Señales empresariales

La publicación de las memorias integradas por parte de las principales compañías del país en esta época del año, representa una oportunidad para que sus presidentes envíen un mensaje sobre los resultados y estrategias de negocios a los accionistas y grupos de interés, así como al conjunto de la sociedad.
En esta oportunidad, diferentes presidentes de empresas han incorporado en sus presentaciones a los accionistas un análisis más general sobre el devenir de la economía nacional. Aunque una referencia a aspectos generales del ambiente de negocios es consustancial con la posibilidad de generar valor y oportunidades en el quehacer de las compañías, se observa esta vez una mayor detención en materias que son parte de la discusión pública, tanto en aspectos sectoriales como de alcance nacional. Referencias a la seguridad, a la falta de políticas procrecimiento y a la incertidumbre institucional, así como cuestionamientos específicos -como por ejemplo, en el ámbito financiero y de la salud- se han hecho más recurrentes en estos documentos.
En cierto sentido, es inevitable que ello sea así. Desde 2019 y con mayor fuerza a partir de la llegada al gobierno de la coalición gobernante, los cuestionamientos a la actividad privada se han multiplicado. Así, propuestas que pretenden restringir el quehacer empresarial -o en algunos casos, derechamente excluirlo de ciertas áreas- condicionan la actividad en el país. Sería sorprendente que, en su comunicación a los accionistas y grupos de interés, las máximas autoridades de las empresas no hicieran ver los problemas que enfrentan a la hora de hacer negocios.
Por cierto, las referencias a las dificultades que encuentran diversas compañías para desarrollar su actividad no deben interpretarse como una suerte de voz unánime del sector empresarial. Esto, no porque no existan efectivamente problemas generalizados que obstaculizan el desenvolvimiento del quehacer privado y dañan así el interés general, sino porque también cabe el riesgo de que, al aludir a políticas públicas o demandar medidas de la autoridad, la genuina preocupación por el ambiente de negocios se entremezcle con intereses específicos, los que en muchos casos pueden beneficiar a grandes empresas en desmedro de pequeños competidores. Este no parece ser el caso de los comentarios incluidos en las memorias que han hecho noticia en estos días, cuyas referencias tienden a ser de índole general, pero sí pudiese darse el fenómeno en otras instancias de discusión públicas.
Desde otra perspectiva, el hecho de que se hayan multiplicado las referencias al ambiente de negocios en el país en las memorias de las principales compañías, sugiere la opción por un camino alternativo al papel que históricamente han jugado las dirigencias de los grandes gremios empresariales. La presencia e influencia pública de algunos de estos gremios se han visto mermadas en el último tiempo, lo que quizá explica la mayor voz que diferentes empresarios han decidido tener ante la difícil coyuntura actual.