Joaquín Berthold, un subcampeón del mundo en hockey que hace gira teatral en Uruguay

Hay algo de "elige tu propia aventura" en la forma en la que se puede presentar a alguien como Joaquín Berthold . Es el de un fenómeno televisivo como Violetta y otro como Soy Luna . Es el que debutó en el escenario a los 14 años. El dueño de un teatro y el que está en películas de prestigio como El Clan ; comerciales como Bañeros 5 , o complejas y ambiciosas como la que se vendrá, la biopic del artista Helmut Ditsch. Y es, también, el arquero internacional con la selección argentina de hockey . El subcampeón del mundo. El jugador de Sociedad Alemana de Gimnasia que en semanas pasará a defender a un club español.
Hay algo de "elige tu propia aventura" y, en esta nota, la alternativa será la de El ardor . Berthold es el protagonista de la comedia argentina que, tras haber hecho temporada este verano en Punta del Este, y luego de haber girado por varios departamentos del país, empieza ahora un nuevo tour.
La obra que dirige Luciano Cáceres y completan Juana Viale , Santiago Magariños y, en esta oportunidad, Julián Calvino (en el personaje que antes hacía Juan Gil Navarro), estará este domingo en el Teatro Español de Durazno; el 18 y 19 en El Galpón de Montevideo, y el 20 en el Teatro Macció de San José. Las entradas están a la venta en Tickantel.
Antes del tour, Berthold que el año pasado filmó en Montevideo la segunda temporada de El presidente , la serie de Amazon Prime Video sobre la FIFA, charló con El País.
¿Cómo actor, que desafíos te representó y representa El Ardor ? Cuando elegimos esta obra, mi personaje tenía que hablar distinto porque viene del interior profundo, estar desnudo, tocar la guitarra ( se ríe ), muchas exposiciones que lo hacían un desafío. Y al mismo tiempo lo siento absolutamente lúdico. Me divierte, es una obra que disfruto mucho, y con los chicos nos llevamos bárbaro. Con Juana hicimos temporada en Mar del Plata, y tenemos una química muy especial.
Hacés referencia a la química con Juana, una química que en la temporada pasada en Punta del Este te tuvo como protagonista de algunos titulares mediáticos, algo que no ha caracterizado tu carrera... ( Se ríe ) Para nada.
¿Cómo viviste esa situación? Entiendo un poco el juego, me dedico a esto hace mucho tiempo. Con Juana ya nos habían involucrado en otro momento, somos muy amigos. Era raro porque yo estaba con mi mujer, con mis hijos, y con Juana al lado a la que le preguntaban por mí. ¡Pasó de ser el romance del verano al poliamor! ( Se ríe ) Qué sé yo. Pero no lo tomé como algo grave, para nada. Con Juana nos adoramos, compartimos un montón de proyectos, y cuando uno tiene las cosas claras en su familia y su pareja, no es algo que te vaya a modificar. Pero bueno, era divertido lo del poliamor: en un momento casi subo una foto abrazado a Juana y a mi mujer, pero ya era mucho dar de comer.
Con Luciano Cáceres también tienen una relación muy cercana: son colegas, amigos y son familia, ya que son padrinos de sus hijos. ¿De dónde viene este vínculo? Hicimos una película juntos, Lucky Luke ; éramos los dos malos de la peli y congeniamos un montón. Y nos pasaron muchas cosas juntos, en ese momento nuestras mujeres compartieron embarazos y se forjó algo muy hermoso. Empezamos a tener una compañía de teatro, dábamos clase, viajamos mucho, y hoy en todos los proyectos que hacemos estamos pensando en el otro. Venimos los dos de la autogestión, de no estar esperando sino generando. Y uno en esta profesión no está solo, y para mí, que vengo del deporte, con Luciano somos eso: somos un equipo.
Tenés toda una historia como jugador de hockey. ¿En algún momento el deporte tiró más? Sí, muchas veces. Estuve como 17 años en la selección argentina y eso implicó que me bajara de algunos proyectos, porque estaba muy implicado con el deporte. O ahora mismo: hago gira por Uruguay y en setiembre me voy a jugar una temporada a España. Todo el tiempo estoy en esa dualidad: haciendo teatro el sábado y jugando el partido del domingo, o saliendo corriendo a hacer función, sin poder bañarme, con un olor de deportista que hace putear a mis compañeras ( se ríe ). Pero a veces no hay tiempo, y es algo que, para mí, es muy importante. Lo vivo como si me pagaran un millón de dólares, lo mismo. Es mi pasión.
De afuera parecen incompatibles una carrera deportiva y una artística con este nivel de compromiso que ponés en ambas. Sí. Para mis colegas actores es sumamente raro que yo sea deportista, y para mis colegas deportistas es muy raro que yo sea actor, porque el del deporte es un mundo muy distinto. Cada uno me pregunta curiosidades del otro lado. Son mundos muy distintos, pero me siento cómodo en los dos. Y de alguna manera siento más el vértigo en el deporte que en el arte. Porque en el teatro no podés perder nunca, pero yo jugué la final del mundo, la perdí, y me fui llorando a mi casa. En el arte no perdés. Jamás perdés.
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Como actor has hecho una carrera superdiversa, de obrero del arte, porque trabajás en diferentes formatos y registros. ¿Qué es lo que te termina de convencer, qué te hace saber que un proyecto es adecuado? Yo no soy prejuicioso con los proyectos. He hecho películas absolutamente comerciales y películas absolutamente independientes, y he disfrutado en los dos lugares. Pero si hay un lugar donde sí elijo qué hacer, es en el teatro. Si yo no tengo nada para contar en esa obra, no la hago. Y creo que la gente está preocupada de si llega a fin de mes, si el dólar sube, y no de lo que yo hago. Y a veces pienso que el actor tiene el ego de que "no voy a hacer esto porque mirá lo que van a decir". ¿Y quién va a decir algo? Hoy salís en la portada de Espectáculos y mañana ponés la papa en la heladera para que no se humedezca. Es verdad: soy trabajador, he hecho cosas muy diversas. Hace 12 años que trabajo en Disney , acabo de terminar una tira hermosa ( Selenkay ), y en todos estos años hice cine, teatro, pero Disney sostuvo una economía en mi casa de la cual estoy sumamente agradecido. Y trabajo en Disney igual que hago El Ardor : con pasión, con amor, con verdad, con emoción. Creo que ese es nuestro trabajo: poner lo que uno pone en el proyecto que sea.
Pero sos más selectivo en el teatro, ¿por respetar algo sagrado? Tal vez tiene que ver con eso, y tiene que ver con que uno pone el cuerpo. Hacés cinco funciones por semana y tenés una responsabilidad con el otro. El teatro que yo elijo es el teatro que tiene una función social; me gustan las obras que invitan a la reflexión. Tengo una sala con mi familia, mi mamá es artista plástica, mi hermana es dramaturga y directora y actriz, mi hermano es actor, y hay algo con el teatro que es nuestra trinchera. Ahí no dependemos de nadie. En teatro, poder darle algo al otro es lo más gratificante que hay.