Martes, 30 de Abril de 2024

La IA redujo el tiempo de desarrollo de medicinas de décadas a tan solo 1 o 2 años

ColombiaEl Tiempo, Colombia 16 de abril de 2024

DANIELA VANESSA ORTÍZ ÁLVAREZ - REDACCIÓN SALUD @SaludET
El papel del big data y la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la salud ha sido transformador, especialmente en el desarrollo de medicamentos y vacunas

DANIELA VANESSA ORTÍZ ÁLVAREZ - REDACCIÓN SALUD @SaludET
El papel del big data y la inteligencia artificial (IA) en el ámbito de la salud ha sido transformador, especialmente en el desarrollo de medicamentos y vacunas. En los últimos años hemos sido testigos de cómo estas tecnologías han revolucionado la manera en que se abordan los desafíos sanitarios globales. Según datos de Statista, el mercado mundial de big data relacionado con la salud está experimentando un crecimiento significativo, proyectando alcanzar casi 70.000 millones de dólares para el año 2025. Este aumento refleja un reconocimiento cada vez mayor sobre los beneficios tangibles que estas tecnologías ofrecen tanto a pacientes como a sistemas de salud. A pesar de la precaución tradicional en el sector sanitario respecto a las nuevas tecnologías, las preocupaciones sobre privacidad y seguridad de datos se están viendo contrarrestadas por evidentes beneficios. La integración de tecnologías como la IA y el aprendizaje automático está optimizando procesos, reduciendo los plazos de desarrollo de medicamentos de décadas a tan solo uno o dos años, según lo confirma la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (Amiif). Un ejemplo destacado de la eficacia de estas tecnologías es el rápido desarrollo de vacunas contra el covid-19. Gracias al procesamiento inteligente de grandes cantidades de datos y el uso de herramientas como la vacunología inversa (RV), el tiempo necesario para identificar posibles antígenos se ha reducido significativamente, de cinco a 15 años a solo uno o dos años. El informe ‘Desbloquear el potencial de la IA en el descubrimiento de fármacos’, elaborado por Wellcome, destaca el crecimiento acelerado en investigación y financiación en los últimos cinco años, especialmente en áreas terapéuticas como oncología, covid-19 y neurología. Porque en tan solo cuatro años, la tecnología ARNm que traían incorporadas vacunas anticovid como Pfizer o Moderna ha trascendido a otro tipo de biológicos que prometen combatir enfermedades como el cáncer. Hasta ahora, una de las vacunas más adelantadas en esta materia parecería ser la de Moderna. El director general de Moderna, Stéphane Bancel, dijo a finales del año pasado que la vacuna experimental contra el melanoma que elaboró su compañía podría estar disponible en tan solo dos años, lo que supondría un paso histórico contra la forma más grave de cáncer de piel. Se estima que en 2020 se produjeron a nivel mundial 325.000 nuevos casos y 57.000 muertes por la enfermedad. "Creemos que en algunos países el producto podría lanzarse con aprobación acelerada hacia 2025", afirmó en una entrevista. A diferencia de las convencionales, las llamadas vacunas terapéuticas tratan una enfermedad en lugar de prevenirla. Pero también actúan entrenando al sistema inmunológico del cuerpo humano contra el agente invasor. Por otro lado, investigadores de la Clínica Mayo trabajan en vacunas personalizadas para el tratamiento del cáncer, con las que se podrían atacar las características distintivas de los tumores en cada persona. Esto significa que a través de estas vacunas se reforzaría el sistema inmune, para que identifique y ataque las células cancerosas. El doctor Keith Knutson, codirector del Programa de Inmunología e Inmunoterapia del Centro Oncológico Integral en Florida, y cocreador del programa de vacunas personalizadas con neoantígenos de la Clínica Mayo, explicó las principales claves de la investigación. "Las vacunas personalizadas contra el cáncer están diseñadas de manera similar a las vacunas contra la influenza o el covid-19, en las cuales el ingrediente clave es una proteína específica relacionada con la enfermedad. A medida que el sistema inmunitario aprende a reconocer esa proteína puede estimular la producción de células T asesinas para que la combatan", precisó. Expertos también resaltan el papel fundamental de las empresas de biotecnología AI-first que han estructurado sus flujos de trabajo de investigación y desarrollo en torno a herramientas de inteligencia artificial.
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