Quiénes son Altis y Kinza Capital, los gestores tras la venta de Blue Express
Tres años y medio atrás, los socios de Altis y Kinza entraron en acción y lideraron la compra a Bethia, a través de un fondo de inversión privado, que hoy recibirá los frutos de la venta a la firma del grupo Angelini. Entre los aportantes están la familia de Tomás Müller Benoit; el empresario de Concepción Javier Álvarez y Víctor Hugo Puchi. Este miércoles tendrán una junta de aportantes informativa y en los próximos días los gestores ingresarán el proceso a la FNE. Aquí la historia de cómo expandieron Blue Express. Azucena González
l miércoles recién pasado, en la noche, en la casa del empresario Patricio Fernández Cox como anfitrión, se congregó un nutrido grupo de asistentes. La ocasión fue una cena para "compartir un hito", dice uno de los asistentes, todos relacionados ya sea como gestores, aportantes o como management de la compañía Blue Express. Dos días antes, el lunes, a primera hora de la mañana, Empresas Copec había sido la encargada de anunciar como hecho esencial que había llegado a un acuerdo para adquirir Blue Express, inserta en la industria de la logística y el e-commerce , en una transacción por la friolera de unos US$ 230 millones.
Por ello y aunque asistentes a esa cena prefieren no hablar de celebración aún -todavía falta el visto bueno de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) para que se materialice el negocio-, sí había ánimo de "mucha satisfacción", dice un testigo, "por haber desarrollado una compañía". En especial, de los gestores que lideraron todo este proceso, Jorge Tagle, de Altis, y Andrés Fuentes, de Kinza Capital. Ambos son socios en sus respectivas compañías de inversiones. Pero también amigos de la vida, pues Tagle y Fuentes se conocen desde la época universitaria. Coincidieron en la misma carrera -fueron compañeros de curso en Ingeniería Civil Industrial en la UC- y también hasta en el deporte, pues ambos practican bicicleta cross country y hacen rutas (ver recuadro). Y son quienes en 2019 unieron fuerzas para comprar Blue Express a Bethia, transformándola en una de las mayores compañías de e-commerce , que estaba a punto de dar el salto internacional.
Inversión por $20 mil millones y transformación al B2C
En su origen, Blue Express fue Lan Courier, creada por la entonces aerolínea Lan. En 2011 fue adquirida por el grupo Bethia, quien años más tarde inició un proceso de venta. En ese mismo momento, precisan cercanos, tanto Tagle como Fuentes, en sus respectivos negocios, estaban buscando una "tesis de inversión" en esta naciente industria del e-commerce , pues visualizaban que podía haber una expansión importante. Incluso los amigos alcanzaron a hablar de unir fuerzas, pero para fines de 2017 Bethia había hallado comprador: Fedex. Por ello, cuando en enero de 2018 los gestores de Altis y de Kinza se enteraron de que ese negocio se había caído, volvieron a la carga y con éxito, compraron Blue Express en 2019, que en ese momento era básicamente un negocio enfocado en el B2B, que contaba con ocho hectáreas en su centro de distribución en Enea, más otras cuatro colindantes como opción de compra, y seis centros regionales.
Aunque a nivel público ha trascendido que aquel fue un deal por unos US$ 100 millones, una persona que conoció esa negociación asegura que fue una cifra mucho menor. Como sea, para concretar la operación, los socios de Altis y Kinza la canalizaron a través de un fondo de inversión privado (FIP), de nombre BX, que tiene como único activo a Blue Express (un vehículo single asset ), alocado en una AGF y cuya administración depende 100% de Altis y Kinza. Las platas de este FIP son en su mayoría de terceros aportantes, entre los que desatacan la familia de Tomás Müller Benoit; el empresario de Concepción Javier Álvarez -relacionado a Kinza- y Víctor Hugo Puchi, el conocido empresario gestor de la salmonera AquaChile, que hace años vendió. Entre estos tres aportantes, dicen fuentes, está más del 50% del FIP dueño de Blue Express. Y es por ello que en el directorio de Blue Express actualmente participan Jorge Tagle y Claudio Inglesi (por Altis), Andrés Fuentes y Carlos Marín (por Kinza), el mismo Víctor Hugo Puchi y Javier Álvarez, entre otras personas.
En manos de la dupla Altis Kinza se produjo una completa transformación de Blue Express, que se convirtió en una compañía B2C orientada al cliente final y última milla (y ya no solo almacenamiento y B2B). Los nuevos dueños advertían que estaban todas las posibilidades de crecimiento del negocio, lo que meses más tarde quedó más que refrendado con el alza inusitada de la actividad en la pandemia.
