2021, el año negro de las redes sociales por potenciales daños a la salud mental de los jóvenes
Nuevas investigaciones han dejado en evidencia una fuerte relación entre el uso de las plataformas más populares entre los adolescentes y síntomas de ansiedad, peor autoestima y cambios de ánimo. Los especialistas exigen acciones y llaman a educar.
El escándalo que desató la exempleada de Facebook (ahora Meta), Frances Haugen, al revelar documentos de la compañía según los cuales esta tenía conocimiento de los efectos dañinos que sus redes sociales provocan en los jóvenes, es solo uno de los múltiples cuestionamientos que plataformas de este tipo recibieron este año por temas de salud mental.
Parte de las revelaciones de Haugen fue que según estudios internos de Meta, el 40% de los jóvenes con problemas de autoestima en Reino Unido y EE.UU. empezó a sentirse así al usar Instagram, una red social de la empresa. El hecho encendió aún más las alarmas.
Y es que en medio de la pandemia, cuando el tema de la salud mental ha tomado una gran relevancia, cientos de expertos han señalado a las redes sociales como un factor clave en el aumento de ansiedad, depresión y trastornos alimentarios que los estudios reportaron este 2021.
Varias investigaciones así lo sugieren. Un estudio realizado recientemente por la Universidad de Stanford concluyó que desactivar Facebook tiene un efecto positivo en el estado de ánimo y en la satisfacción de los usuarios con su vida.
Otro estudio, publicado a mediados de este año por Brandastic, una conocida empresa de márketing digital, indica que TikTok viraliza videos de humor basados en el autodesprecio, lo que podría conducir al odio hacia sí mismo y crear inseguridades en la población entre 16 y 24 años, la cual representa al 60% de los usuarios de esta app .
Carta a Zuckerberg
Más recientemente, un grupo de expertos de EE.UU. manifestó preocupación por los retos virales que se inician en TikTok y donde se comparte información sobre cómo autodiagnosticarse bipolaridad, depresión o trastorno límite de la personalidad.
Estos videos han sido vistos cientos de millones de veces.
"Vemos que sí hay una asociación importante (entre uso de redes sociales y peor salud mental), sobre todo al inicio de la pubertad en las adolescentes, donde el contenido que expone la extrema delgadez o de cómo verse según lo esperado genera estrés y ansiedad importante en este grupo", comenta Pamela Catalán, psiquiatra infantojuvenil de la Red de Salud UC Christus y académica UC.
Otros entrevistados coinciden en que la presión por la imagen perfecta parece ser un gatillante de la toxicidad que se les atribuye a estas aplicaciones.
"En la medida en que ellas están hechas para proyectar una imagen fabricada, recibir comentarios y likes, los jóvenes se crean expectativas y se activan circuitos de recompensa, pero si no sucede lo que ellos esperaban, aparecen emociones negativas intensas que se pueden perpetuar", comenta Rodrigo Venegas, académico del Departamento de Psicología de la Universidad San Sebastián.
En octubre de este año, una investigación estadounidense reveló que Instagram sugirió cuentas que apoyan los trastornos alimentarios en el perfil de una niña de 13 años.
La empresa reconoció el hecho a la prensa local y admitió que nunca debió ocurrir.
Ante la suma de hechos, los especialistas han exigido más que nunca acciones. Este mes, una carta firmada por más de 300 científicos expertos en psicología, tecnología y salud acusaron a Meta de no ser transparente en sus informes sobre salud mental.
A través de la carta dirigida al fundador de la empresa, Mark Zuckerberg, los especialistas pidieron más investigaciones independientes sobre el tema.
Miguel Arias, psicólogo y presidente de la Fundación Ser Digital, dice que, pese a la importancia que está cobrando la salud mental en la sociedad, el aporte de las empresas tecnológicas a la educación digital es bajo.
"Queda claro que ellos conocen los efectos que generan, pero no toman medidas. El problema es que es complejo presionar (a las empresas), porque los gobiernos tienen una aproximación precaria a este tema y son sordos (a las advertencias), además de que tienen alianzas fuertes con las empresas", opina el especialista.
A su juicio, la única arma que la sociedad tiene en sus manos por ahora es la educación.
"Creo que tiene que haber un enfoque desde pequeños, donde incluso se incluya a las sociedades de pediatría y a los educadores de párvulos, en cómo los menores pueden hacer buen uso de la tecnología y cuidarse", comenta Arias.
María Soledad Garcés, académica del diplomado en tecnologías de la información de la U. de los Andes y directora de la Fundación para la Convivencia digital, coincide: "Debemos educar para enseñarlos a protegerse, porque estos peligros en internet van a seguir existiendo. Creo que no se ha hecho lo suficiente (...); todavía no se entiende el impacto que esto tiene en el desarrollo infantil y adolescente".
Y puntualiza: "Hasta que no haya formación para padres donde se aborde esto y los colegios lo incluyan en su currículum, el tema no se resuelve".
''Los jóvenes vulnerables psicológicamente, que ya tienen baja autoestima y pocas redes de apoyo, tienen más riesgo de presentar síntomas depresivos asociados a las redes sociales". .................................................................. PAMELA CATALÁN PSIQUIATRA Y ACADÉMICA UC.
''Debemos avanzar en mejores leyes que protejan a los usuarios, actualizadas a los nuevos fenómenos, como el ciberbullying. El Congreso tiene un tremendo desafío respecto de estos temas". ................................................................... MIGUEL ARIAS PSICÓLOGO Y PRESIDENTE DE FUNDACIÓN SER DIGITAL
''Como sociedad tenemos que proteger a nuestros jóvenes, enseñarles a usar positivamente las tecnologías, a la edad que corresponde y a autocuidarse". ............................................................ MARÍA SOLEDAD GARCÉS ACADÉMICA U. DE LOS ANDES Y DIRECTORA DE LA FUNDACIÓN PARA LA CONVIVENCIA DIGITAL.