Alejandro Weber "Para Daniela fue una decisión dolorosa, difícil"
Fue subsecretario de Hacienda en uno de los momentos más complejos del segundo gobierno de Piñera, y con una vasta experiencia en lo público, hoy es decano de la facultad de Economía de la USS. Pero también es el marido de Daniela Peñaloza, actual alcaldesa de Las Condes, quien no irá a la reelección tras una polémica y la irrupción de Marcela Cubillos. Aquí, él dice que fue ella quien tomó la decisión, y que sin duda ha sido el momento más duro de su carrera. También, Weber habla de Boric y hace un balance del momento económico.
No ha sido un año fácil para Alejandro Weber. Al exsubsecretario de Hacienda del segundo gobierno de Sebastián Piñera y marido de Daniela Peñaloza, actual alcaldesa de Las Condes, le ha tocado estar junto a su mujer, quien enfrenta una investigación para determinar presuntos delitos de corrupción en la venta de una serie de propiedades para la construcción del tercer Cesfam de Las Condes, además de otra indagatoria por mal uso de pago de horas extras en la municipalidad y su posterior bajada de las próximas elecciones de alcaldes. La muerte del presidente Piñera también lo golpeó fuerte. Desde su trabajo en Hacienda, dice, fueron cercanos, pero en la etapa fuera del gobierno, asegura, lo fueron aún más.
-Y hoy día siento cierta orfandad política- dice.
-Según usted, ¿no hay nadie que pueda tomar la posta con el legado de Piñera en la derecha?
-No, no lo va a haber. Nadie tiene ni la capacidad económica para implementar lo que él quería, ni la guía, ni la fuerza para convocar; es imposible. Entonces hay que buscar otro recambio. Y la que tiene que tomar la posta es Evelyn Matthei. Yo espero que ella sea la próxima presidenta de Chile. Le va a tocar un gobierno súper difícil. Creo que la izquierda va a ser una oposición muy dura.
-Si es que ganara Evelyn Matthei, ¿usted cree que van a ser la misma oposición de antes? ¿O que, tras su paso por el gobierno, habrá un aprendizaje?
-Creo que va a haber un aprendizaje, pero los incentivos en política siempre están puestos para tratar de destruir al otro, más que generar alianzas y acuerdos. Entonces siempre va a haber una tentación de ser una oposición dura.
-A usted, desde su trabajo como subsecretario de Hacienda, le correspondió trabajar mucho con el Congreso, ahí le tocó conocer y hablar con el diputado Boric. ¿Cómo era él?
-Aun cuando sigo estando en profundo desacuerdo con él en muchas cosas, en prácticamente todo, prefiero por lejos la versión del Presidente Boric a la del diputado Boric. La versión del diputado Boric, que tuvo algunas luces importantes -fue uno de los pocos miembros del Frente Amplio que participó de los acuerdos a los que convocó el presidente Piñera, sobre todo en primera infancia, y eso a mi juicio es algo muy noble- pertenecía a un bloque de élite muy ideologizado, el FA, y que hizo lo posible junto al Partido Comunista para que el presidente Piñera no terminara su mandato. Y el diputado Boric fue parte de eso.
Alejandro Weber vivió toda su etapa escolar en Paillaco, un pueblito rural ubicado a casi 50 kilómetros de Valdivia, que en esa época tenía 5 mil habitantes. Su padre, agricultor, y su madre, con estudios en Arte, decidieron que los tres hijos estudiaran en la escuela del sector y luego en el liceo del pueblo. En esa época, cuenta Alejandro Weber, 50 kilómetros era harto como para hacer el viaje al colegio todos los días, y los caminos no eran tan buenos. Así es que su infancia y adolescencia fueron, según él, muy de campo.
