La escritora sueca Karin Smirnoff escribió el nuevo libro de la saga "Millennium" titulado "Las garras del águila" que vuelve a reunir a la hacker Lisbeth Salander con el periodista Mikael Blomkvist.
Ahora, Lisbeth volvió, al igual que el periodista de investigación Mikael Blomkvist que la acompaña en sus andanzas, en Las garras del águila, séptima entrega de la famosa saga y la primera escrita por una mujer. La encargada de tomar la posta de Lagercrantz es Karin Smirnoff, periodista sueca que, a los 54 años, decidió dejar el negocio familiar para escribir.
Smirnoff logra mantener la franquicia en marcha presentando una historia nueva, como de costumbre contada desde distintos puntos de vista y con el abordaje a problemáticas sociales bien presente.
Esas cuestiones se entrelazan con empresarios inescrupulosos, políticos corruptos, espías y asesinos. Y se vuelve a demostrar que, en este mundo injusto y corrupto, protagonistas así son siempre necesarios.
Pese a dedicarse a destapar ese tipo de ollas, Blomkvist no se encuentra en su mejor momento profesional. Su preciada revista Millennium, la que le robó el tiempo para la familia y amistades y está en la cuerda floja, dejó de circular en papel y se transformó en un podcast. Así, el incansable periodista comienza a reevaluar su vida.
https://www.youtube.com/watch?v=UtTp8LAUfvQ Por eso viaja al frío norte de la ya de por sí helada Suecia para el casamiento de su hija, con quien tiene poca relación. Claro que las mañas no se las quita rápido, y en poco tiempo está metido en una nueva investigación contra una enorme empresa que, para el exterior, crea parques eólicos y busca energías renovables, aunque solo es una fachada para cuestiones ilegales y células neonazis. Y si algo ha enseñado esta saga literaria es que los hombres poderosos no suelen ser buenos ni amables, especialmente hacia las mujeres.
Lisbeth también emprende viaje hacia Gasskas, aunque por un motivo muy distinto. Llega gracias a una llamada de los servicios sociales de protección infantil. Su sobrina, Svala, quedó huérfana y, como su pariente más cercana, se convierte en la tutora, al menos hasta que le encuentren una familia adoptiva. La niña tiene 13 años y ya es una experta abriendo cajas fuertes, tan perspicaz como su tía y resistente al dolor como era su padre.
Estas historias, en apariencia separadas, se van enlazando de a poco. La madre ausente de Svala, posible víctima de un secuestro, y un grupo armado que llega sin aviso a la boda y rapta al nieto de Blomkvist, harán que la dupla se vuelva a unir. Así, como en anteriores novelas de la saga, el ritmo comienza lento y hay historias secundarias que se extienden más de la cuenta, pero todo es un preámbulo para la resolución final. En definitiva, el reencuentro con esta dupla es siempre un buen momento.