel tiene varias cantatas marianas y a él se atribuyó "Il pianto di Maria" que, sin embargo, pertenece a Giovanni Battista Ferrandini (1710-1791), compositor de la corte de Múnich. El poeta es desconocido y el texto incluye escenas de la crucifixión y algunas meditaciones moralizantes. El centro musical y emocional de la obra es el aria "Sventurati miei sospiri", donde se muestra un cuadro desolado de la Mater, que adquiere visos de heroína trágica, al estilo de la gran ópera: "Si se ha hecho de mí la Madre de Dios,/ para ver a Dios morir,/ Perdóname, Eterno Padre,/ tu gracia es un gran martirio", reclama.
Figura en la modernidad
Charpentier, Vivaldi, Rossini, Verdi, Debussy, Szymanowsky y tantos otros cantaron y cantan a la Virgen. También contemporáneos como Arvo Pärt, John Tavener y Sofia Gubaidulina.
Una obra interesante y poco conocida por los melómanos es "Das Marienleben" (La vida de María), de Paul Hindemith (1895-1963), un ciclo de canciones para soprano y piano, con textos de poemas de Rainer Maria Rilke que narran la vida de la Virgen según los evangelios canónicos y los apócrifos. Una versión muy interesante es la que interpretan la soprano Roxolana Roslak y el pianista Glenn Gould.
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