Tras salir de cuarto medio, entró a Arquitectura a la Universidad Católica en Santiago. En la enseñanza media había tenido muy buenas notas e ingresó sin problemas, pero no le gustó y la dejó. Luego entró a estudiar Bachillerato y Psicología, carrera de la que se tituló. En esa época fue, dice, un provinciano más en esa casa de estudios. Ahí conoció a Daniela Peñaloza, pololearon diez años y se casaron. En 2011 entró a trabajar al gobierno de Sebastián Piñera como subdirector de Desarrollo de personas en la Dirección Nacional del Servicio Civil. Su señora hizo lo mismo como subdirectora del Injuv y luego ejerció como asesora del Ministerio de Educación, dirigido por Joaquín Lavín. Al terminar el gobierno de Piñera, ella postuló a una beca en la Universidad de Duke y se la ganó. Él se fue sin tener muy claro si es que iba a lograr estudiar allá o no. Los acompañaba su hijo mayor, en ese entonces de diez meses.
-Estar allá nos cambió la forma de pensar en varias cosas.
-¿Cómo en qué?
-Por ejemplo, este prejuicio que tenemos algunos de la derecha de creer que solo la superación de la pobreza es importante, y la desigualdad o las inequidades son cuestiones que no importan. Me convencí de que no, de que la percepción de inequidad genera mucho conflicto social. Y eso hay que combatirlo. Y el Estado cumple un rol central en eso. También el tener experiencias con familias diversas, familias que no son como uno las concibió originalmente, por ejemplo, el mejor amigo de Augusto (su hijo) tenía dos mamás.
-¿Volvió menos conservador?
-Yo te diría que volví más liberal. Me cambió mucho conocer esas otras realidades.
Hoy es un militante UDI atípico y está por el aborto en tres causales y por el matrimonio igualitario, entre otras cosas.
Dice que fue un momento de crecimiento como matrimonio y que también hubo momentos de postergación. Él fue el primero que tuvo que enfrentar eso, cuando ella obtuvo su beca en la Universidad de Duke y le tocó ir de acompañante. Luego ese rol se invirtió cuando él hizo un magíster en Políticas Públicas con especialización en economía y un MBA en finanzas en la misma universidad. Y otra vez le tocó apoyarla cuando ella decidió postularse a la alcaldía de Las Condes.
Alejandro cuenta que fue Joaquín Lavín quien llamó directamente a Daniela y le preguntó si estaba preparada porque ella iba a ser la próxima candidata a alcaldesa por Las Condes.
-No lo he conversado directamente con Lavín, pero tengo la impresión de que el país de entonces, era el año 2021, necesitaba soluciones como las que podía entregar la Daniela: una mujer joven, que no venía necesariamente de la élite política tradicional, un rostro nuevo, con muy buena formación.
-¿Y ella estaba preparada?
-Creo que estaba preparada, pero también es cierto que Las Condes es un animal muy grande. No solo respecto a la cantidad de recursos que administra, sino respecto de las expectativas que la clase política y la opinión pública en general siembran sobre el alcalde de Las Condes. Me consta que muchas personas ven esta alcaldía, o la de Providencia o Santiago, como un trampolín para luego asumir otros desafíos, porque da visibilidad para ocupar otras posiciones de poder. Pero Daniela nunca lo vio así.
-¿Usted cree que para Marcela Cubillos este lugar podría ser un escalafón más?
-Quiero pensar que no, que ella tiene una profunda convicción de hacerles bien a los vecinos de Las Condes. A mí me parecería algo completamente imprudente dejar una alcaldía a tan poco tiempo de haber sido electa para asumir otras desafíos. Es algo que los vecinos Las Condes no entenderían ni tampoco perdonarían.
-¿Cree usted que la alcaldesa Peñaloza no estaba lo suficientemente fogueada en términos políticos para una municipalidad del tamaño de la de Las Condes y eso fue un problema?
-No sé si un problema, pero sí; de hecho, si miras lo que ha pasado en Las Condes, es una respuesta política a lo ocurrido. Pero cuando se observa la dimensión de gestión, hoy la comuna está mejor que hace cuatro años, los resultados en términos de seguridad son impresionantes. Pero parece ser que la gestión no es suficiente, que la dimensión que prima en instituciones de tanta visibilidad como esta es la política.
