Miércoles, 09 de Octubre de 2024

Moderemos las expectativas

ColombiaEl Tiempo, Colombia 21 de noviembre de 2023


Víctor Muñoz
Los mandatarios electos en las elecciones de octubre han mostrado una significativa apertura al diálogo en los primeros días de transición, acercándose a la oposición en un gesto de reconciliación política y buscando establecer un enfoque colaborativo y transversal en las diversas regiones del país


Víctor Muñoz
Los mandatarios electos en las elecciones de octubre han mostrado una significativa apertura al diálogo en los primeros días de transición, acercándose a la oposición en un gesto de reconciliación política y buscando establecer un enfoque colaborativo y transversal en las diversas regiones del país. Además, han conformado equipos de transición de primer nivel que incluyen exministros, expertos técnicos y profesionales con trayectorias y capacidades notables. Esto ha generado expectativas de que los futuros secretarios y directores de entidades tendrán perfiles más destacados que algunos de los actuales ministros. Este optimismo refuerza la percepción de que los nuevos líderes regionales priorizarán el desarrollo y el progreso por encima de la destrucción y la polarización. Sin embargo, a pesar del renovado optimismo y del cambio en el panorama político, marcado por la disminución del apoyo al Pacto Histórico, no debemos olvidar que el presidente actual sigue aferrado a su postura radical, su retórica y su agenda reformista e ideologizada. Aunque las regiones pueden experimentar un respiro, es probable que la política nacional mantenga su rumbo sin cambios sustanciales. Los desafíos que esperan a los mandatarios recién electos son numerosos. Aunque han demostrado capacidad de gestión, se enfrentan a una administración fragmentada. En Colombia, de los 1.103 municipios, aproximadamente 1.000 están clasificados en las categorías 5 y 6, con ingresos que dependen en un 70% del Sistema General de Participaciones y del Sistema General de Regalías. De hecho, solo unos 50 municipios tienen suficiente autonomía financiera para no depender de las transferencias nacionales. Sin el apoyo financiero del gobierno central, la capacidad de emprender grandes proyectos es limitada, lo que lleva a las autoridades locales a gestionar recursos limitados que a menudo se destinan a proyectos menores. Las grandes ciudades, a pesar de contar con más recursos, luchan con altos niveles de deuda que limitan su capacidad de acción sin apoyo nacional. A esto se suma la baja ejecución del presupuesto de inversión del gobierno nacional, que hasta octubre rondaba el 50%, y el desdén del Presidente hacia los gobernadores que no comparten su ideología, lo que aumenta la presión en las regiones por el decrecimiento y el desempleo. Es prudente moderar las expectativas en cuanto a lo que los alcaldes y gobernadores electos pueden lograr. Esta cautela no refleja su competencia o intenciones, sino que reconoce la complejidad del contexto político y fiscal que enfrentarán. Cabe esperar que aquellos que favorecen la polarización intensifiquen la tensión a través de huelgas y bloqueos en las principales ciudades, intentando desviar la atención de los problemas nacionales. La colaboración entre los niveles de gobierno y la búsqueda de soluciones conjuntas será fundamental para prevenir que los problemas nacionales ensombrezcan el progreso regional.
Emprendedor, investigador, analista.
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