Uruguay elimina al anfitrión y avanza con canasta perfecta

Estados Unidos alcanzó a ser feliz apenas dos minutos, esto es, entre el empate transitorio de Bolivia ante Panamá, que los dejaba en carrera, y el gol de Mathías Olivera, el único del partido, que los apeó sin más de la Copa América.
El triunfo era un imperativo para el anfitrión. Y en el arranque parecía el mundo al revés en Kansas. Furia, presión desesperada y la mira obsesiva en el arco opuesto. No de Uruguay de Bielsa, sino de EE.UU., en modo todo o nada.
Uruguay demoró más de veinte minutos en poner una pelota en el área rival. Y fue poco antes del choque que dejó nocaut a Maximiliano Araújo, quien dejó el campo en camilla.
La pregunta era cuánto tiempo podía EE.UU. sostener el tranco, incluso la pierna fuerte, sin pestañear. Un voleo fallido de Pellistri fue la única de riesgo charrúa en el primer lapso.
El pleito se llenó de faltas. Antes del descanso también se fue lastimado del campo Balogun, goleador del local.
Con más ganas que fútbol, el local se hizo inofensivo, con Uruguay avanzando a fondo, hasta que llegó el gol de Olivera, al límite del offside , pero confirmado por el milimétrico VAR.
El triunfo panameño en Orlando obligaba a una proeza norteamericana que nunca llegó. Adiós a su copa. Uruguay no más.