-¿No será que ella pecó de ingenua?
-No diría que pecó de ingenua. Su visión del servicio público la llevó a priorizar lo que para ella realmente era importante, que eran los vecinos.
-Si tras la aparición de Marcela Cubillos ella hubiera querido ir a la reelección, ¿la UDI la hubiera apoyado?
-Sí, de todas maneras. Tengo la convicción de eso.
-¿No será eso ingenuo también?
-No. Lo que ocurre es que cuando uno toma decisiones, tiene que asumir las consecuencias. Y una campaña, una confrontación entre Daniela y la Marcela hubiese sido algo que no le hubiese hecho bien al sector, porque además ella sabía que su nombre no concitaba el consenso entre los partidos.
-Claro, se le criticaba por lo que había sucedido con el Cesfam y las horas extras. De hecho, fueron concejales del Partido Republicano quienes la denunciaron.
-Bueno, hubo un montón de cosas a las que no me corresponde necesariamente referirme, y que se van a ir dilucidando con el tiempo, porque la Daniela ha puesto siempre a disposición toda la información y tomado todas las medidas ante el tribunal y Contraloría para que todo se esclarezca.
-¿No cree que la UDI la dejó caer?
-No. Lo primero es que esto fue una decisión de la Daniela. De hecho, en la conferencia de prensa, tú puedes ver el apoyo transversal de los tres presidentes de los partidos.
-Pero la UDI no le dijo "sal a pelear tu espacio y nosotros te apoyaremos en eso".
-La UDI dejó la decisión en manos de la Daniela.
-¿No cree que eso es como lavarse las manos también?
-No, te diría que tiene que ver con una relación entre adultos, que no tiene que ver con recibir órdenes de partidos o no; tiene que ver con convicciones. Y la convicción de la Daniela en un momento fue de ir a la pelea y de competir. Pero luego, analizando todas las variables, se formó la convicción de que lo mejor para ella era no hacerlo.
-¿Lo que la hizo tomar la decisión es que entró Marcela Cubillos al escenario, obviamente?
-Evidentemente, eso cambia el escenario por completo. Conozco a la Marcela, creo que ella va a ganar de todas maneras, y va a ser una muy buena alcaldesa en Las Condes, pero a mí me hubiese encantado ver a la Marcela arrebatándole una municipalidad a la izquierda. Porque hoy día reemplazar a Daniela Peñaloza por Marcela Cubillos en la práctica es un juego de suma cero. Pero su decisión fue otra y es legítima.
-¿Cree que se equivocó?
-Creo que estamos desperdiciando la opción de una persona que tiene una capacidad electoral enorme y un liderazgo probado, de asumir otros desafíos que signifiquen agrandar la torta de las ideas de la libertad. Hoy día eso no va a ocurrir en Las Condes, y eso es un hecho.
Alejandro Weber se queda en silencio por un momento, y luego dice:
-Voy a ser muy honesto, a la Daniela le sigue dando mucha pena irse de la municipalidad. Para ella fue un proceso, una decisión dolorosa, difícil.
-¿En lo profesional, es lo más duro que a ella le ha tocado?
-Sí. Porque cuando miras los resultados hacia los vecinos, en salud mental, por ejemplo, o la seguridad, te permiten mostrar con mucha nitidez que el foco de servicio público estuvo siempre puesto, y que los vecinos fueron priorizados. Y genera mucho dolor saber que todo eso no es suficiente, pensando en la continuidad de alguien que tiene la vocación de servir y no la vocación de ejercer poder.
-En términos de estos puestos electorales, ¿para Daniela Peñaloza esto ya se acabó?
-La Daniela tiene 41 años, es un liderazgo joven que ya fue alcaldesa de Las Condes, una comuna emblemática. Creo que tiene todo el futuro por delante. El futuro para Daniela está completamente abierto.
