Docuserie revela historias de asesinos

"No me siento mal sobre eso", es una de las frases destacadas en el tráiler de la docuserie "I am a killer" ("Soy un asesino") dicha por el estadounidense James Robertson, quien mató a su compañero de celda al saber que los condenados a muerte tenían mejores condiciones que las que él experimentaba estando sentenciado a cerca de 100 años en la cárcel.
La serie de Netflix en la modalidad "True crime" (telerrealidad sobre crímenes) se estrenó la semana pasada y narra los motivos de distintos convictos para asesinar a sus víctimas.
Más de 8.000 personas desde la reposición de la pena de muerte en 30 estados de EE.UU. fueron condenadas a esta ejecución, según el documental, que está dividido en 10 capítulos de 50 minutos, cada uno sobre un caso distinto.
Desde un individuo que mató a familiares y no lo recuerda por el efecto de las drogas, pasando por un sujeto involucrado en un triple crimen vinculado a un culto satánico y llegando hasta un menor que fue condenado, el espacio indaga en las vidas y personalidades de 10 personas que enfrentarían la inyección letal por sus crímenes. Algunos arrepentidos, otros, ni cerca.
Este formato ha tenido un gran desarrollo con programas como "Killer kids" (The Biography Channel, 2012), disponible desde 2017 en el streaming de Netflix, y la creación de "Confession Tapes" (2017), de la misma plataforma.
"I am a killer" no utiliza la sangre como recurso visual y cuenta en primera persona las razones de quienes llegan a incurrir en crímenes violentos: deja instalada la pregunta sobre la pena de muerte en el espectador, sin dar una respuesta.