¿Y si Colombia siguiera los pasos de Indonesia?

En 2007, los destacados economistas Indermit Gill y Homi Kharas acuñaron el concepto de "trampa de la renta media". Este término se refiere a un estancamiento del crecimiento económico en el que un país ha alcanzado la cima mediante el uso de obra barata y sectores tradicionales como la agricultura, pero se enfrenta a la dificultad de avanzar hacia industrias de alta tecnología. La trampa de la renta media tiene tres causas principales: la falta de innovación, la rápida desindustrialización y las exportaciones de mercancías de bajo valor añadido. Indonesia reconoció el riesgo y quería evitarlo. Al observar la tendencia a mundial hacia la transición energética y la carrera por asegurar minerales esenciales para dicha transición, también conforme con la Visión Dorada de Indonesia 2045, en 2020 el país optó por promover la política de extracción y refinado del níquel, prohibiendo su exportación en bruto. Indonesia posee el mayor yacimiento de níquel del mundo. Junto con el cobre, el cobalto y el litio, el níquel es uno de los elementos más importantes en la producción de baterías para vehículos eléctricos, una de las medidas más importantes en la transición energética y para ayudar a cumplir con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), que son objetivos de muchos países. Por lo tanto, la transformación de las industrias del níquel dará lugar a dos resultados: inversiones en operaciones de fundición que crearán puestos de trabajo y una exportación más sofisticada y con mayor valor añadido del mineral de níquel procesado. En 2023, esta política mostró sus frutos. El valor de las exportaciones de productos derivados del níquel aumentó significativamente, pasando de 3.300 millones de dólares en 2018 a 33.000 millones en 2023. La política continuará después con otros minerales estratégicos, como la bauxita y el cobre. Como toda buena innovación, la medida encontró resistencia. La Unión Europea y el FMI han expresado su desaprobación, alegando incompatibilidad con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio -Gatt- de 1994. El presidente de Indonesia, S. E. Joko Widodo, señala que esta política es necesaria para evitar el estancamiento del país. Lo que Indonesia quiere transmitir es, como cualquier otro país soberano, que tiene derecho a utilizar sus recursos y aspirar a convertirse un país desarrollado. Este exitoso proceso de Indonesia puede servir como buena práctica para Colombia. Tanto la transición energética como la reindustrialización son prioridades del país. El objetivo de este último es, entre otros, incrementar el valor de los productos de exportación y una mayor vinculación entre sectores, con miras a una participación más activa en la cadena de valor mundial. Como país con depósitos minerales críticos, una política de transformación de sus minerales estratégicos beneficiará a Colombia. En primer lugar, materializará la aplicación directa de la política de reindustrialización, invitará a los inversores a establecer fundiciones y refinerías nacionales, generará empleo y asegurará la exportación de minerales procesados con un valor superior. En segundo lugar, se fortalecerá la política de transición energética. Los minerales críticos procesados que Colombia tiene también pueden utilizarse a nivel nacional para dicha política de transición. Por último y más importante, Colombia podría utilizar esta política como trampolín para salir de la trampa de la renta media creando una industria de alto valor que se centre tanto en la industrialización como en la transición energética. Indonesia y Colombia pueden estar situados en distintos puntos del globo. Sin embargo, son dos países que tienen más similitudes que diferencias y es empezar a identificar juntos las numerosas posibilidades de cooperación entre ambos países. * Embajador extraordinario y plenipotenciario de la República de Indonesia. Escrito compartido con Fauzi Maulana Hakim, tercer secretario de la Embajada en Bogotá
Alianza de las Antípodas
Tatang Budie Utama Razak*
Este exitoso proceso de Indonesia puede servir como

buena práctica para Colombia. Tanto la transición energética como la reindustrialización son prioridades

del país.