-¿Usted cree que si Sebastián Piñera hubiera puesto a un ministro de Hacienda como Ignacio Briones desde el primer momento y no una semana después del estallido, el destino del gobierno hubiera sido distinto?
-Felipe Larraín fue un gran ministro de Hacienda. Los resultados macroeconómicos lo avalan. El estallido social cambió por completo el escenario, incluyendo el elenco. Ignacio era la persona indicada para ese momento y cumplió una gran labor. Luego Rodrigo Cerda vino a consolidar las ayudas sociales y fue uno de los ideólogos de la PGU, dos de los legados más importantes del segundo gobierno del Presidente Piñera. Cada ministro de Hacienda cumplió un rol fundamental, en un escenario muy líquido y complejo.
Alejandro Weber, psicólogo de profesión, hizo varios másteres y MBA en economía y finanzas. Con esos pergaminos bajo el brazo, llegó como subsecretario de Hacienda a acompañar a Ignacio Briones un año después de que este había sido elegido. También trabajó con Rodrigo Cerda en el último año del gobierno de Piñera. Le tocó negociar temas como la PGU, parar el cuarto y quinto retiro de los fondos de pensiones y todo el dinero para reconstruir la economía pospandemia.
-Sigo creyendo que en Chile hay necesidades sociales, y hay demandas insatisfechas que tenemos que abordar -afirma hoy.
-¿Se siente solo en eso en la derecha hoy? Muchos que estuvieron de acuerdo en generar cambios en 2019 hoy ya no lo están.
-No, yo creo que hay varios que tienen la misma convicción. Hoy día tenemos una crisis profunda de educación pública y lamentablemente, como la educación no genera réditos políticos en el corto plazo, no están los incentivos puestos para hacer una contrarreforma y llevarla al aula. Pero si de verdad queremos impulsar la productividad y mejorar los salarios en nuestro país, tenemos que hacer una reforma educacional profunda en primer lugar. Y en segundo lugar, hay un problema serio de seguridad pública. No soy experto en seguridad, muy lejos de eso, pero si uno mira los determinantes macroeconómicos para que nuestro país crezca, la seguridad pública es fundamental. Sin seguridad es muy difícil que tengamos inversión de largo plazo.
-¿Qué opinión tiene del ministro Mario Marcel?
-No tengo ninguna duda que ha tratado de dar algunas peleas importantes. El ministro estuvo en contra de los retiros previsionales cuando era presidente del Banco Central y cumplió un rol muy importante. Y estoy seguro de que si se hubiese impulsado algún otro retiro, también lo hubiese combatido, y eso a mí me parece relevante. Tengo la impresión de que él hoy está jugando un rol opositor a la condonación del CAE, que entiende que es una política regresiva y dañina, y está buscando algún equilibrio para poder lidiar entre estas dos almas que existen en el gobierno. Pero dicho eso, los resultados de la economía de nuestro país no han sido buenos.
-Este año ha sido mejor que el 2023.
-Yo creo que nuestra economía está mal y va a seguir así por muchos años más. Nosotros crecíamos en los 90 a tasas del 8, del 10%. Después bajamos al 6, después al 5 y hoy día vamos a crecer en torno al 2%.
-Pero se decía que no íbamos a crecer, y es por eso que el Gobierno celebra el 2%.
-No, yo te diría que siempre las proyecciones eran que este año volvíamos a crecer. Chile se empobreció durante el año 2023. ¿El año 2024 está mejor que el 2023? Sí, está mejor. De hecho, hemos visto reactivación del consumo, mejor producción de bienes y hay algunos indicadores que permiten ver una cierta reactivación de nuestra economía. Eso es bueno. ¿Cuál es el punto? Es que cuando uno mira la proyección de nuestra economía, encontramos que el techo está muy bajito. Se proyecta que nuestro país no va a crecer más que del 2, 2,5% para el próximo año y en lo sucesivo. Y nosotros tenemos que crecer a tasas del 4%. Ese es el desafío.