Miércoles, 30 de Abril de 2025

Diario íntimo de Lulú Petite

MéxicoEl Universal, México 11 de julio de 2024

Lulú Petite EL GRÁFICO El cornudo Profesional Querido diario: Pobre Juan

Lulú Petite



EL GRÁFICO







El cornudo Profesional



Querido diario: Pobre Juan. Tres veces se ha casado y las tres veces le han puesto el cuerno. No entiendo por qué. No es feo y coge riquísimo. Además, es solvente.



Me tenía en cuatro. Apretando con fuerza las sábanas y mordiendo la almohada mientras me metía su miembro salvajemente.



Me encanta coger de perrito, pero soy de las que respingan el culito, para que se vea más redondito y entre más a fondo. Pego las tetas a la cama y la cara a la almohada para gemir a gusto.



?¿Y tú a qué te dedicas? ?le pregunté cuando comenzamos a platicar, Juan soltó una risa amarga y me dijo:



?La verdad, soy un cornudo profesional, empresario en tiempos libres.



Su historia es simple: La primera esposa, María, era la típica chica linda de la prepa. Se casaron jóvenes y felices, hasta que Juan descubrió a María cogiendo con Carlos, el primo de Juan. De ahí, divorcio express. A María le sigue hablando, por el hijo. A su primo, no le ha vuelto a dirigir la palabra.



La segunda esposa, Claudia, era una mujer de negocios, de esas que siempre están en juntas y viajes de trabajo. Todo iba bien hasta que Juan empezó a notar ciertas llamadas a deshoras y risitas sospechosas.



Un día, decidió seguir su instinto y, bueno, también a Claudia. ¿Adivinen qué? La encontró en un restaurante muy acaramelada con el ex de la universidad, el mismo que ella siempre decía "es sólo un amigo", "¡Nada qué ver!". Otro divorcio, otro golpe al ego y a la cuenta bancaria.



La tercera, Sofía, fue la más directa. Un buen día, Juan estaba en la cocina preparando el desayuno, cuando Sofía entra, le hace frente y, sin anestesia ni preámbulos, le suelta: "Conocí a alguien más. Me gusta más que tú. Adiós".



Y se fue, así de simple. Juan se quedó con la sartén en la mano y el corazón en el suelo. Desde entonces, se prometió a sí mismo no volver a caer en las garras del amor.



Nada de romances largos, nada de novias, nada de promesas ni sortijas. Sólo relaciones casuales y romances de una noche, algo que no requiera invertir más que en una habitación de motel y unas horas de servicio.



?No hay mejor negocio para ambas partes que el sexo pagado ?me dijo con cierta expresión de sabiduría.



¿Caro? Casarse, divorciarse y romancear, comprometerse, cortejar. Si lo que queremos todos es coger ¿para qué complicarlo tanto? El amor es mejor en efectivo y por adelantado, con reglas claras, orgasmos seguros, besos bien pagados y, después, a despedirse sin rencores y sin riesgos.



Cogimos por un buen rato. Tiene buena condición. Después de darme de perrito se llevó mis piernas a los hombros, me ensartó a fondo y gimiendo como fiera bombeó entre mis piernas y se clavó hasta disparar en el condón toda su leche.



Después se tumbó a mi lado y, entre risas, me contó sus historias de despecho.



Tenía madera de marido, la infidelidad lo echó a perder.



Hasta el marte, Lulú Petite
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