Sábado, 27 de Julio de 2024

Se viene el "viento en contra" en la región

UruguayEl País, Uruguay 2 de octubre de 2023

Lamentablemente, no veo ningún escenario que nos haga pensar en un nuevo ciclo positivo para la segunda mitad de la década, afirma el economista Carlos Vegh

Viento en contra para los países de la región, advierte el economista Carlos Vegh [i], al repasar el comportamiento de la economía regional en el corto plazo, en referencia a bajo crecimiento, financiamiento más costoso y riesgos de sostenibilidad fiscal. "No veo ningún escenario nos haga pensar en un nuevo ciclo positivo de la economía" para la segunda mitad de la década, subraya. De todos modos, Vegh no habla de una crisis de la economía global, sino de "un aterrizaje suave". Asegura que Argentina corre "un alto riesgo a fallar" al analizar las posibles medidas a tomar en medio de la crisis; dice no ser muy optimista con respecto a Brasil y sobre Uruguay, afirma que le preocupa más la rebaja resuelta para IRPF e IASS que el actual desvío fiscal. A continuación, un resumen de la entrevista.
¿Cómo definiría el actual momento por el que atraviesan las economías de la región?


Es un momento complicado e incierto. En su conjunto, la región crecerá solo alrededor del 1,5% en el 2023 luego de un aumento del 3,7% en el 2022. Y en el 2024, el repunte sería solo del 2%. En general, habrá viento en contra para nuestros países. En cuanto a la economía mundial, se espera que crezca 2,1% en el 2023, luego de 3,1% en el 2022. Y aunque la inflación en las economías avanzadas haya disminuido, no me sorprendería si hubiera alguna otra suba por parte de la Reserva Federal antes de fin de año, dado que la tasa interanual de inflación continúa por encima del objetivo del 2%. Otro dato importante es que los precios de los commodities caerán por un 20% durante este año 2023.



Desde el punto de vista de los riesgos macro para lo que resta de 2023 y 2024 en la región, ¿a qué eventos hay que prestarle especial atención, que puedan influir en la trayectoria de las economías locales?



Creo que la clave continuará siendo la política monetaria de la Reserva Federal. Dado que la Reserva empezó a subir las tasas tarde y sin mucho apuro, tenderá a errar por el lado de ser agresiva y posponer lo más posible una baja de tasas. Eso afectará las tasas mundiales y, por consiguiente, hará más costoso el financiamiento externo e interno. El crecimiento bajo de la región tampoco ayudará con la recaudación impositiva, lo que podría ocasionar algún problema de sostenibilidad fiscal.



Más allá de estas estimaciones poco auspiciosas a corto plazo, ¿cuáles serán las características destacadas para la segunda mitad de la década?



Cuesta ser muy optimista. El crecimiento pronosticado para el 2025 es 2.6%. Lamentablemente, no veo ningún escenario obvio que auguraría un nuevo ciclo positivo. La región continua con los mismos problemas estructurales de siempre (baja productividad, educación mediocre, falta de infraestructura pública, escaso comercio internacional). A lo que se suma una veta autoritaria en varios países importantes de la región y una falta total de liderazgo regional por parte de EE.UU.



En el plano estrictamente financiero, ¿se advierten algunas señales de un aumento del riesgo de ingresar en una nueva crisis a nivel global, dado el alto endeudamiento y condiciones más restrictivas desde lo monetario?



No, no veo riesgos obvios de una nueva crisis a nivel global. Aunque la situación geopolítica (China, la invasión de Rusia) es compleja y habrá un deterioro financiero en el corto y mediano plazo, creo que las chances de un "soft landing" (aterrizaje suave) es lo más probable.



 Brasil acaba de adoptar un nuevo marco fiscal en un contexto de mejora del entorno económico en los últimos meses, lo que derivó incluso en una mejoría en la evaluación del país por parte de algunas calificadoras de riesgo. ¿Cómo observa esa situación?



Soy menos optimista. Creo que la adopción del nuevo marco fiscal simplemente confirma en muchos medios políticos y económicos que Lula no va a ser tan prolijo en el manejo fiscal como lo requerirían las circunstancias. Confirma también que el objetivo de la administración Lula es subir el gasto fiscal lo más rápido posible y buscar los ingresos luego. Brasil pasará de una regla que restringía el gasto real a mantenerse constante a un aumento del gasto real del 7.5% durante 2023 según el Banco Central. Adoptar el nuevo marco fiscal es echar por la borda un manejo muy cuidadoso del Banco Central. Lula ha sido muy crítico de la política monetaria de Campos Neto y ahora lo forzará a ser aún más cauteloso. ¡Qué ironía!

Carlos Vegh, economista uruguayo
La particular situación de Argentina, ¿tiene una salida? ¿De qué forma puede lograr un plan de estabilización y bajar la inflación?



No deja de ser un milagro que Argentina no haya explotado ya en una hiperinflación desbocada. La inflación interanual está en 125% y seguirá subiendo hasta las elecciones. Y éste sería el mejor escenario. Luego, la salida sería un drástico ajuste fiscal que elimine el financiamiento inflacionario. Lo "fácil" sería pasar a inflación muy baja con dolarización o con convertibilidad. Lo difícil es cómo se hace al ajuste fiscal y que tan creíble es. En las hiperinflaciones, luego de la primera Guerra Mundial, la inflación desaparecía de la noche a la mañana porque el ajuste fiscal era completamente creíble. Dudo que este sea el caso en esta instancia.



