Gusanos zombi y sangre falsa son experimentos científicos para celebrar Halloween
Usando ingredientes que se encuentran en la casa, como bicarbonato, maicena y vinagre, pueden realizarse "espeluznantes" proyectos que permiten que los más chicos aprendan de forma creativa.
Brujas, muertos vivientes y monstruos de todo tipo recorrerán las calles este martes por la noche. Sin embargo, en las casas ya es posible empezar a crear un ambiente de Halloween.
Por ejemplo, la receta para hacer "moco de zombi" es simple: solo se necesita almidón de maíz (maicena), agua y colorante verde.
"En un bol se ponen dos tazas de maicena. Por otro lado, en una taza con agua, se añaden dos gotas del colorante. De a poco se va agregando esta mezcla a la maicena y se va revolviendo hasta obtener una pasta viscosa. Si uno toma esa pasta espesa y la aprieta en la mano se volverá sólida, pero, al ir soltándola, se comenzará a escurrir por los dedos como moco de zombi", asegura Francisco Virrarroel, ingeniero en alimentos y CEO de Blitz (@blitz_chile en Instagram), emprendimiento que ofrece talleres científicos para cumpleaños.
La ciencia detrás del experimento es que "el almidón de maíz mezclado con agua forma un fluido no newtoniano" (es decir, aquel cuya viscosidad varía según la temperatura y la tensión cortante que se le aplica), precisa.
Crear sangre falsa con agua, cúrcuma, un poco de bicarbonato y alcohol al 95% es más sencillo aún, asegura. Para lograrlo, se disuelve el bicarbonato en medio vaso de agua. En otro recipiente se mezclan la cúrcuma con una cucharada de alcohol. Luego, se agregan un par de cucharaditas del bicarbonato ya disuelto a la mezcla. "La cúrcuma tiene curcumina, un indicador de pH. Al unirse al bicarbonato se pone de color rojo, ya que este es un alcalino", explica el ingeniero.
Aprendizaje memorable
"Halloween ofrece un ambiente lúdico y emocionante para introducir conceptos relacionados con la ciencia a los niños. La combinación de disfraces, decoraciones y experimentos científicos pueden hacer que el aprendizaje sea divertido y memorable, al mismo tiempo que fomenta la curiosidad y el interés por la ciencia", afirma Pablo Ramírez, profesor de Física y Química y finalista del Global Teacher Prize Chile 2023.
Según el docente, hacer "pociones mágicas" con bicarbonato y vinagre, o hablar de la biología de las plantas mientras se tallan o pintan calabazas -una de las tradiciones asociadas a la fecha-, son "propuestas temáticas sencillas que permiten integrar la ciencia en esta fiesta".
Para quienes se animen a algo más elaborado, Ramírez cree que los "gusanos zombis" son una buena idea. Los materiales requeridos son gusanos de gomita comestible, dos vasos transparentes, agua, tres cucharadas de bicarbonato, vinagre y tijeras.
"Primero, se cortan los gusanos en tiras más delgadas. Después, en uno de los vasos se pone agua tibia, el bicarbonato y se revuelve bien. Segundo, hay que colocar los gusanos de gomita en la mezcla y esperar 15 minutos hasta que se empapen. Mientras, se llena el segundo vaso con vinagre. Cuando haya pasado el cuarto de hora, se sacan los gusanos empapados del primer contenedor y se tiran al segundo. Cuando los gusanos estén cubiertos de burbuja comenzarán a subir a la superficie, haciendo un divertido movimiento parecido a un zombi", puntualiza.
La explicación detrás de la reacción es que "el bicarbonato absorbido por las gomitas reacciona con el ácido acético del vinagre, creando burbujas de dióxido de carbono. Estas burbujas provocan que el gusano suba por el vaso, retorciéndose como muertos vivientes", explica Ramírez.
Lilian Moreno, académica de Pedagogía en Educación Básica de la U. Finis Terrae, tiene otra sugerencia macabra: "leche poseída".
"En un plato plano hay que añadir media taza de leche entera y algunas gotitas de colorante comestible de distintos colores. En una varita de algodón (un cotonito, por ejemplo), untar lavalozas y acercarla a esta sustancia lechosa. !Verán cómo la leche parece tener vida propia", comenta la experta.
Para obtener resultados diversos, puede usarse también leche descremada, sin lactosa o desengrasante.
"Este experimento sencillo, económico y seguro es una buena opción para aprender de forma lúdica que no da lo mismo usar diferentes cantidades, temperatura o consistencia de los materiales para alcanzar el resultado esperado", señala Moreno.