Familia Schiess sella acuerdo con el clan Hito y pone fin a una década de disputa por el terreno del Hotel Hanga Roa
Tras varios intentos fallidos a lo largo de toda una década, hace unos días se selló el acuerdo que puso fin a la disputa por el terreno donde está el Hotel Hanga Roa, recinto que es controlado por Tánica, el holding de la familia Schiess
Tras varios intentos fallidos a lo largo de toda una década, hace unos días se selló el acuerdo que puso fin a la disputa por el terreno donde está el Hotel Hanga Roa, recinto que es controlado por Tánica, el holding de la familia Schiess.
El clan rapanuí Hito reclamaba el dominio de esta propiedad por un derecho ancestral que exigieron en los tribunales y también a través de frecuentes manifestaciones en los accesos del recinto, las que incluso incluyeron, en 2010, la toma del hotel durante más de seis meses.
Pero ahora la situación es distinta. El viernes 24 de enero los bandos desaparecieron y con una ceremonia tradicional rapanuí de agradecimiento, los ejecutivos del Hotel Hanga Roa, algunos representantes de la familia Schiess y buena parte de los 150 integrantes del clan Hito celebraron el haber alcanzado un convenio tras casi un año de negociaciones al alero de una mesa que el Gobierno estableció en marzo del año pasado y donde asumió un rol de facilitador, a través de la subsecretaría de Servicios Sociales.
En términos simples, los dueños del Hotel Hanga Roa cederán la propiedad del terreno a la Comunidad Hitorangi -que está compuesta por las siete ramas descendientes de Ricardo Hito y Verónica Atamu- y mantendrán la gestión del hotel durante los próximos 15 años. Expirado ese período, la familia Hito pasará a ser la propietaria plena del Hotel Hangaroa.
Además, el convenio contempla una alianza estratégica entre los miembros de la familia Hito y la administración del hotel, la que permitirá que estos presten servicios o sean proveedores. También serán los encargados de difundir la historia de la comunidad y las costumbres rapanuí a través del hotel y sus servicios turísticos.
El acuerdo incluye obras para mejorar el entorno del hotel, lo que implica, por ejemplo, el retiro de las construcciones temporales instaladas en el borde costero a modo de protesta.
Este conflicto le fue heredado a los Schiess porque el terreno donde fue construido el hotel fue privatizado en la década de los 80, antes de que la por ese entonces Transoceánica adquiriera el recinto turístico. En 2011, tras la ocupación del lugar se intentó un primer acuerdo en el que los Schiess le entregaban la propiedad a una fundación que representara al pueblo rapanuí, pero este concepto no satisfizo a los Hito, pues iba más allá del clan.
El hotel estuvo tomado unos seis meses al inicio del conflicto, que comenzó a mediados del año 2010.