¿Los problemas de reputación y credibilidad que tiene Argentina podrían hacer fracasar, entonces, cualquier plan, por serio que éste sea? 



Sí, definitivamente. Se necesita seriedad y credibilidad. Ambas cosas. En este proceso, si falta una, ¡hay que ponerse a rezar!



Si tuviera que buscar una referencia similar por las características de la actual crisis y los instrumentos para superarla, ¿A quién se asemeja la Argentina de hoy?, ¿qué nos dice la historia?



Creo que lo más parecido sería la Convertibilidad (1991). No olvidemos que, por varios años, la convertibilidad funcionó pero luego se desmoronó el ajuste fiscal. La dolarización sería marginalmente más creíble que otra convertibilidad porque "se queman las naves". Pero la clave es un ajuste fiscal serio y creíble.



Hace algunas semanas, se difundió en Argentina un estudio sobre 46 planes de estabilización en América Latina entre 1970 y 2020 (Rapetti, Waldman, Gabriel Palazzo) concluyeron que solo 12 de los 46 planes lograron bajar de forma duradera la inflación. El riesgo a fallar, en una situación tan crítica como la de Argentina, ¿es muy alto?



Sí, el riesgo es muy alto. Argentina no tiene instituciones fiscales serias y, dado que no ha cumplido con las metas impuestas por el Fondo Monetario, el Fondo también ha perdido mucha credibilidad. Los mercados han perdido la confianza en Argentina y el Fondo y no es obvio como se recupera en el corto/mediano plazo.



Uruguay está indisolublemente vinculado a sus vecinos. ¿De qué forma sobrellevará la coyuntura? 



Es la historia macroeconómica del Uruguay, ¿no es así? Uruguay no tiene más remedio que continuar con políticas macroeconómicas serias, es decir, controlar la inflación, mantener una política fiscal sostenible y que no sea procíclica, y seguir abriéndose al mundo.



Recientemente, un informe de Moodys advirtió por la expansión económica "a una velocidad de sobrecalentamiento" de varios países de la región, lo que tornaría más difícil que la inflación subyacente converja rápido a su meta, y ello "implica que los bancos centrales tendrán que mantener las condiciones monetarias en terreno restrictivo para enfriar a sus economías". ¿Es un riesgo presente en la región, a su juicio?



Sí, claro, siempre es un riesgo pero creo que, en términos generales, los bancos centrales de la región han dado clara prioridad a la lucha anti-inflacionaria (con Brasil liderando, pero también Chile, Colombia, y Uruguay entre otros). Creo que, dada la historia fatídica e interminable de la región con la inflación, ha sido la decisión correcta.



Precisamente, Uruguay ha comenzado a recortar tasas de interés, en camino de abandonar su política monetaria contractiva. ¿Es muy pronto para dar ese paso?



La política monetaria está lejos de ser una ciencia exacta (pensemos en la Reserva Federal por ejemplo). Casi todos los bancos centrales de la región están buscando ese punto de inflexión, con Brasil, Chile, y Uruguay habiendo bajado la tasa de política monetaria recientemente. Creo que lo importante es no apresurarse demasiado a bajarla. Nunca debemos olvidar que la historia inflacionaria de nuestra región es tal que las expectativas inflacionarias suben rápidamente.



¿Cómo valora la aplicación de la regla fiscal en Uruguay?, ¿El hecho de tener un desvío fiscal en 2023, por encima de lo esperado previamente, le sugiere una situación de riesgo?, ¿cómo pesa en ello la aproximación al término del mandato y la cercanía del período electoral?



Nada es perfecto, pero diría que la regla fiscal se ha puesto en funcionamiento en una forma seria y constructiva. Naturalmente, a medida que pase el tiempo, se va a ir perfeccionando su aplicación y ejecución. Le diría que en, principio, el desvío fiscal del 2023 (por la sequía y la situación cambiaria con Argentina) me preocupa menos (porque es claramente transitorio) que la rebaja del IRFP y IASS. En este último caso, entiendo que, al menos por el momento, tendríamos un mayor gasto permanente sin ingresos tributarios para compensar, lo que violaría el espíritu de la regla fiscal. A lo que se sumara las inevitables presiones al gasto en un año electoral, que también están presentes.



De acuerdo con esas condiciones en lo local y regional y teniendo en cuenta el incierto contexto global, ¿el gobierno que asuma en 2024 tendrá fuertes desafíos en lo fiscal?  



Sí, definitivamente. Como mencionamos antes, inevitablemente habrá desafíos fiscales: desvíos de la regla fiscal, presiones electorales, financiamiento externo más caro, etc. Pero, en última instancia, las instituciones reflejan la seriedad de las autoridades y el deseo de un acuerdo social sobre las grandes cuestiones fiscales. Si, por alguna razón, se perdiera esa voluntad política, no habrá regla que valga y las restricciones fiscales se multiplicarían.


[i] Carlos Vegh es Profesor de Economía Internacional en la Universidad Johns Hopkins. Fue Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe en 2017-2019. Ganador en el 2022 del Premio Carlos Diaz-Alejandro por sus contribuciones académicas al estudio de América Latina y el Caribe. Recibió su doctorado en Economía de la Universidad de Chicago en 1987.
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