Jueves, 09 de Mayo de 2024

Cruda realidad alba

ChileEl Mercurio, Chile 27 de abril de 2024

Los resultados, como espejo implacable, se encargan de plantear que Colo Colo no es capaz de alcanzar la regularidad que demanda un club grande

Los resultados, como espejo implacable, se encargan de plantear que Colo Colo no es capaz de alcanzar la regularidad que demanda un club grande. Buena actuación ante Fluminense, a pesar de la derrota; dura caída frente a Cobreloa. Un 2-0 claro marcó la diferencia con Universidad Católica, pero el cerrojo de Alianza Lima desnudó las debilidades del Cacique justo en los días cercanos a su aniversario, con la junta directiva que resuelve el retorno de Aníbal Mosa a la presidencia.
Nada más y nada menos que la mesa que liderará el centenario del club más popular del país. Un hito que marcará los próximos doce meses. Colo Colo nunca deja de entregar noticias y en este camino que iniciará hasta el próximo 19 de abril, con seguridad formará parte de la agenda.
En la cancha, el presente no alcanza a tomar velocidad crucero. Vencer a Alianza era determinante para aspirar a uno de los dos cupos que llevan a la siguiente fase de la Copa Libertadores. Un buen cuarto de hora en el comienzo y correctos 10 minutos en el inicio del segundo tiempo. En ambos tramos el equipo de Jorge Almirón estuvo cerca de anotar y no lo hizo. Después fue reiterativo, al buscar casi siempre por el sector central del campo. La pérdida de octanaje también es un dato ineludible ante un rival que defendió con orden, no lo pasó mal y sobre el cierre estuvo cerca del cartón lleno con dos contragolpes. El gol que marró Jeriel de Santis amagó con transformar la noche del martes en tragedia.
Si en algún momento Jorge Almirón creyó que disponía de una banca larga, los rendimientos de sus futbolistas parecen llevarlo a la conclusión de que la suplencia es corta. Por eso la ausencia de los laterales Oscar Opazo y Erick Wiemberg generaron tal nivel de trastorno que el técnico movió toda la estantería. La presencia de Vicente Pizarro como carrilero por el flanco izquierdo simbolizó la búsqueda del exdelantero de Wanderers. No sirvió. El zurdo puede ser disciplinado, táctico, pero en los costados está lejos del volante que aclara la salida con sus pases.
No tiene tanto Colo Colo, al menos hasta la apertura del libro de pases, cuando es imprescindible tonificar una escuadra con muchas obligaciones, pero discutibles herramientas, sobre todo arriba. La molestia de Arturo Vidal y Leonardo Gil, por los planteamientos de los rivales que protegen su zona, refleja impotencia. En ninguna parte dice que está prohibido defenderse. No es trampa. Si fuera cierto el cuestionamiento de Vidal y Gil, Italia tendría que devolver sus cuatro Copas del Mundo.
Como era natural, ante la irregularidad alba, las miradas se posan sobre el "King". Vidal no ha jugado mal, pero salvo el duelo ante Universidad Católica, no ha sido el futbolista que el imaginario del hincha creyó que volvía al Monumental. En rigor, su campaña no es descollante y por ahora es un correcto volante, pero que no se acerca al crack que todos conocimos y disfrutamos en Europa y la selección nacional. Con chispazos o destellos no le alcanza para satisfacer una expectativa lógica, que también se nutre de su autoestima.
El regreso de Arturo Vidal instala en el debate el regreso de los emblemas de la "Generación Dorada".
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