Viernes, 25 de Abril de 2025

El guerrero indio que siempre iba al frente, pero terminó asesinado por la espalda

ArgentinaLa Nación, Argentina 4 de diciembre de 2023

Monumento a Caballo Loco, cuya construcción se inició hace más de 70 años y aún no se ha terminado Caballo Loco fue el guerrero indio más grande del siglo XIX y lideró su gente en una de las victorias más memorables contra el ejército fronterizo de los Estados Unidos , pero su historia tuvo un amargo desenlace

Monumento a Caballo Loco, cuya construcción se inició hace más de 70 años y aún no se ha terminado



Caballo Loco fue el guerrero indio más grande del siglo XIX y lideró su gente en una de las victorias más memorables contra el ejército fronterizo de los Estados Unidos , pero su historia tuvo un amargo desenlace. El hombre que iba al frente en la batalla sin temor a las balas enemigas y al grito de "hoy es un buen día para morir" terminó asesinado por la espalda.



Nacido en 1840, Tasunka Witko, tal como se escribe su nombre en lengua aborigen, fue el jefe de los sioux oglala, una tribu originaria de los territorios ubicados en lo que hoy se conoce como Dakota del Sur, en el Medio Oeste estadounidense . Su madre murió cuando él era muy chico, por lo que su padre decidió casarse con una hermana para que él no tuviera que crecer solo.



Gran parte de su historia se entremezcla con el mito, algo de lo que no escapa su propio nombre. Lo más probable es que lo haya heredado de su padre y su abuelo, que también eran llamados Caballo Loco; pero están quienes eligen creer que fue nombrado así porque tenía una conexión especial con los espíritus y en sus sueños se le aparecía con recurrencia un caballo salvaje .



De lo que no quedan dudas es de que nació en una época de turbulencia para su gente, que empezaba a verse desplazada por el avance de los colonos europeos y por los embates del ejército de los Estados Unidos . Creció aborreciendo a los "wasichus" ("hombres blancos", en su lengua), porque había sido testigo de la crueldad con que estos trataban a los indios, en su afán por arrebatarles su territorio en las Grandes Llanuras.



El divulgador histórico Gregorio Doval escribió en su libro Breve historia de los indios norteamericanos , citado por el diario español ABC: " Antes de cumplir los 12 años ya había matado su primer búfalo y montaba su primer caballo ". El especialista también señaló que "con 16 años participó por primera vez como guerrero en una incursión exitosa, aunque fue herido en una pierna".







Una estampilla estadounidense impresa en 1982 tiene la imagen de Caballo Loco



Se ganó el respeto de la tribu al mostrar un coraje excepcional, un enorme compromiso con la preservación de sus tradiciones y una aguda inteligencia para plantear estrategias de combate. Por todo esto fue elegido para liderar a su pueblo a la edad de 24 años, con lo que se convirtió en el más jóven de los caudillos sioux.



Pero el mito de Caballo Loco no puede explicarse sin analizar el contexto histórico en el cual se acrecentó su figura. A mediados del siglo XIX, el gobierno de los Estados Unidos y los colonos (buscadores de oro o cazadores de búfalos) habían comenzado a avanzar sobre territorio indio, lo que provocó terribles enfrentamientos . En uno de ellos, Caballo Loco y sus hombres derrotaron al ejército estadounidense en lo que se conoció como la Masacre de Fetterman.



El derramamiento de sangre de ambos bandos, que se repartían por igual victorias y derrotas, hizo que el Gobierno firmara en 1868 el Tratado del Fuerte de Laramie, mediante el cual se les daba a los indios terrenos propios bajo su jurisdicción autómona y además se creo una gran reserva para los siouxs que quisieran abandonar la vida nómada . Pero Caballo Loco fue uno de los que se negó a firmar ese acuerdo y demostró su rebeldía al conducir a su pueblo fuera de los límites fijados en él. Conclusión: las hostilidades continuaron.



Para agravar todo aún más, en 1874 se descubrió oro en las Black Hills (Colinas Negras), que eran territorio sagrado para los sioux, puesto que según sus creencias allí moraban los espíritus de sus ancestros . Este hallazgo aumentó la sed de conquista del Gobierno, que redobló su apuesta y envió a terminar con "el problema indio" al ascendente y ambicioso general George Armstrong Custer (que en realidad era teniente coronel, pero pasó a la historia como "general").