Apoyados en una inversión de $20 mil millones, la dotaron de más de mil pickup points en comercios cercanos a los sellers , y crecieron a 24 centros regionales, con activos arrendados y no invirtiendo en real estate, de modo de tener una estructura liviana (salvo el centro de Enea, que es propio). Fortalecieron al equipo ejecutivo dotándolo de un perfil mucho más tecnológico, como el actual gerente Olivier Paccot, exejecutivo de Amazon, quien junto a Víctor Solar, Sebastián Reyes, Juan Abuhadba e Isabel Lagos completan el equipo ejecutivo de la firma, quienes participaron del encuentro de camaradería este miércoles.
También desarrollaron más líneas de negocios: cross border para atender compras internacionales de los clientes, desaduanando en Pudahuel, como una instalación extraportuaria; acuerdos con marketplace -el mes pasado cerraron con Ali Express, por ejemplo-; y "logística reversa", para cuando los clientes devuelven compras. Todo apoyado en repartidores microempresarios y pymes, bajo un modelo flexible.
"Todo eso no estaba. Generamos un ecosistema de servicios de e-commerce. Y todo estaba justo preparado antes de la pandemia", dice un aportante. En los tres años y medio que alcanzó a estar Blue Express al alero de Altis y Kinza, la firma pasó de una empresa de mil empleados, a una de 4 mil, y de procesar 20 mil "órdenes de servicio" (OS) al día, hoy tiene una capacidad de 220 mil diarias y con un promedio efectivo para 2021 de 120 mil.
A pesar del poco tiempo transcurrido, los gestores se dieron cuenta de que habían llegado a un punto decisivo: o seguían con un plan de internacionalización -Perú, Brasil, Colombia y México asomaban en el radar-, o era el momento de pasar la posta a una compañía de tamaño mayor, precisa un asesor.
Así fue que decidieron, en marzo de este año, contratar a Credit Suisse para un proceso reservado internacional que no los obligaba a vender, pero llegaron varios actores del mundo, incluidos fondos. Copec fue el único chileno y quien se llevó la compañía, aseguran cercanos.
Los otros negocios de Altis y Kinza
Tras la venta, Altis, en su área de Principal Investments, aún tiene otros activos: un FIP administrado en conjunto con Venturance y cuyo activo es Talana. También participa de proyectos de multifamily office -cuatro iniciativas en Santiago, con Ariel Rappaport, ligado a Ralei-, y deuda privada relacionada con Pampa Camarones.
Por su parte Kinza, tras Blue Express, está presente en otras dos áreas de negocios: en el Sanatorio Alemán de Concepción (y otros centros médicos) y, a través de diversas estructuras societarias, en Inversiones Hoteleras Holding (IHH), que tiene como activos los hoteles Sheraton Santiago, Crowne Plaza, Intercontinental y Ritz Carlton. En el detalle, el control de IHH lo tiene la sociedad White Sands, en la que participan Jorge Breitling, Oscar Biderman -antiguos gestores del Intercontinental- y Kinza (esta última con menos del 50% de la misma). La AGF es LarrainVial.
¿Altis y Kinza harán más negocios conjuntos? Fuentes que conocen a estos gestores no lo descartan, pero hacen hincapié en que la estrategia en la que ambos coinciden es primero en buscar una "tesis de inversión" y luego el activo en particular, y no a la inversa. ERNC, retail e incluso la agroindustria son posibles en esa futura tesis, pero aún no hay ninguna decisión tomada.
En lo inmediato, precisa un asesor, lo que viene para estos gestores es abrochar el deal de Blue Express con Copec. De partida, entrar a la brevedad a la FNE -posiblemente en los próximos días-, para cumplir con el control obligado de fusiones. Proceso que, estiman varios consultados, no debiera tardar, ni siquiera pasar de la Fase 1, cree un actor, dado que las compañías no se superponen y la logística y el e-commerce es un mercado gigante y atomizado, sin grandes players que acaparen la creciente torta.
Además, para este miércoles 5 de octubre está citada una junta de aportantes del FIP vendedor, instancia de carácter informativa, precisamente para comunicarles los detalles de la operación, que no requiere su voto. Esto, por cuanto los gestores del FIP podían tomar la decisión de venta cuando lo estimaran, siempre que cumplieran un mínimo de rentabilidad para los aportantes, lo que está cumplido con creces.