Viernes, 25 de Abril de 2025

Los 70: José López Rega, el mayordomo y practicante de ritos esotéricos que puso en práctica el terrorismo de Estado

ArgentinaLa Nación, Argentina 8 de mayo de 2023

Detenido tras el retorno de la democracia, José López Rega es trasladado al Palacio de Justicia, en abril de 1987 Más del 60% de la población argentina actual nació después de 1989, año en que murió José López Rega

Detenido tras el retorno de la democracia, José López Rega es trasladado al Palacio de Justicia, en abril de 1987



Más del 60% de la población argentina actual nació después de 1989, año en que murió José López Rega. A muchos jóvenes tal vez les cueste creer que el país llegó a estar manejado alguna vez por un sargento de policía con pretensiones de cantante lírico, miembro -igual que el almirante Emilio Eduardo Massera- de la logia masónica Propaganda Due, autor de ignotos libros de astrología, practicante de ritos esotéricos, a quien la gente llamaba "el Brujo". Él decía ser "Daniel", bautismo de la Logia Anael.



Cual patriota, a su muerte, a los 72 años, el ataúd lució envuelto en una bandera argentina. Lo cremaron y las cenizas fueron esparcidas desde una avioneta en las costas de Santa Teresita, como él quería, porque era devoto de esa religiosa. Podría parecer la suya una historia rocambolesca -que incluso inspiró a grandes autores, como Tomás Eloy Martínez-, pero se trató, antes que nada, de una tragedia nacional.



Tras una acelerada carrera de seis años como mayordomo de la quinta madrileña de Puerta de Hierro, López Rega fue nombrado en forma sucesiva por los presidentes Héctor J. Cámpora, Raúl Lastiri, Juan Domingo Perón e Isabel Perón ministro de Bienestar Social, aunque en su caso el designio de administrar el bienestar social resultaría una ironía macabra. Desde el ministerio ubicado frente a la Plaza de Mayo, cuyo tercer subsuelo se convirtió en un arsenal repleto de armas importadas, López Rega fue el gran iniciador del terrorismo de Estado llevado luego por la dictadura a escala industrial. La Triple A, que él comandaba, fue responsable junto con sus grupos asociados de un millar de asesinatos, además de enviar con amenazas de muerte a decenas de artistas, políticos, abogados, periodistas, religiosos e intelectuales al exilio.







José López Rega, ministro de Bienestar Social entre 1973 y 1975



Ya antes de los Kirchner el peronismo había borrado de la historia al desquiciado gobierno de Isabel Perón (1974-76). En forma progresiva solo extrajo de los 70, con nostalgia acrítica, la gloria revolucionaria de los Montoneros , junto con el supuesto de que la habían tenido.



Menem, además de indultar al lado de Videla a líderes como Mario Firmenich y Rodolfo Galimberti, reconvirtió en funcionarios públicos a una gran cantidad de montoneros (un libro de Viviana Gorbato ontabiliza casi 500). El kirchnerismo profundizó esa hospitalidad. Construyó una historia a la carta, sumó reivindicación política difusa y partidizó los derechos humanos, para todo lo cual esencialmente desconoció, empaquetada, la violencia política anterior al 24 de marzo de 1976. Fecha que consagró como feriado nacional para elevar más el muro entre la noche más oscura de la historia y lo anterior. Lo anterior, ciertamente desgranado bajo el marco constitucional, incluía a López Rega, a la Triple A. Nada menos que la instalación del terrorismo de Estado.







José López Rega, junto a Juan Domingo Perón y María Estela Martínez de Perón, en un acto de campaña, el 31 de agosto de 1973; a la derecha, el oficial de policía Juan Ramón Morales



Negación histórica



No es casual que a esta altura del siglo XXI, después de 18 años de gobiernos peronistas, muchos jóvenes sepan poco y nada acerca de quién fue López Rega. En consonancia con la negación histórica del hecho difícil de explicar de que la gloriosa guerrilla peronista combatió con las armas a un gobierno peronista, la violencia de ultraderecha opuesta desde el Estado fue barrida bajo la alfombra. Sólo que de allí no se rescató ninguna gloria.



Se acomodó el relato. El uso de López Rega por parte de Perón y, luego, la enorme influencia que el Brujo alcanzó sobre una Isabel Perón carente de condiciones para ejercer la sucesión se presentaron como si se hubiera colado en la película un paje engreído, intenso, muy metido, de a ratos tierno: en el peronismo lo llamaban "Lopecito". Un sirviente desbordado capaz de tomarse atribuciones a expensas de la bonhomía doméstica del general estadista. Descripción que quizás se adecue algo, esto es cierto, a los comienzos.







José López Rega acompaña la llegada del cuerpo de Eva Perón a la Argentina



María Sáenz Quesada dice en la biografía de Isabel Perón que López Rega se convirtió en Madrid en "una suerte de valet, mayordomo, enfermero, guardaespaldas y secretario privado", desde donde escaló a "la participación en los asuntos más reservados del matrimonio Perón, no solo dinero y salud, sino también lo que Isabel calificaba de ‘estrictamente familiar’, o sea la devolución del cadáver de Evita". Joseph Page realza la función del enfermero que se gana la confianza en situaciones como las de asistir al paciente en un proceso postoperatorio de próstata.



