Domingo, 05 de Mayo de 2024

Mi Casa (Ya) en el aire

ColombiaEl Tiempo, Colombia 25 de abril de 2024

Director Ejecutivo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana

Director Ejecutivo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.

Laura es madre soltera de dos hijos, vive en Soacha, Cundinamarca, y cuenta con ingresos mensuales cercanos a 2,6 millones de pesos. Su mayor sueño era encontrar una vivienda que brindara una calidad de vida digna y promoviera el desarrollo de su familia. Esta decisión podría ser una de las más trascendentales de su vida, ya que para adquirir la vivienda de sus sueños, valorada en cerca de 180 millones de pesos, tendría que destinar una cuota mensual de alrededor de 1,5 millones de pesos, cerca del 60% de sus ingresos, durante 20 años, lo que además del interés haría inviable el otorgamiento del crédito. El programa de subsidios Mi Casa Ya le ofreció a Laura la oportunidad de hacer realidad este sueño, prometiéndole un subsidio que reduciría sus cuotas mensuales en alrededor de 500 mil pesos. Sin embargo, al intentar acceder a este beneficio, se encontró con la decepcionante sorpresa de que ya no cumplía con los requisitos, debido a cambios en la focalización y restricciones de recursos. Laura sintió que, al estilo del maestro Escalona, le habían prometido una casa en el aire. Ante esta situación, decidió renunciar a su sueño y desistir a su vivienda, a pesar de haber abonado una cuota de reserva o incluso la cuota inicial. Este sentimiento fue el mismo que vivieron cerca de 52 mil hogares a nivel nacional, que eran potenciales receptores de subsidios, minando la confianza en uno de los principales instrumentos de política social en Colombia. No es sorprendente que en 2023 se registraran cerca de 38 mil desistimientos de vivienda, cerca de una tercera parte de las ventas totales. La decepción también afectó a los constructores, quienes experimentaron una caída del 45% en sus ventas, lo que naturalmente impactó en el inicio de nuevos proyectos de construcción (con una reducción del 28%). Esto no solo afectó a los propietarios, sino también al más de un millón de trabajadores en el sector. La situación se agrava por un menor apetito del sector financiero dadas las tasas de interés históricamente altas y un contexto macroeconómico de desaceleración, lo que dificulta el acceso a nuevos créditos tanto para nuevos compradores como para constructores con nuevos proyectos. Este sector está llamado a liderar la reactivación económica. Además de su importancia social, es uno de los sectores con mayores encadenamientos en la economía, generando amplios beneficios en producción y empleo. Es una buena noticia que el Ministerio de Vivienda ya haya anunciado 50 mil subsidios de vivienda y aclarado las reglas de su asignación, además de los anuncios de ciudades capitales y otros actores para unirse a otros beneficios, como concurrencias. Sin embargo, el objetivo principal debe ser la alineación de intereses entre el ciudadano, gobierno y sector privado mediante la recuperación de la confianza en este instrumento que duró tantos años en construcción. Sin ello, el programa Mi Casa Ya está condenado a vivir en el aire.
César Pabón
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