Domingo, 30 de Junio de 2024

En contra del "voto carambola"

UruguayEl País, Uruguay 27 de junio de 2024

Eugenio Baroffio Abadie | Montevideo
@|El propósito que anima el espíritu del sistema electoral, es el que en las llamadas elecciones internas participe cada quien dentro del partido al que adhiere y apoye en la instancia la opción que encuentra preferible, ya sea por condiciones personales de los candidatos o tendencias de sus respectivas propuestas

Eugenio Baroffio Abadie | Montevideo
@|El propósito que anima el espíritu del sistema electoral, es el que en las llamadas elecciones internas participe cada quien dentro del partido al que adhiere y apoye en la instancia la opción que encuentra preferible, ya sea por condiciones personales de los candidatos o tendencias de sus respectivas propuestas.

Sin embargo, no existe norma que limite la participación a los afiliados a un partido, ni disposición que impida votar dentro de un lema en la interna y hacerlo por otro partido en las elecciones nacionales.

La consecuencia inexorable de esa libertad que el régimen concede a los ciudadanos, explica que votar no sea obligatorio en la primera instancia. Porque está concebido sólo para quienes quieren adherir a un partido e incidir en sus decisiones, como preparación de la votación siguiente que no debería ser otra que al mismo partido dentro del que se ha participado en la primera etapa.

Ahora bien, múltiples razones de índole personal o ideológico conducen a la posibilidad de que, en ejercicio de esa libertad que concede el sistema, algunos votantes se sientan tentados de participar en una interna que saben, desde el inicio, que no será la opción que elijan cuando se decida la elección nacional.

Aquí me voy a referir a uno de esos motivos, "razón" (si lo es), que esgrimía hace poco un lector que difundió su opinión en esta página y que me repitió una joven votante hace poco, para mi sorpresa por su absoluta falta de lógica.

Alguien, ingeniosamente, ha dado en llamar ese voto presuntamente estratégico, "voto carambola", empleando el término del juego del billar en que la bola jugadora golpea a las otras dos en la misma tirada.

Debido a que muchas encuestas han predicho que, de entre los candidatos del Frente Amplio, Carolina Cosse es la que sería más fácil de derrotar en una segunda vuelta por un candidato de la Coalición Republicana; se ha instalado la idea de votar en la interna del Frente Amplio, intentando que su candidatura resulte triunfadora pues beneficiaría el propósito de quien quiere evitar que ese partido recupere el gobierno que ya ejerció entre 2005 y 2020.

Esa "carambola" que se propone cerrar el camino del Frente y facilitar el del candidato de la coalición oficialista, es éticamente reprobable y riesgosamente inconducente.

Me limitaré a enumerar algunas consecuencias prácticas, haciendo a un lado mi fundado reproche ético que cada cual deberá analizar con su propia consciencia.

El voto "carambola" suma artificialmente un apoyo a aquel partido al que se pretende derrotar. Al tiempo que se lo resta a su propio partido y, dentro de él, a la opción que más le gustaría acompañar en octubre. Esto tiene como consecuencia instalar en el ambiente político sensaciones equívocas y hasta promover a aquellas personas e ideas que se quiere combatir.

Si la opción que se elige "artificialmente" para producir el efecto "oculto" de "perjudicar" al votado, le da un apoyo a la opción más alejada a nuestra concepción ideológica, el daño es muy superior a la eventual ventaja. Tomemos por ejemplo el caso precisamente señalado. La candidata Carolina Cosse es la única que no se ha pronunciado en contra del plebiscito constitucional que propone instituir un régimen de seguridad social que sólo defienden (sin argumentos, sin estudios serios, sin financiación y en contra de la opinión del 90% de los especialistas) el movimiento sindical y la izquierda más radical y ortodoxa.

Es la candidata que no sólo reconoce su origen comunista sino que es apoyada por el Partido Comunista y el Partido Socialista; últimos reductos ideológicos del marxismo leninismo y defensores, cómplices o condescendientes aliados, de las peores dictaduras del pasado reciente y algunas pocas todavía vigentes, a pesar de su notorio fracaso y de las privaciones a que han sometidos a su gente.

Es obvio que fortalecer esas vertientes, aunque lo sean en el seno de un partido ajeno (pero con posibilidades reales de acceso al gobierno) configura un despropósito.

Aunque se trate de un "apoyo" simulado, sus efectos serán reales e inmediatos. Y mientras tanto, se está privando al partido que uno cree mejor o menos malo, del estímulo que parecería razonable entregarle.
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