Es precisamente el enfrentamiento con las huestes de Custer lo que eleva a Caballo Loco a la categoría de leyenda. El presuntuoso militar, llamado "Cabellos largos" por los indios, debido a una larga melena que cuidaba con obsesión, llevó a todo el 7° Regimiento de Caballería del ejércido de los Estados Unidos hasta las orillas del río Little Bighorn , donde lo esperaba una coalición indígena organizada bajo el mando de Caballo Loco y Toro Sentado (el otro gran jefe de los sioux).



La batalla de Little Bighorn, que tuvo lugar el 25 de junio de 1876, pasó a la historia como la gran epopeya indígena en los Estados Unidos y como la mayor derrota infligida hasta el momento al ejército de ese país . Con Caballo Loco como estratega y Toro Sentado como jefe espiritual, las fuerzas de la coalición india arrasaron al enemigo en un enfrentamiento que ha sido recreado en varias oportunidades por el cine.







Pintura alusiva a la Batalla de Little Bighorn



El presumido Custer cometió errores que hasta el día de hoy parecen incomprensibles. Subestimó el número de indios, que lo superaban casi diez a uno; dividió su propio ataque; se negó a esperar refuerzos porque quería toda la gloria para él (había otras columnas del ejército al mando del brigadier George Crook, John Gibbon y Alfred Terry, pero él se les adelantó); aplicó una fallida estrategia de pinzas y descartó el uso de sables y artillería pesada.



Aquello fue una masacre a manos de los feroces guerreros conducidos por Caballo Loco y Toro Sentado . Todo el 7° regimiento fue exterminado y él propio Custer murió ahí, humillado por los indios aún después de su muerte, puesto que se dice que le perforaron sus oídos "para que aprendiera a oir las advertencias" , ya que ellos muchas veces le habían dicho que dejara de hostigarlos y no había hecho caso.



Caballo Loco estaba ahora en la cima de su popularidad entre su gente y con el orgullo de no haberse doblegado antes quienes querían sojuzgarlo y despojarlo. Pero con el triunfo en Little Bighorn, por paradójico que parezca, no había hecho más que cavar su propia fosa, porque aquella bofetada al ejército estadounidense hizo que el Gobierno se encarnizara aún más con los indios y mandara un mayor número de soldados para acabar con ellos .



El embate del ejército estadounidense, sumada a la política de exterminar la población de búfalos para que los indios no tuvieran con qué alimentarse, hizo que el hambre, el cansancio y el miedo obligara a que los jefes tribales a rendirse o firmar un acuerdo que los confinaba en las reservas .



Solo el levantisco Caballo Loco se negó a arrodillarse ante los "wasichus", tomó a su pueblo y vagó durante meses esquivando soldados . Hasta que un poco instado por su gente, que le suplicaba torturada por el hambre, aceptó de mala gana conversar con sus enemigos. Fue conducido a Fort Robinson, al norte de Nebraska, pero ya de entrada eso empezó mal, porque le ordenaron ir a Washington para reunirse con el presidente Ulyses Grant, a lo que él respondió: "Yo no voy a ir. Que venga él a verme a mí, si quiere hablar".







El monumento a Caballo Loco, que desde hace 70 años se está construyendo, en Dakota del Sur



Así fue como se rompieron las negociaciones, los soldados se impacientaron, lo detuvieron e intentaron encerrarlo en una celda, pero Caballo Loco se zafó y los enfrentó, hasta que uno de ellos le clavó su bayoneta por la espalda y lo mató. La muerte le llegó a traición y no le dio tiempo de gritar, como siempre lo hacía en batalla: "¡Hoka Hey!" ("¡Hoy es un buen día para morir!") .



Su tribu lo llevó a un lugar indeterminado de sus tierras. ¿Cuáles eran sus tierras? Él mismo había respondido así a esa pregunta, cuando se la formuló un soldado: "Son aquellas donde mis muertos yacen enterrados". Su cuerpo terminó en algún sitio de las sagradas Colinas Negras, donde desde hace 70 años se construye un monumento en su honor. Dicen que llevará otros 70 años terminarlo, pero cuando eso ocurra se convertirá, con sus 170 metros de altura, en la estatua esculpida más grande del mundo.



Allí, cerca del famoso monte Rushmore, donde están los rostros gigantes de cuatro presidentes de los Estados Unidos, la figura tallada en roca de Caballo Loco montado en su potro mirará desde lo alto, cabalgando durante toda la eternidad.
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