El 3 de septiembre de 1971, mientras en la Argentina la izquierda peronista se apoderaba de la imagen de Evita ("si Evita viviera sería montonera"), López Rega, junto a Jorge Daniel Paladino y ante la mirada circunspecta de Perón e Isabel, abrían en la quinta 17 de Octubre, de Madrid, el cajón recién recuperado de quien había sido la jefa espiritual de la Nación, valiéndose de un pequeño lanzallamas para quebrar el sello metálico. El Brujo hizo trasladar más tarde el cadáver embalsamado a una habitación del segundo piso, donde hacía acostar a Isabel por encima, encendía velas y mediante ritos esotéricos procuraba conseguir una transferencia de la esencia espiritual de la segunda esposa de Perón a la tercera, esfuerzo que se demostraría no coronado con éxito.



Mayordomo con poder



Isabel Perón, cuyo vínculo de diez años de duración con López Rega nutrido por afinidades sobre los signos del zodíaco marcaría la historia argentina, se lo había llevado con ella como mucamo a Puerta de Hierro , tras conocerlo una tarde de 1965 en la casa del mayor Bernardo Alberte, en Caballito. Alberte, militar peronista de gran trayectoria -el Ministerio de Defensa le rindió un homenaje el año pasado-, denunció muchos años después que la Triple A lo había querido secuestrar. Fue asesinado el mismísimo 24 de marzo de 1976. Una patota militar que inauguraba las atrocidades de la dictadura ingresó a su departamento, frente al Ital Park, y lo arrojó por la ventana.



En Madrid las tareas de mayordomo le daban enorme poder a López Rega como administrador del acceso al líder. Pero no era solo poder. Por el servicio de dejar pasar, a veces cobraba. Dice Juan Manuel Abal Medina en "Conocer a Perón" que los visitantes habituales "por las dudas" trataban bien a López Rega, quien aprovechaba "si podía, para obtener algún dinero". Y ejemplifica: "Diego Muñiz Barreto, todo un personaje que acompañó varias veces a Galimberti, llevaba siempre preparados billetes de 50 dólares (por qué de 50, no sé) que le pasaba con fingido disimulo a López y éste aceptaba con naturalidad".



Abal Medina, uno de los actores más importantes de la gran cocina política que era la quinta de Puerta de Hierro a comienzos de los 70, toma distancia en sus memorias de López Rega: "Nunca tuve una conversación" con él, "ni en las cartas que le enviaba al General incluía los ‘saludos a López Rega’ que se habían hecho habituales en casi todos los dirigentes peronistas". Pero, a renglón seguido, descarga indirectamente la responsabilidad de Perón sobre el ascenso del Brujo: "El crecimiento de esa figura que parecía simplemente grotesca, y terminó siendo nefasta -dice Abal Medina- fue responsabilidad de muchos".







María Estela Martínez de Perón, junto a José López Rega



De sargento a comisario general



Este 25 de mayo se cumplirán 50 años del gran ascenso de López Rega, que además significó su vuelta al país. En 1973, Perón le ordenó a Cámpora que lo nombrara ministro. Un año después, el ministro consiguió otro tipo de ascenso, ya no verbal, sino firmado por el presidente Perón, en el decreto 1359/73: de sargento retirado de la Policía Federal a comisario general. Nunca visto: doce grados del escalafón. Si bien con menor énfasis, Perón también llevaría a las más altas jerarquías a los sanguinarios jefes policiales que luego conformaron con López Rega el Estado Mayor de la Triple A.



Todavía hoy el asunto más espinoso no es el encumbramiento inmeritorio del Rasputín criollo y sus desaguisados , como hombre fuerte del gobierno de Isabel Perón (él, que ya había escogido a su yerno Raúl Lastiri como sucesor de Cámpora, en 1975 lo puso de ministro de Economía a Celestino Rodrigo, por ejemplo), sino el papel de Perón como mentor de la Triple A, que en ámbitos académicos ya casi ningún investigador discute.



"No jodan con Perón", advertía sin rodeos mediante carteles en el centro porteño el sindicalismo peronista en 2007, |cuando la Justicia española intentaba por segunda vez revisar los crímenes cometidos desde el Estado durante el tercer gobierno peronista. Firmados por La Fraternidad y con los sellos de la CGT y las 62 Organizaciones, los carteles buscaban desalentar toda curiosidad sobre el emprendimiento criminal de López Rega y sus órdenes superiores.



Era hijo de un taxista de origen español y huérfano de madre desde el día de su nacimiento, que no fue otro que un 17 de octubre (en 1916). Cayó después del Rodrigazo, arrollado por una protesta sindical, luego de que el Cuerpo de Granaderos destacado en Olivos desarmó a su ejército privado. Caso impar, lo sacó del país rumbo a la clandestinidad el avión presidencial.



Extraditado de Miami durante el gobierno de Raúl Alfonsín, murió sin ser condenado, tras catorce años de proceso, once de los cuales estuvo prófugo. La dictadura nunca lo buscó.
La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela