Las madres no quieren que termine la flexibilidad laboral que entregó la pandemia
Con una vuelta a la presencialidad sin redes de apoyo, muchas se plantean renunciar. La llamada es a compatibilizar la vida laboral con la familiar potenciando la coparentalidad y el diálogo con las empresas.
"No quiero que se acabe la pandemia". Así empezó la "Carta al Director" escrita por Verónica Campino, cofundadora de Arriba Mamás Chile, organización de la sociedad civil que busca empoderar a las madres en el país e impulsar iniciativas ciudadanas que resguarden la salud mental materna, donde compartía el comentario de una madre en redes sociales.
El texto que escribió Campino, quien desde su organización también impulsa el proyecto de ley #MiTiempoImporta para conciliar el trabajo y la vida familiar, buscaba visibilizar la encrucijada en la que se encuentran, al parecer, muchas madres en Chile durante el retorno a la 'normalidad'.
Las redes sociales de cuentas como las de Arriba Mamás Chile se han llenado de testimonios de madres, quienes explican el estrés que han sentido ante este retorno; expresan un deseo por mantenerse en teletrabajo al no tener redes de apoyo, y confiesan que han tenido que renunciar o pensado en ello.
Una de ellas es Marcela, trabajadora pública con un hijo de tres años, quien se apegó a la ley de teletrabajo después de regresar a un formato presencial por petición de su jefatura.
"Volví al trabajo presencial en agosto del año pasado porque me lo pidieron. Estuve un mes trabajando presencial; yo lo estaba pasando súper mal. No lo veía nada, hasta que mi hijo reveló que la cuidadora lo estaba agrediendo", dice.
"Me vi sin tener ninguna red de apoyo, sin cupo en los jardines, sola con él, sin saber qué hacer. En mi trabajo me dieron opción de teletrabajar por un mes. Tiempo en que no pude resolver la situación. Ello se conjugó con una crisis de ansiedad, mareos y cuadro de estrés postraumático, lo que redundó en licencia médica", agrega.
Después se apegó a la ley y asegura que aun si no se extiende la alerta sanitaria, se quiere mantener en el formato de teletrabajo, a pesar de ser consciente que implica una sobrecarga laboral. "Lo que gano con mi hijo no lo voy a tener de otra manera".
En ese sentido, dice Verónica Campino, "se repite mucho en redes sociales y nos comentan las madres en general, que en Chile se busca trabajar remuneradamente como si no tuviesen hijos y criar como si no tuviéramos trabajo".
"La pandemia visibilizó esto porque al no existir absolutamente ninguna red de apoyo se empezó a legislar. El punto es que esto no es un tema covid, es un problema estructural desde hace muchos años. El regresar a la presencialidad está volviendo a tensionar esa realidad", explica. Por ejemplo, cita la incompatibilidad de los horarios de los establecimientos escolares con los horarios laborales.
Y si bien la ley de teletrabajo sigue vigente, con el gradual retorno a la normalidad "las prácticas de la empresas que dijeron 'vamos a ser más empáticos, vamos a permitir mayor teletrabajo o comprensión para casos de madres y padres', están retrocediendo", añade.
Esta tensión se visibiliza en un estudio realizado por la Mutual de Seguridad para conocer el retorno laboral. Cecilia Oviedo, jefa del Departamento de Sistema de Gestión de la entidad, dice que "se identificó disparidad en el retorno presencial al trabajo: 33,2% de los hombres siente entusiasmo y 23,5% de las mujeres manifiesta frustración".
Por su parte, Francisca Pérez, psicóloga y académica de la U. Alberto Hurtado, piensa que "probablemente el grupo de mujeres que está viviendo el regreso como un factor de estrés son aquellas que a raíz de haber tenido la experiencia de participar cotidianamente de los cuidados, como quizás antes no lo podían hacer, se dan cuenta de la dificultad de conciliar (ambos roles)".
Desafío
Sin embargo, dice tener la impresión que para muchas mujeres, el regreso presencial será un factor protector. "El gran desafío que tenemos todavía para que efectivamente sea beneficioso es cómo lograr que el trabajo se pueda compatibilizar con la vida familiar". Una de las claves sería potenciar la coparentalidad.
También ayudaría el diálogo efectivo entre los empleadores y trabajadores. "Algunas empresas han implementado horarios flexibles, para que las trabajadoras con responsabilidades familiares puedan trabajar en el momento y lugar más conveniente para ellas", señala Oviedo.
Asimismo, dice Nickol Ortiz, abogada -@mamabogada en redes sociales, donde busca empoderar legalmente a madres-, para aquellas que sus roles laborales no les permiten la flexibilidad del teletrabajo y también para aquellas que sí, "lo ideal sería reforzar un sistema de cuidado hasta los 6 años, como también flexibilizar los horarios laborales".
Marcela destaca: "Estamos teniendo que elegir entre criar y trabajar. Siendo que se puede, que he demostrado que se pueden hacer ambas cosas. Yo amo mi trabajo, tener que un día elegir entre eso y cuidar a mi hijo no es justo".