La flauta mágica
La genialidad de Mozart está dada por cómo, a través del humor, es capaz de transmitir potentes mensajes
La genialidad de Mozart está dada por cómo, a través del humor, es capaz de transmitir potentes mensajes. Cómo en sus partituras juguetonas se esconden acordes áureos y sonidos sublimes. Encarna la palabra sutileza, en forma y en fondo.
El aria de la Reina de la Noche que esta entona frente a su hija, más que la venganza del infierno, viene a ser la inquietud del alma, y esas agudas notas hacen que la frecuencia llegue hasta el espectador y se sienta una cierta agitación pero a la vez una complicidad. Probablemente lo que sentimos todos con la belleza, la que se manifiesta en la encarnación no solo de la Luz, sino también de la Oscuridad. Mozart nos demuestra el rayo de regocijo que lo oscuro tiene, y podemos interpretar, una vez más, que lo sombrío no es en sí mismo, sino que solo demuestra falta de luz, que no está en ese momento o no es suficiente, pero que sí habita en esa circunstancial escena lúgubre.
No puedo dejar de relacionar esa aria con la primera parte de El Invierno, de Vivaldi: el temor ancestral que ambas partituras representan y la noche, más en el alma que en los elementos, que demuestran. Escuchen ambos seguidos y comprobarán la hermandad en sus cadencias.