Desafíos en la prevención de riesgos ocupacionales
El primer semestre de 2023 trajo consigo una preocupante tendencia: un incremento en el número de accidentes de trabajo en Colombia, con respecto al mismo período en 2022
El primer semestre de 2023 trajo consigo una preocupante tendencia: un incremento en el número de accidentes de trabajo en Colombia, con respecto al mismo período en 2022. Según el reciente Informe de Siniestralidad Laboral del Observatorio de Seguridad y Salud en el Trabajo, del Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), se reportaron 274.381 accidentes laborales en el país durante este tiempo, lo que se traduce en un incremento del 9,3% con respecto al año anterior. Los sectores más afectados fueron agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; explotación de minas y canteras; y distribución y tratamiento de agua; lo que demuestra la necesidad urgente de mejorar las condiciones de seguridad en el trabajo en estas áreas. Bajo este panorama, cabe anotar que, de acuerdo con Lisbeth García Guerrero, docente del programa en Gestión de la Seguridad y la Salud Laboral del Politécnico Grancolombiano, "la normatividad vigente en Colombia establece como obligación para el empleador, en materia de riesgos laborales, la protección y seguridad para los trabajadores". Por tanto, "proteger al trabajador de los factores de riesgo presentes en el lugar de trabajo sigue siendo el principal reto en la prevención de los riesgos ocupacionales, lo que además conlleva a crear dentro de las empresas una cultura que permita mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, así como la productividad de la empresa", agrega García. De acuerdo con la docente, la responsabilidad frente a la prevención de los riesgos laborales está a cargo del empleador, en términos de garantizar la seguridad de los trabajadores, disponer los medios para evaluar y valorar el nivel de riesgo, así como implementar las medidas de prevención y control en el lugar de trabajo. En ese sentido, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha señalado que la meta final de la gestión de los riesgos laborales se encamina a la prevención de lesiones, de enfermedades y, no menos importante, al mantenimiento de la capacidad laboral de los trabajadores. Además, se debe tener en cuenta que existe una relación directa entre el puesto de trabajo, la persona y la organización: el primero incorpora factores como la naturaleza de las tareas, la carga de trabajo y el medioambiente laboral; la persona, quien posee competencias y capacidades; y la organización incorpora los modelos de trabajo, recursos y demás. Retos con las nuevas formas de trabajo De acuerdo con García, el panorama de la prevención de riesgos ocupacionales se vislumbra teniendo en cuenta las nuevas formas de trabajar y de establecer las relaciones laborales, con énfasis en el desarrollo de funciones bajo condiciones no convencionales de trabajo en las empresas, algunas hoy en día realizadas en casa o en los espacios propios del trabajador, apoyadas en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). "Lo anterior se enmarca en los nuevos riesgos en el trabajo, denominados riesgos emergentes. En este sentido, la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) hace referencia a que las actividades laborales y los lugares de trabajo se encuentran sometidos a permanentes cambios, entre otras razones, por la entrada de nuevas tecnologías, sustancias y procesos de trabajo, así como cambios que han surgido tanto en la estructura de la población activa, como del mercado laboral, que determinan la necesidad de establecer nuevas formas de empleo y una nueva organización del trabajo", explica la docente. Además, según la OIT, la SST debe anticiparse a los nuevos riesgos que se puedan presentar, con el fin de gestionarlos de manera eficiente en torno a la construcción de una cultura de prevención; para ello se requiere contar con información oportuna y permanente.