Voto reflexivo
Álvaro Gordillo | Montevideo
@| Las razones por las cuales un ciudadano define su decisión de voto pueden ser muy variadas
Álvaro Gordillo | Montevideo
@| Las razones por las cuales un ciudadano define su decisión de voto pueden ser muy variadas. Entre ellas, seguramente se pueden mencionar: I) razones ideológicas; II) tradición familiar; III) beneficios que considera se le podrán otorgar en sus circunstancias particulares; IV) aportes que pueden esperarse para el progreso y el desarrollo general de la sociedad y del país en diversas áreas; V) la experiencia previa de los candidatos y sus potenciales logros; VI) su atractivo "marketinero" personal y de las propuestas y de la propaganda electoral; VII) la influencia de familiares, amigos y personas influyentes; etc.
Por su parte, los candidatos no pueden pretender contemplar las expectativas de todos los perfiles de esos ciudadanos y deben dirigir sus propuestas a grupos identificados de la mejor forma posible como individuos que estén cercanos a su ideología y accionar político previo. Los llamados "indecisos" son un fenómeno aparte muy particular.
En ese planteo se reconoce a nivel teórico la importancia de las características de "inteligencia emocional" de los postulantes, entre las que se pueden señalar aspectos tales como autoconciencia (emociones, fortalezas y debilidades, confianza), autocontrol (regulación, fiabilidad, adaptabilidad), motivación (orientación al logro, compromiso, iniciativa), empatía (comprensión de los demás, diversidad, conciencia política), habilidades sociales (comunicación, liderazgo, gestión de conflictos, trabajo en equipo) y afines.
En mi visión personal, mucho de esto se ha dado positivamente en el actual gobierno (más allá de inevitables tropiezos o incidentes no tan favorables). Entre los principales futuros aspirantes al cargo presidencial, varios de ellos "no dan la talla" en muchas de las importantes características mencionadas previamente: ni tienen la experiencia necesaria ni cuentan con las capacidades personales requeridas.
¡A pensar en el país del futuro y no solo en "la chacrita" personal!